Earth Wind and Fire
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- 20 Dic 2005
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Capítulo VII. La lazia hipocondríaca.
Jueves noche y aparece Mar. La tengo ya fichada del POF o de otras veces que usé Tinder. Un par de veces intercambiamos mensajes pero sin llegar a nada. Me saluda y me dice que me recuerda, yo le digo que también la recuerdo de otras veces así que si quiere quedar que me lo diga y no perdemos tiempo de nuevo.
- No sé, no tenemos muchas aficiones en común. He leído las tuyas y yo soy de hacer cosas atrevidas y alternativas.
Después de intercambiar mis usos y costumbres con los de ella, pues parece que ya sí y propone tomar un café al día siguiente en su pequeña ciudad. Yo le digo que genial, que tengo una reunión más tarde allí y así tengo una cobertura si hay que soltar la bomba de humo.
Es puntual y no me hace esperar. La veo llegar a lo lejos. En la foto de su perfil destacan un buen par de tetas y una cara con gesto de viciosa. Salgo del coche y me acerco y nos saludamos a distancia con la mascarilla. Son las 5 de la tarde y hace bastante calor. Ella dice que como está el tema del CV mejor dar un paseo.
- ¿Estas segura, con el calor que hace?
- Es que tengo miedo de contagiarme en una terraza.
Por suerte la convenzo y vamos a una cafetería. Después de buscar mesa más o menos aislada con el resto y de ponernos en posición que considerase a distancia segura. Nos quitamos las mascarillas y la cara con gesto morboso de la foto se tornó en una cara de pan anodina. Me pido una Coca cola Zero Zero con mucho hielo
- ¿Cómo puedes pedir eso, que igual está manipulado y te contagias? Yo me pido un botellín de agua sin vaso (jijij)
Nos sirve la camarera las bebidas y pasamos una hora de conversación intrascendente, donde pude constatar que la tipa era una mujer sosa, sinsal y sin chiste, con menos sabor que la Coca Cola Zero Zero que me estaba tomando. Sí hubo LOL cuando la aficionada a cosas atrevidas y alternativas me pregunta sorprendida que cómo soy capaz de, atención, asistir a un concierto yo solo, irme de viaje sin companía, asistir a exposiciones o una presentación de un libro o conferencia sin nadie acompañándome. También pude enterarme que no sólo el Tinder es un páramo en zona en cuanto a mujeres. También en cuanto a hombres.
Se acerca la hora de la reunión, así que toca despedida. Y en ella me suelta la bomba. Me suelta así como quien no quiere la cosa que tiene un hijo que ya se va a la Universidad, y que ahora es el momento de tratar de cambiar su vida y buscar alicientes.
Por la noche deshice el match.
Jueves noche y aparece Mar. La tengo ya fichada del POF o de otras veces que usé Tinder. Un par de veces intercambiamos mensajes pero sin llegar a nada. Me saluda y me dice que me recuerda, yo le digo que también la recuerdo de otras veces así que si quiere quedar que me lo diga y no perdemos tiempo de nuevo.
- No sé, no tenemos muchas aficiones en común. He leído las tuyas y yo soy de hacer cosas atrevidas y alternativas.
Después de intercambiar mis usos y costumbres con los de ella, pues parece que ya sí y propone tomar un café al día siguiente en su pequeña ciudad. Yo le digo que genial, que tengo una reunión más tarde allí y así tengo una cobertura si hay que soltar la bomba de humo.
Es puntual y no me hace esperar. La veo llegar a lo lejos. En la foto de su perfil destacan un buen par de tetas y una cara con gesto de viciosa. Salgo del coche y me acerco y nos saludamos a distancia con la mascarilla. Son las 5 de la tarde y hace bastante calor. Ella dice que como está el tema del CV mejor dar un paseo.
- ¿Estas segura, con el calor que hace?
- Es que tengo miedo de contagiarme en una terraza.
Por suerte la convenzo y vamos a una cafetería. Después de buscar mesa más o menos aislada con el resto y de ponernos en posición que considerase a distancia segura. Nos quitamos las mascarillas y la cara con gesto morboso de la foto se tornó en una cara de pan anodina. Me pido una Coca cola Zero Zero con mucho hielo
- ¿Cómo puedes pedir eso, que igual está manipulado y te contagias? Yo me pido un botellín de agua sin vaso (jijij)
Nos sirve la camarera las bebidas y pasamos una hora de conversación intrascendente, donde pude constatar que la tipa era una mujer sosa, sinsal y sin chiste, con menos sabor que la Coca Cola Zero Zero que me estaba tomando. Sí hubo LOL cuando la aficionada a cosas atrevidas y alternativas me pregunta sorprendida que cómo soy capaz de, atención, asistir a un concierto yo solo, irme de viaje sin companía, asistir a exposiciones o una presentación de un libro o conferencia sin nadie acompañándome. También pude enterarme que no sólo el Tinder es un páramo en zona en cuanto a mujeres. También en cuanto a hombres.
Se acerca la hora de la reunión, así que toca despedida. Y en ella me suelta la bomba. Me suelta así como quien no quiere la cosa que tiene un hijo que ya se va a la Universidad, y que ahora es el momento de tratar de cambiar su vida y buscar alicientes.
Por la noche deshice el match.
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