El buey suelto bien se lame, y de poco le vale.

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Leproso
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
Burócrata rebuznó:
A mí lo que me gusta en cuando ensartan a un torero, me parece algo bello. No sé qué consideración artística se le da cuando ocurre, o si viene a ser como un accidente laboral. En pregunta.

Jodidamente, es lo que da sentido al baile, que exista, y no como mera posibilidad, sino como algo a tener presente en todo momento: la cornada.
Sin cornada, sin dolor, sin la certeza de que el torero pueda pillar hule y cajón de pino, el toreo sería una indecente patochada.
No tiene más consideración estética que la de la muerte, casi nada.
Es la puta esencia del toreo, la muerte: cierta casi siempre para el toro, pues puede ser indultado y muy probable para el torero.
Diste en el clavo del tinglao.
 
Leproso rebuznó:
No, no tiene un nombre especial, ganadero; bueno, "ganaduros" son algunos. Y ya que haré de sus mercedes unos buenos aficionados, procuren no decir "cria de ganado bravo", "finca de toros bravos", "ganadero de bravo"; sustituyan "bravo" por "de lidia", pues todos los toros (y vacas) no son bravos, los hay que sí y los hay que no, pero todos sí que son de lidia.

¿Que se ha hecho de los célebres Miuras? ¿Se siguen toreando?

Deciase que ningún apoderado quería dichos morlacos para sus figuritas y que los que los toreaban los querían más afeitados que los del hilo del afeitado clásico. ¿Que de verdad hay en ello?
 
Por qué José Tomas es tan esquivo con las plazas españolas? Por qué solamente Barcelona?
Es una pose de divo, rabieta por algo que sucedió, excentricidad? ¿?
 
le sauternes rebuznó:
¿Que se ha hecho de los célebres Miuras? ¿Se siguen toreando?

Deciase que ningún apoderado quería dichos morlacos para sus figuritas y que los que los toreaban los querían más afeitados que los del hilo del afeitado clásico. ¿Que de verdad hay en ello?
Se siguen lidiando, pero para el espectáculo son malos, además que de muy fea estampa. Ganadería de señoritos sevillanos, de rancio abolengo.
 
Armin Tamzarian rebuznó:
Oye Leproso, ¿qué hay de la pregunta que hice en la primera página? Iba en serio.

No sé que decirte, creo que es algo estético, simplemente. Quizá comodidad a la hora de anudarse el corbatin, facilitar la cura en las cornadas de espejo, sinceramente no lo sé.
Muchos se la dejan en invierno (los que no hacen las Américas), y nunca se me ha ocurrido preguntarles lo de la barba.
Si te diré como cosa curiosa, que recuerdo haber leído en una revista antigua que a un fulano se le ocurrió hacer el paseillo luciendo barba, acabó el trámite pero no llegó a torear de la de ostias que le dieron después de los silbidos y abucheos.
En los setenta del pasado siglo, un tal Franklin, yanky, quería torear luciendo su mostacho, quienes le apreciaba le aconsejaron, que o la gloria en el ruedo, o el mostacho, las dos cosas a la vez, no. Esa fue su aportación a la tauromaquia.
 
tortuga ligera rebuznó:
Porque José Tomas es tan esquivo con las plazas españolas? Porque solamente Barcelona?
Es una pose de divo, rabieta por algo que sucedió, excentricidad? ¿?
Marketing... Toreo poco, donde quiero y con todos los palmeros tipo Sabina jaleandome. Eso si, gran torero.
 
Al hilo de lo de la muerte: ¿Qué le pasa a un toro si cornea al matador y este no puede terminar la faena? Supongo que muerto termina, por que para torearlo otra vez ya no vale, pero le sacan otro torero, o se manda a toriles y de allí al matadero más cercano?
 
Armin Tamzarian rebuznó:
Bueno, da igual, en realidad tampoco quería saberlo.

Te estaba contestando, cojones. Las prisas pa los ladrones y los malos toreros.
 
¿De dónde te viene la afición por la fiesta nacional?

Tenía yo un jefe hace unos años, fachorro, votante del PP a muerte y tan clavado a Zaplana que una vez le invitaron en un bar a todo lo que se tomó porque creían que era él, que era no sólo un trepa, sino además del Atleti. Menudo coñazo de tío era. El tío nos daba una brasa insoportable cada San Isidro, porque no se perdía una corrida. Es que es lo que mata a la fiesta, la gente rancia de este tipo, los pijos de la teba y el puro y los ricitos en la nuca. Uno siente rechazo frente al aficionado típico del toro. Esta gente, ¿por qué no la prohibís?
 
Leproso rebuznó:
Te estaba contestando, cojones. Las prisas pa los ladrones y los malos toreros.

Y se agradece la respuesta. :lol: La verdad es que tiene sentido lo de poder curar las heridas si el torero recibe una cornada en la cara, lo de los motivos estéticos ya no tanto, yo llevo barba y no por ello soy menos estético.
 
le sauternes rebuznó:
¿Que se ha hecho de los célebres Miuras? ¿Se siguen toreando?

Deciase que ningún apoderado quería dichos morlacos para sus figuritas y que los que los toreaban los querían más afeitados que los del hilo del afeitado clásico. ¿Que de verdad hay en ello?

Básicamente, lo que dice Praeño. Ganadería con más limoná que chicha. Son feos de estampa, inadecuados para la lidia y salen más mansos que bravos, mucha leyenda negra y literatura barata, pero son un referente de la tauromaquia. Ganaderos puro señorito, pero serios de cojones, de los que más.
 
Blesa rebuznó:
Al hilo de lo de la muerte: ¿Qué le pasa a un toro si cornea al matador y este no puede terminar la faena? Supongo que muerto termina, por que para torearlo otra vez ya no vale, pero le sacan otro torero, o se manda a toriles y de allí al matadero más cercano?

En un cartel ordinario (tres matadores), si cae uno, el siguiente en orden de actuación debe matar al toro y así sucesivamente, si al final, quedara toro vivo y ningún matador en pie, el toro al corral y el personal a casa sin derecho a devolución de entrada.
En un mano a mano, o corrida en solitario (encerronas se llaman en el toreo, en otros ámbitos, paja) debe haber un "sobresaliente", si caen los anunciados, el solito se come el marrón o se le abren las puertas del triunfo.
 
Leproso. ¿Porque es tan complicado el arte del descabello? los veo apuñalarlos decenas de veces hasta que dan con el sitio
 
Señor Leproso (joder, qué mal suena), una pregunta que siempre me he hecho (bueno, en realidad son dos):

1.- ¿En base a qué se elige a una persona como Presidente de la Corrida? ¿Va por oposiciones o algo así?

2.- En relación con la primera: el tema de que a un torero, el presidente de turno le conceda una oreja, dos o los cojones y el rabo, ¿depende de si ese día ha follao y está de buen humor o hay criterios escritos para dictaminar los triunfos?.
 
Mal llamao arte, lo puso de moda y trató de elevar a estético algo que no es más que lance de carnicero, un paisano mio. Tienes que acertar en la médula y seccionarla (el bicho no muere, pero ya no se levanta más) con una espada que pesa (mucho además) a pulso, con el bicho a la defensiva que puede darte un meneo chungo, jugándote el triunfo en el brete, o con la plaza berreando por que llevas veintisiete intentos y que no hay manera. No, no es nada fácil y tampoco es bello.
 
Ciclon Larry rebuznó:
Señor Leproso (joder, qué mal suena), una pregunta que siempre me he hecho (bueno, en realidad son dos):

1.- ¿En base a qué se elige a una persona como Presidente de la Corrida? ¿Va por oposiciones o algo así?

2.- En relación con la primera: el tema de que a un torero, el presidente de turno le conceda una oreja, dos o los cojones y el rabo, ¿depende de si ese día ha follao y está de buen humor o hay criterios escritos para dictaminar los triunfos?.

1- El presidente es un madero local con vara alta (en algunas plazas, son los concejales) y ha llegado alli, pues imagínese: amiguetes, caralsoles juntos, en canto sociatés, pues lo mismo, nomeimportaquetefollesamimujer y con algo de afición y riguroso conocimiento del reglamento (por los cojones también), con estricto orden de antigüedad y alguno he conocido buen aficionado, y mejor persona. Ahora por lo visto hay cursos, les enseñan y cosas de esas.
2- La primera oreja la da el público, cubicando a ojo el número de pañuelos, la segunda la puede dar el presidente si le sale de los cojones aunque nadie la pida, o no darla aunque quince mil personas le estén llamando hijo de puta durante cinco minutos seguidos a grito pelado(lo he visto).
 
Ah, y no se preocupe del sonido leprosil, que peor suenan los cafe quijada, majo que hez y heztopa y seguimos vivos.
 
Leproso rebuznó:
Mal llamao arte, lo puso de moda y trató de elevar a estético algo que no es más que lance de carnicero, un paisano mio. Tienes que acertar en la médula y seccionarla (el bicho no muere, pero ya no se levanta más) con una espada que pesa (mucho además) a pulso, con el bicho a la defensiva que puede darte un meneo chungo, jugándote el triunfo en el brete, o con la plaza berreando por que llevas veintisiete intentos y que no hay manera. No, no es nada fácil y tampoco es bello.

Joder, yo pensaba que en ese momento palmaba:shock: ¿Es posible que cuando lo van arrastrando, para sacarlo de la plaza, siga vivo? ¿Entonces qué pasa, muere desangrado?
 
Si, algunos entran vivos al desolladero, y la culpa es del tercero de la cuadrilla, el puntillero que no hace bien su labor.
 
Armin Tamzarian rebuznó:
Y se agradece la respuesta. :lol: La verdad es que tiene sentido lo de poder curar las heridas si el torero recibe una cornada en la cara, lo de los motivos estéticos ya no tanto, yo llevo barba y no por ello soy menos estético.

Hombre, si te hacen un Padilla yo creo que ya te da igual si llevas barba o no.
 
ilovegintonic rebuznó:
¿De dónde te viene la afición por la fiesta nacional?

Tenía yo un jefe hace unos años, fachorro, votante del PP a muerte y tan clavado a Zaplana que una vez le invitaron en un bar a todo lo que se tomó porque creían que era él, que era no sólo un trepa, sino además del Atleti. Menudo coñazo de tío era. El tío nos daba una brasa insoportable cada San Isidro, porque no se perdía una corrida. Es que es lo que mata a la fiesta, la gente rancia de este tipo, los pijos de la teba y el puro y los ricitos en la nuca. Uno siente rechazo frente al aficionado típico del toro. Esta gente, ¿por qué no la prohibís?

De chaval con doce o trece años me llevó un tío mio a los toros, de él aprendí los rudimentos del asunto. A esa edad la primera corrida que ves, o flipas y empieza a gustarte o no pisas una plaza de toros en la puta vida, ni para ver a Victor y Ana (aunque te pierdas todo el arte que atesoran) y lo aborrecerás.

Aquel día vi algo totalmente nuevo, extrañísimo, oscuro pero que atraía con fuerza, no abrí la boca en dos horas y media, nada pregunté, solo miraba cada vez más emocionado. Allí había algo importante, y claro, tenía que seguir en ello.

Os aseguro que vi al puto Teseo dando matarile al de negro, pa que me entendáis, como un vidrio de dos horas de kalkulon.

De lo otro que me pregunta, pues tiene usía toda la razón, esa gente son un asco, no tienen ni pizca de educación para comportarse en la plaza, ni puta idea de toros y lo que más me jode que traen a la plaza la mierda de sus vidas y su falta de saber estar. Del puto clavel, mejor no hablar. Yo también luzco ricitos en la nuca cuando me abandono y demoro el esquileo, gasto gemelos y teba azul o verde según me cuadre y siempre, siempre, pañuelo blanco, pero le aseguro que no soy de esa canalla que además los muy hijos de puta, no solo te atufan con el puro, se ponen el clavel de los cojones, es que les he visto pedir las orejas con clines. Si, les echaría a patadas.
 
Señor Leproso, ¿qué opinión le merece Emilio Muñoz?
Aquí en Barcelona, en los ochenta, era el amo.
Dos tardes seguidas con cuatro orejas y rabo en ambas. A los segundos toros de cada corrida los mató recibiendo.
Tenía sus detractores, que decían que se retorcía mucho. Pero a mí siempre me pareció la quintaesencia de la fiesta, algo tremendamente trágico.
Cuando daba naturales de frente con los pies juntos (sí, ya sé que eso no es lo clásico) yo simplemente babeaba...

Respecto a cómo se aficiona uno a los toros, ya lo explicaba Hemingway en los años 30. Tienes que ir a los toros y probar.
Los amas o los odias. No hay mucho término medio.
Como ya se ha dicho más arriba, alguien que no aprecia su sentido estético, no ve más que a unos tipos clavándoles cosas a un bicho.

A mí siempre me gustaron. En la tele, en blanco y negro, no les pretaba mucha atención.
Luego fui un día a la plaza yo solo, con 18 años, y me enganché.

Mi hijo mayor ha asistido a dos corridas, ambas en Madrid, en Agosto. Corridas malas a más no poder, con toros que no valen nada y toreros que se les ha escapado el tren.
Se quedó enganchado. Es ir y probar. Te encanta o lo odias. Y no hay más.
 
Atrás
Arriba Pie