Voy a contar una cosa que me sucedió el jueves de la semana pasada. A eso de las dos y media de la madrugada, me llega un mensaje al móvil y, un poco cagándome en la puta, me levanto para ver quién coño se había atrevido a despertarme. La verdad es que suelo ponerlo en silencio todas las noches, pero esa noche no y la verdad es que cosas como esta hacen que cada vez se confirme más mi creencia en la no existencia de las casualidades. El caso es que veo el nombre de la remitente y mi cuerpo sufre un pequeño espasmo interno. Una ex, con la que estuve cuatro años saliendo, desde los 20 años y de la que alguna vez he contado algo en el foro.
Cuando lo dejamos, estuvimos viéndonos varios meses, incluso tras haber pasado un par de años desde la ruptura de vez en cuando me mandaba un mensaje y nos veíamos, y acabábamos follando a escondidas de su novio, con el que, por cierto, ella aún sale. Ahora hacía como dos años que no sabía nada de ella, al menos de forma directa, y el mensaje que me manda es este:
"Hola"
Como soy un puto paranoico curtido en mil batallas de la sin razón, mi respuesta fue: "Hola. ¿Te has equivocado de número?". Su respuesta:
"O no"
Me doy cuenta en seguida de que sí que es ella, pero sigo haciéndome un poco el bobo por si acaso, porque sé que en su momento su novio tuvo sospechas fundadas en mi contra y no quiero jugar con fuego. Así que le vuelvo a contestar así: "Me estás asustando un poco, ¿te pasa algo?". Y en mi interior hay una parte de mí que desea que ella conteste con un quiero follarte o algo parecido. Un par de minutos después:
"No, tampoco asustarte, pero tengo ganas de saber de ti"
Yo: Y te dan ganas a las dos de la mañana, jajaja... En fin. ¿qué haces despierta?
Ella: Que no puedo dormir y estaba pensando
Me pone cachondo la forma en la que me habla, dando pie a mil opciones cada cual más guarra, recordando los grandes polvos que pegamos en el pasado, sobre todo cuando ya habíamos roto.
Yo: Quieres hablar o algo? Total ya me has despertado, si quieres te llamo
Ella: No, lo siento, pensaba que estarías despierto, mañana si eso hablamos.
Yo: Estás chalada... Pues nada, lo que veas, un beso.
Al día siguiente había quedado con una amiga para pasar la tarde juntos, así que no tenía muchas urgencias, pero una semana después me pica la curiosidad y no sé qué hacer. Su llamada no llegó.
Una parte de mí sabe que no debería decirle nada más, dejar pasar el tema y ni siquiera quedar con ella a tomar algo, porque me conozco y creo que podría acabar bastante mal. Pero mi otro yo, tan poderoso, necesita follársela, necesita que ella sea infiel de nuevo y alimentarse con la certeza de que aún sigo siendo imprescindible para ella, pese a que comparta techo con su pareja desde hace ya bastante.
No sé si mandarle un mensaje mañana y ver qué pasa, sólo por entretenerme.