Por suerte guarde buena parte de mis ahorros de adolescente en una antigua hucha que tengo por el cuarto trastero. Es probable que tenga entre diez y quince mil pesetas, lo cual será una fortuna en el futuro apocalíptico que nos aguarda, y como las muchedumbres huirán de las ciudades buscando la seguridad de las tierras donde nuestros abuelos prosperaron, quizás hasta pueda hacerme con un nutrido grupo de siervos para mi futura hacienda. Donde unos ven miseria yo veo posibilidad de negocio, unos somos previsores y guardamos suficiente cantidad de monedas con el jeto del tío Paco y el Bourbón como para asegurarnos un futuro esplendoroso entre la miseria ajena, entonces será la ley de la selva quien nos gobierne.