Le pregunté:
-¿Sabes quien soy?- haciendome el interesante.
-Pues claro, tú eres fulanito.
La dije que me alegraba mucho de que se acordara de mí, a lo que respondió que eso ni se dudaba. Que pensaba en mí todos los dias, ya fueran hábiles o feriados, y que estaba muy contenta de que la habiese llamao.
Estuvimos hablando sobre un cuarto de hora, contándonos nuestras cosas y vicisitudes varias, con gran conexión y empatía por ambas partes.
Me propone la moza de quedar ese mismo día. Le pregunto que dónde le conviene que la recoja y me dice:
-Pues donde me recogiste el otro día, ahí en la esquina de la Gran Via.
La muy desgraciada me confundió con otro.
No, si tú no tienes culpa de nada; es ella, que se dedica a mantener doscientas líneas de negocio abiertas a la vez, a ver cuál le sale bien, y por supuesto sin decirle a uno que hay 199 negociaciones paralelas más. Y a este placer se entregan con fruición: hoy son invitadas a cenar por fulanito, mañana por menganito, a media tarde se han tomado un café con zutano y se han acostado con la mitad de ellos para seguir teniendo la negociación caliente.
Luego que si están hechas un lío. Luego se quejan de que vamos sólo a una cosa, mientras que ellas van también a una sola cosa
pero doscientas veces. Luego si se enteran de que el tío hace lo mismo que mire usted, que qué desvergüenza y que menudo cabrón, ahí compaginando dos tías o tres. Pero si les dices "¿Y tú a qué te dedicas? Si tú estás compaginando a doscientos" entonces responden "pero no es lo mismo porque..." Porque eres tú. Por eso no es lo mismo. Porque si lo hacen los demás, mal, muy mal. Si lo haces tú es que "estás en una etapa de..." o "no sabes estar sola" o "lo haces sin querer" o "estás hecha un lío". Menudo rostro, menuda desvergüenza, menuda falta de dignidad. Y si le sueltas esta verdad a la cara todavía se enfadan contigo y te llaman de todo. Qué sarta de mentiras y excusas baratas para ocultar el único hecho verdaderamente cierto: que eres una hija de la gran puta, porque esas cosas no las haces porque seas una hoja a la que se la lleva el viento y no puede hacer nada, porque todas esas cosas las haces a drede en un intento de jugar a dos y a tres y a doscientas cartas a la vez, en un intento asqueroso de hacer trampas.
A esto se dedican hoy día todas las tías, a esto dedican su tiempo y a esto sus esfuerzos, y de ahí y sólo de ahí vienen sus problemas. Y, francamente, cuantas más hostias se peguen las que hacen esto más me alegro, porque no será sino justicia.
JimiHendrix, no te tires el moco de nada, y haz. Haz, porque hasta que no hagas no nos creeremos que sabes hacer una puta mierda, y de momento lo que has demostrado es que no sabes ni forear medio decentemente.