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Extremadamente Imbécil
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Ayer vi un documental sobre la invasión romana en la Gran Bretaña. Al parecer los romanos se quedaron flipando al ver que las nativas salían también espada en mano a por ellos, junto a sus hombres, como un guerrero más.
Yo que he conocido a unas cuantas inglesas, tanto personal como superficialmente, sí que es cierto que noto cierta diferencia con las españolas. Creo que es una sociedad menos lorealizada, y cuyo modo de entender las cosas ha hecho que sus mujeres no salgan tan "malcriadas" como es el caso de España. Por ello cada vez hapollo más este escrito:
Yo que he conocido a unas cuantas inglesas, tanto personal como superficialmente, sí que es cierto que noto cierta diferencia con las españolas. Creo que es una sociedad menos lorealizada, y cuyo modo de entender las cosas ha hecho que sus mujeres no salgan tan "malcriadas" como es el caso de España. Por ello cada vez hapollo más este escrito:
Como todos sabemos, el feminismo español ha tenido una muy tardía implantación y una débil penetración. Se ha circunscrito a las universidades y a un reducido sector del socialismo progre, si bien se encuentra desde hace cinco años en el poder con carta blanca merced a ese huero demagogo que está arruinando el país.
Es un fenómeno que, aunque se encuentre fracasado en la sociedad y tenga fecha de caducidad en la política, no carece de interés. El feminismo hispano es un cruce entre la doctrina marxista y los privilegios católicos otorgados a la mujer.
La cultura castellana tiene también su particularidad: en el siglo XII la épica vernácula se distingue de la europea en el papel activo que tienen las mujeres. Al Cid doña Jimena le manda buscar a los infantes de Carrión y que paguen con la muerte la humillación a sus hijas. El regicida Vellido Dolfos, en el famoso romance, escapa de Zamora gritando: "Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido".
Dos siglos y medio más tarde, el descubrimiento de América lo financia una mujer. En la literatura del periodo, la donna angelicata del alegorismo dantesco se convierte aquí en unas pequeñas tiranuelas que exigen mil pruebas al enamorado antes del primer polvo adúltero. Ya con la novela pastoril aparecen pastoras que peroran, filosofan y ganan a los hombres en debates.
En las comedias de Lope de Vega, toda la trama gira absolutamente en torno a las mujeres. Ellas son las que mueven el motivo principal y las que conducen los acontecimientos hacia el desenlace. En la novela del XIX, no hay más que leer los títulos: La Regenta, Fortunata y Jacinta, Pepita Jiménez.
En ese mismo siglo, Fernando VII viola las leyes de su propia dinastía permitiendo que su hija llegue a reina. Esto lo hace porque su mujer se lo exige, y desencadena tres guerras civiles.
A todo esto: ¿por qué somos el único país en el que la gente tiene dos apellidos y las mujeres siempre conservan su apellido de soltera?
El feminismo hispano, con ese victimismo que tiene, no ha gustado nunca a la mujer castellana por la sencilla razón de que su cultura tradicional ya le da unas libertades y una importancia que no se las van a dar en ninguna otra cultura del mundo. De hecho yo diría que tanto las virtudes como los defectos del pueblo castellano son producto de esa feminidad de sus valores: baja racionalidad, alta emotividad, incapacidad para planificar, odios y amores intensos, gran perseverancia, sociabilidad, sentido estético, ego hipertrofiado, dificultad para cumplir normas, inteligencia cortoplacista y de rapiña, valores éticos bajos o nulos, inmadurez en general.
Comparando las dos etnias que mejor conozco, el catalán es un tío poco dictador, más blando de cáracter, buen planificador, con dotes de organización y que cumple normas. Esto es común a casi todos los pueblos indoeuropeos. Otra cosa sería ver si el castellano, que ya formaba parte del substrato prerromano, es indoeuropeo o más bien un bereber algo más blanquecino. La diferencia más llamativa es que el catalán no siente vergüenza delante de las mujeres, no les da esa importancia suprema, puede incluso vivir como solterón sin sufrir rechazo social. En el castellano, nada más hay que ver su mitología: el farruquito que ronea, el Don Juan, el amante de Teruel, el torerillo, el hidalgo cortesano. Todo en su cultura huele a coño revenido. No da un paso sin la aprobación de las mujeres.
Cuando estuve en Alemania pensaba que iba a desentonar entre aquella gente tan folladora. Básicamente no hablan de sexo si no hay un motivo serio. Cuando estuve en Madrid, lo primero que me soltaron fue: "Noguera, follas menos que Stalin".
En este quinquenio ominoso de Zetapedo hemos visto muchas injusticias, pero tal vez la mayor sea la ley contra la violencia "de género". Aquí se ha utilizado la sobreprotección de la cultura castellana hacia la mujer para imponer una discriminación que no aceptarían en ningún país del mundo, y esto en nombre del feminismo. Básicamente se ha querido reinterpretar esa cultura tradicional de calzonazos, con las cifras de malos tratos más bajas de Occidente, para generar una alarma injustificada con la que obtener suculentas prebendas. Ahora el número de muertes es el mismo (muy bajo) pero con una denuncia falsa es muy fácil desplumar en un juzgado a cualquier hombre. No se ha evitado el problema, pero se ha ganado mucho dinero para poder vivir sin trabajar. Castilla en estado puro.