Blood
Clásico
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- 11 Abr 2010
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La mili era la esencia de la vida, un resumen de lo que luego te ibas a encontrar.
Claro que es jodido que un pigmeo medio analfabeto, por el simple echo de sargento chusquero, pueda mearse encima tuyo, pero es que la vida real es así. Si trabajas en una empresa y tu jefe es un gilipollas integral (cosa, por cierto, bastante habitual), no tienes mas huevos que joderte y tirar p'alante.
Claro que en la mili te mandan a hacer cosas absurdas, como sacar brillo a las botas antes de hacer una marcha por el barro, pero la vida real es mas de lo mismo. El jefe que te ordena algo inutil, la parienta que se empeña en cambiar el color de las paredes y son cosas que debes aprender para formar el caracter.
Hoy en día la mayoría de la juventud vive en los mundos de Yupi, ignorando que tarde o temprano sus padres moriran y que tendrán que sacarse ellos mismos las castañas del fuego. Viven en una fiesta contínua, sin responsabilidades, sin reglas y sin aspiraciones.
La mili lo que trataba era de sacudir al vago, doblegar al desobediente, hacer morder el polvo al chulito y acojonar al macarra. Los reclutas normales se integraban pefectamente en la maquinaria del servicio militar y no les suponía ningún trauma obedecer ordenes o agachar el morro ante un superior.
Una escuela de la vida, eso es lo que era la mili y lo que la gran mayoría de los jovenes españoles necesitan urgentemente. Sobre todo en una sociedad como la actual donde los padres tolerantes, dialogadores y permisivos, se han dejado comer el terreno por hijos déspotas, vividores y maleducados.
Y si, prefiero mil veces pegarle una buena ostia (o varias) a tiempo a mis hijos, que tener que llevarlos luego a un reality de esos de la tele a que me los "humanicen".
Claro que es jodido que un pigmeo medio analfabeto, por el simple echo de sargento chusquero, pueda mearse encima tuyo, pero es que la vida real es así. Si trabajas en una empresa y tu jefe es un gilipollas integral (cosa, por cierto, bastante habitual), no tienes mas huevos que joderte y tirar p'alante.
Claro que en la mili te mandan a hacer cosas absurdas, como sacar brillo a las botas antes de hacer una marcha por el barro, pero la vida real es mas de lo mismo. El jefe que te ordena algo inutil, la parienta que se empeña en cambiar el color de las paredes y son cosas que debes aprender para formar el caracter.
Hoy en día la mayoría de la juventud vive en los mundos de Yupi, ignorando que tarde o temprano sus padres moriran y que tendrán que sacarse ellos mismos las castañas del fuego. Viven en una fiesta contínua, sin responsabilidades, sin reglas y sin aspiraciones.
La mili lo que trataba era de sacudir al vago, doblegar al desobediente, hacer morder el polvo al chulito y acojonar al macarra. Los reclutas normales se integraban pefectamente en la maquinaria del servicio militar y no les suponía ningún trauma obedecer ordenes o agachar el morro ante un superior.
Una escuela de la vida, eso es lo que era la mili y lo que la gran mayoría de los jovenes españoles necesitan urgentemente. Sobre todo en una sociedad como la actual donde los padres tolerantes, dialogadores y permisivos, se han dejado comer el terreno por hijos déspotas, vividores y maleducados.
Y si, prefiero mil veces pegarle una buena ostia (o varias) a tiempo a mis hijos, que tener que llevarlos luego a un reality de esos de la tele a que me los "humanicen".