Es comparable pero con mucho más derecho, a cuando la mujer mira el móvil o el historial de internet para ver si el marido le está siendo infiel.
El 80 % lo hace, ergo el 80 % son infieles a la menor oportunidad, ya que cuando alguien acusa a un tercero de algo, suele ser un ejercicio de proyección de sus propios defectos.
Imagino que todos, hombres y mujeres, hemos sido infieles en más ocasiones de las que somos capaces de admitir, pero por lógica, cabe pensar que en su mayor parte han sido escarceos esporádicos, es decir: lo que las mujeres denominan "liarse" en su argot particular (dándole un toque light a cosas que en el fondo son mucho más serias a nivel emocional); algo que incluye besos, magreos, abrazos, tocamientos, pero que no llegan a ser relaciones sexuales completas.
Después tenemos a nivel de infidelidad, con el riesgo de embarazo, aunque en mucha menor medida, relaciones sexuales plenas, con premeditación, alevosía y diurnidad en un número menor de ocasiones.
De todas formas, un 80% no creo que sea una cifra que se aproxime ni remotamente a esa cantidad entre un 20 a un 25% de ocasiones en que las pruebas demuestran que los hijos que nacen lo son de padres biológicamente no reconocidos, aunque si es cierto, como dices, que un 80% de la gente ha sido o es infiel, ese 25% de hijos bastardos quedaría plenamente confirmado.
A mí algo que me divierte mucho y me llama la atención a partes iguales en este tipo de estadísticas es que siempre o casi siempre, aunque es verdad que cada vez menos, se dice que los hombres son más infieles que las mujeres, como si los hombres al tener relaciones escogieran animales hembras en vez de tías para tener sus relaciones sexuales, aunque no dudo que haya por esos campos de dios todavía algún individuo que siga tirando de cabras y ovejas.
Por cada hombre infiel debe haber siempre una mujer que lo sea y viceversa, y creo que pocos admitirán que sean sólo unas pocas prostitutas las que copen el mercado completo de infidelidades masculinas. De hecho, basta sonsacar o indagar un poco en la vida de cualquier mujer que haya tenido pareja, o que la tenga en la actualidad, para que te confiese más pronto que tarde y con más o menos copas en el cuerpo, que ella en algún momento le ha puesto los cuernos a su pariente. Hasta tal punto creo que es cierto, que en una ocasión una follamiga mía, después de semanas y meses practicando nuestro deporte favorito, y haberme asegurado desde un principio que ella sólo había estado con 4 hombres en su vida, terminó por admitir con cierto sentido de culpabilidad, con unas pocas lágrimas y muchas copas en el cuerpo, que durante su más tierna juventud había tenido decenas de relaciones con desconocidos.