No es el clavo en si. El clavo como tal no existe, solo estan las personas con las que compartes algo en un momento de tu vida. Fue casualidad, que fuese justo saliendo de una relacion duradera, de forma mas o menos traumatica. De ahí el clavo, aunque en realidad no sea un clavo, si no una experiencia nueva en todos los sentidos.
Quizás no paso el tiempo necesario para ver las cosas desde cierta perspectiva, pero cuando has pasado ya por mucho, has conocido a mucha gente aunque no hayas intimado con todos, sabes realmente quien merece la pena, en quien puedes confiar y a quien puedes querer.
La soledad ha sido una constante para mi, desde que pase medio año en un hospital y tarde otro año en aprender a volver a caminar. No tuve nunca a nadie cerca y quieras que no, eso te blinda y te convierte en un koopa troopa con caparazón. La soledad desemboca en apatía, y la apatía es un ente frio, que te hace perder el interés por las cosas y la gente. Aunque se que así no se pude vivir, y tarde o temprano te vas abriendo a gente que vas conociendo y te llevaras palos, haciendo que filtres a las personas que conoces y con las que mantienes relaciones, sabiendo quien merece la pena y quien esta vació de contenido y sentido, que no te aporta ni una triste mueca de sonrisa a tu vida.
Por eso, aunque no haya pasado el tiempo entre el clavo y clavo que nunca ha sido clavo si no una nueva experiencia, encuentras verdaderas joyas que sabes que no puedes o no quieres dejar ir, pero quizás, no sea el momento y tengas que dejarlos ir, aunque se te valla media vida en ello y aunque sepas que el tiempo cura todas las heridas... o que las convierte en cañones del colorado.
Y como la cago por estas prisas, deseando volver al momento en los que nos conocimos por primera vez y volver a disfruta de una sonrisa que no esta corrompida por las dudas, por el que pasara, por el miedo a los desconocido, por el que vamos a hacer y al final ves lo que ves, que las palabras siempre han estado ahí, pero solo quedaran los hechos, pesados y fríos hechos que ahora suenan como el fin del mundo. No se si existen segundas oportunidades, nunca las he tenido.