Oh, infiel Helena, cuanto pecado hay en su avatar de labiecitos desnudos.
Oh, infiel Helena, qué nombre más bonito para ser portador de la semilla de Allah.
Oh, infiel Helena, únase a la causa islámica, acérquese a los seguidores de la doctrina del Profeta Mahoma.
Y, por favor, póngase un velo, que oculte tanto pecado, tanta insinuación en esos labios carnosos que conducirán a la lujuria de la perdición a los incautos de corazón.
¿Le puedo llamar Jamila?
ALLAH ES GRANDE