El embarazo del hombre: la mili

vincenzolaguardia rebuznó:
Le dije: No saco del mar a un perro vivo, menos voy a sacar a un perro muerto.

Tú sacarás lo que se te ordene hijodeputa ¡¡
Anda que para SS has nacido tú ... Serías de los primeros en mi lista cuando empezaran a caer cristales rotos
 
pastanaga rebuznó:
Eso no es cierto para nada. Aunque entre la gente de origen rural suele ser más común, puesto que fue la gran ocasión para salir de la aldea y ver mundo, la mayoría de los que conozco no lo volverían a hacer. En lo que sí coinciden absolutamente todos es en las ganas de que los jóvenes de hoy en día lo tuviesen que hacer, que es algo distinto.

De entre los nacidos a mediados de los 70, sólo hay dos grupos que la hayan hecho:
  1. Los que por motivos familiares se veían obligados a ponerse a trabajar pronto, y no les quedaba más remedio que sacarse el obstáculo cuanto antes.
  2. Los tontos.

Eso que digo es lo que dice todo aquel que ha hecho la mili y no es:

  1. Tan pobre como para tener que ponerse a trabajar pronto y que la familia le obligue.
  2. Tonto o maricón.
Además, el sevicio militar se hacía cuando tocaba, no cuando uno lo elegía por sacárselo cuanto antes.

yeimsmelocotongigante rebuznó:
Que yo sepa los de El campamento o son tias, que por lo tanto no tenian que hacer la mili, o han estado en algun reformatorio, donde en teoria hay figuras de autoridad y todo eso.
Vamos, que tienes envidia porque te tocó pringar.

Yo fui más chulo que todo eso, antes de que me tocara pringar me fui voluntario, así que envidia ninguna, hamijo.


Claro que si abuelo, la culpa de que haya marginalidad es que se suprimio el servicio militar. gran tesis.

es tuya o te la dijo tu guru tomando un sol y sombra?:lol:

Estupendo, ¿en lo sucesivo podría cuestionar mis respuestas alguien que no fuera retrasado mental? :lol::lol::lol:
 
Yo serví en el tercio Don Juan de Austria, donde solo cabían los valientes.

Nos soltaban en las montañas y a la semana nos encontraban en un pueblo lejano borrachos, más gordos y hartos de follar.


Mencey

Una semanita al calabozo por mentiroso :Co
 
Yo fui pidiendo prorrogas por estudios hasta que la quitaron.

Tranquilos que si hay guerra con morolandia vendrán los usa a ayudarnos :

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Estamos bien apañados.
 
A mí me pilló cuando ya se escuchaban campanas de que la iban a eliminar y todo eso. A pesar de ello, me hice objetor (de joven era un costroso de la vida, pero suficientemente cobarde para no ser insumiso, a pesar de que estuve en la primera manifestación pro-insumisión en Mallorca, justo delante de los juzgados de Via Alemania, defendiendo al primer insumiso que hubo por estos lares) y, como empecé el doctorado (que nunca acabé, ya que fui un docente precoz (24 añitos)) me libré. Pero mi verdadera mili o lo que vendría a ser lo mismo, me la hicieron pasar tres valencianos- qué hijos de puta, los valencianos- que me'n varen fer passar de tot color en tierras menorquinas. "Novatadas" included.

Eso sí, mi padre me contaba que, en su tiempo, un cabo les daba de hostias a los reclutas en ambos carrillos al son de "con esta te tumbo, con esta te levanto; con esta te tumbo, con esta te levanto"
 
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Lo que voy a contar sucedió cuando estaba haciendo el servicio militar. Ya eran los últimos meses, eramos pocos los que aún quedabamos, y aquella noche solo estabamos en la barraca Martín y yo. El resto de nuestros camaradas, o bien estaban de guardia, o bien habían salido de franco. Unos días antes yo había ingresado una botella de whisky oculta entre mis ropas, para alguna noche en que debiera quedarme. Como esa noche.

Conseguimos hielo en la cantina, con la excusa de un golpe que mi compañero fingió en su pierna y nos encerramos en el depósito de ropa a conversar mientras bebíamos y escuchábamos algo de música. En el año transcurrido desde nuestra incorporación, yo había apreciado en silencio el físico de Martín. Si bien no era una persona corpulenta, sus músculos estaban muy desarrollados, como resultado de su trabajo en la finca de su familia. No era demasiado alto, carecía practicamente de vello, tanto en su pecho como en sus piernas. Su piel era morena, su rostro, delgado y rudo, y su cabello, si bien estaba rapado al estilo militar, era de color castaño claro.

Mientras bebíamos, hablamos sobre la vida en el cuartel, recordamos el día en que hablamos por vez primera, mientras aguardabamos para recibir la ración de almuerzo, la dura instrucción, y el día en que ambos fuimos seleccionados para el destino interno dentro del depósito. Sin decirlo, yo pensaba también en aquella primera vez en que nos cruzamos en las duchas. Si bien el agua helada había provocado en su miembro un efecto devastador, al igual que en mí, se podía adivinar que en otras circunstancias, su pija debía ser más que interesante. Sus nalgas eran firmes y bien torneadas. Mientras transcurría el tiempo, nuestra charla fue virando hacia la cuestión sexual. Algo embiragado a esa altura, le conté en confidencia que mi relación con la chica con la que estaba saliendo estaba pasando por una impasse. Me sorprendió escucharlo decir que nunca había tenido una relación en serio con ninguna chica.

Vivía bastante lejos del pueblo y no salía demasiado. La conversación fue derivando hacia las experiencias sexuales que habíamos tenido, y grande fue mi sorpresa cuando me soltó que su primera experiencia había sido con un primo suyo, a los 13 años. Me relató como su primo, una noche, había buscado en su bragueta, había sacado su pija, y se la había chupado hasta casi hacerlo acabar. Como le había puesto boca abajo, lamido su culo, como le metió lentamente una pija enorme y lo había cogido hasta llenarle el culo de leche. Como, tras vaciarse dentro de él, lo invitó a hacerle lo mismo. Me contó que cuando acabó creyó que su corazón iba a reventar. Se tendió junto a su primo, y descubrió que su hermano mayor, miraba desde la puerta entreabierta. A cambio de su silencio su hermano lo hacía chuparle la pija casi a diario, y matuvieron durante mucho tiempo una relación incestuosa de ida y vuelta, que se convirtió más de una vez en trío, al sumarse su primo ,o algún amigo de su hermano.

Hizo un silencio al terminar su relato, como dándome paso para que yo le contara mi propia experiencia. Me serví más whisky, le agregué hielo, sorbí un trago, intentando disimular la tremenda excitación que me había causado su relato. Como yo prolongaba el inicio, me soltó : ¿ Acaso te sorprendió lo que te conté ? ¿Me vas a decir que jamás hiciste nada con otro chico ? ¿Nunca te tocaste con algún amigo ?. Incitado por sus preguntas, y algo relajado por el alcohol, me largué a contarle mis primeras experiencias, ocurridas entre los 11 y los 14 años, con varios amigos de mi barrio. Si bien yo intentaba ser bastante genérico en el relato, él me exigía cordialmente que le diera más detalles.

A medida que avanzaba en mi historia, percibía como bajo su slip, su miembro iba creciendo en tamaño. Estabamos sentados sobre unas mantas en el suelo, solo vestidos con nuestros calzoncillos, y ambos sudabamos a causa del whisky. Nuestros cuerpos estaban brillantes, sobre todo el suyo, y su erección creciente se hacía cada vez más notoria bajo su slip blanco con elástico negro. Por mi cabeza fueron desfilando imágenes que se fueron convirtiendo en relato. Le conté como espiaba a la novia de mi primo mientras se bañaba. Como los vi cogiendo una noche, como me calenté al ver a mi primo hundir su pija enorme en su novia, mientras ella jadeaba de goce. Finalmente comencé a contarle sobre un vecino con quien pasaba muchas horas en el verano en que cumplí mis 11 años. Mi amigo era dos años mayor que yo, y era bastante reservado. Era hermano de un compañero de colegio mío, y nos conocimos un día en que fui a estudiar a su casa. En pocos días eramos amigos, nos gustaban las mismas cosas, y comenzamos a pasar cada vez más tiempo juntos.

Una tarde fui a su casa, y me invitó a pasar. Me contó que su hermano y su madre acababan de salir para el médico y que recién volverían al anochecer. Eran poco más de las dos de la tarde, y hacía mucho calor. Me invitó a pasar al cuarto que compartía con su hermano y me convido con algo fresco, que fue a buscar a la cocina. Al entrar vi sobre su cama una revista porno. La tomé y comencé a hojearla. Entre mis piernas comencé a sentir una sensación totalmente nueva para mí. Regresó tan repentinamente que no me dió tiempo a devolver la revista a su sitió. Se sonrió al verme y me dijo : ¿está buena ?. Yo balbuceé que sí, avergonzado, y el me respondió : ¿querés llevarla para pajearte?. Mi cara debió mostrar claramente la sorpresa y el aturdimiento de quien no tiene ni idea de lo que le están diciendo. Ël se dió cuenta enseguida. Me dijo : No sabés lo que es hacerse la paja ¿no?.

Yo asentí con mi cabeza. ¿Querés que te enseñe ? Pero antes de que pudiera responder se sentó a mi lado, se bajó los pantalones y descubrió un miembro que comparado con el mío se veía monstruosamente grande y peludo. Yo ni siquiera tenía vello !. Yo miraba petrificado como el comenzaba a mover su mano por su pija, rodeándola, deslizándose arriba y abajo mientras esa cosa seguía creciendo y su cabeja se ponía más y más roja. Bajo mis pantalones empecé a sentir como mi propia pija comenzaba a latir. ¡Dale, animata ! me decía, pero yo estaba demasiado avergonzado siquiera, como para bajarme los pantalones, y dejar al descubierto mi pequeñao miembro, que con seguridad le provocaría carcajadas solo de compararlo con el suyo.

Yo te vo a ayudar, me dijo y hundió su mano en mi pantalón en busca de mi pija. Me sorprendío cuando al sacarla a la vista dijo : no está nada mal ! SE arroldilló delante de mi y con sus dos manos comenzó a pajearme. Yo estaba enloquecido viendo como recorría con sus manos todo mi miembro. Con una mano separó mis piernas, diciéndome que me relajara, y luegó, sin dejar de masturbarme, comenzó a acariciar mis huevos. Jamás había sentido algo parecido, y el placer que sentía me hacía ignorar que sabía que lo que estabamos haciendo era considerado inmoral. Lo había oido muchas veces, pero jamás había sabido a que se referían cuando lo decían. Fue un pensamiento fugaz, que duró solo un instante y se interrumpió cuando vi que acercaba su boca a mi pija y comenzaba a chparla.

Empecé a jadear cuando con su lengua recorría desde la cabeza de mi miembro hasta mi culo, se detenía en él, lo rodeaba con su lengua, y presionaba con ella abriendose paso a mis entrañas. Se mojó un dedo con saliva y comenzó a pasarlo por mi culo, hundiéndolo muy lentamente, a medida que sentía que mi cuerpo se acostumbraba a su presencia y le flanqueaba el acceso. Me vacié en su boca, al mismo tiempo que el hundía la totalidad de su dedo mayor en mi culo. Ese primer orgasmo de mi vida jamás lo olvidaré. Fue algo sorpresivo, inédito para mí y inmensamente placentero.

Se puso de pie cuando sintió que me había vaciado por completo, y colocando su pija a la altura de mi rostro me dijo : ¿a ver si aprendiste ? .En mi inocencia, me pareció totalmente lógico, y en realidad, viéndolo objetivamente lo era. Puse literalmente manos a la obra. Su pija se sentía suave en mis manos se delizaba provocándome una sensación placentera, deshinibido de todo pudor, con la inocencia de mis once años, y la curiosidad de descubrir un universo totalmente nuevo. Cuando la llevé a mi boca la sentí amarga, pero con un sabor especial, eróticamente atractivo. Tal como lo había visto harcérmelo, recorrí con mi lengua toda su longitud. Deteniéndome para rodear su cabeza con mis labios, succionando lentamente y abriendo luego mi boca para recibirla por completo, hasta sentirla chocar contra el fondo de mi garganta.

Cuando acabó, sentí el sabor de su esperma y me pareció que sabía algo picante. Cuando se retiró, me dijo : Otro día te voy a enseñar a coger. Yo estaba extasiado pero algo más frío podía percibir que habíamos hecho algo incorrecto. Dudaba si decir algo, cuando el me dijo : Esto que hicimos queda entre vos y yo. Nadie debe saberlo. Sentí alivio al oirle decir eso. Apenas habían pasado algo más de cuarenta minutos desde mi arribo.

Mientras tomábamos algo fresco, sacó de detrás de unas ropas una pila de revistas. Eran 7 u 8. En algunas se veían mujeres desnudas, en otras parejas en posiciones que me parecían imposibles de lograr, y en dos de ellas había solo hombres. Viendo que yo miraba con más atención éstas últimas, tomó una de ellas y la abrío. Tipos con pijas enormes poblaban las páginas. Había fotos de hombres chupando a otros hombres, algunos colocados sobre el otro invertidamente, tragándose las pijas simultaneamente. En la siguiente foto, se podía ver como uno de los tipos hundía su lengua en el culo del otro, mientras éste parecía gritar con expresión de placer. En la siguiente podía verse como uno de ellos le metía la pija dentro del culo al otro, que estaba en cuatro patas sobre un sillón.

Era como lo había visto hacerlo a los perros en varias oportunidades.Parecía que era algo que daba mucho placer, aunque me costaba imaginar que algo como la pija de mi amigo entrara en mi culo. -Eso es imposible- dije, - debe ser alguna clase de trruco. ¡Creés que no es posible !. ¿Querés que te muestre que se puede ? me dijo, sabiéndo que no me negaría, sobre todo después de lo que habíamos hecho un rato antes. Bueno le dije, pero si siento que me duele, paramos. De acuerdo, dijo y me tomó por sorpresa al estamparme un beso en la boca. Sentí como su lengua se abría paso en mi boca, mientras yo lo dejaba, como buscaba la mía, como la movía dentro de mi boca, jugueteando con ella hasta que yo mismo comencé a seguir su juego.

Cuando se separó de mí, me pidió que me pusiera de pié, que me reclinara hacia adelante separando mis piernas, y se colocó detrás mío arródillándos y separando mis nalgas con sus manos. Hundió su lengua en mi culo, provocándome un estremecimiento, y tomando con su mano mi pija, la llevó hacia atrás, apuntando mi cabeza a su boca, al tiempo que en una sola lamida abarcaba mi culo y mi miembro. Yo apoyé mi pecho y mi cabeza en la pared, liberando mis manos que se ocuparon de separar mis nalgas, lo que le permitió utilizar sus manos libremente. Como la primera vez, comenzó a hundir un dedo en mi culo, que ahora ofreció menos resistencia y se dejó penetrar. Cuando un segundo dedo comenzó a entrar pensé que no iba a soportarlo, pero entre la excitación y el movimiento circular que realizaba con el primer dedo, el dolor fue ínfimo comparado con el placer que experimentaba por primera vez..

Jugaba con sus dedos rotándolos a mediada que los introduciá y los retiraba de mi culo, al tiempo que los iba separando entre sí, casi imperceptiblemente. Jugó así por un rato, hurgando con sus dedos mientras su lengua recorría mis huevos, mi pija, y lubricaba mi culo. Lentamente sacó los dedos de mi. Sentí el vacío, y la desesperación que me provocaba su falta. Me volté el chupé su pija, como lo había hecho antes, con una especie de desesperación por saber qué seguí luego de eso.

Me hizo colocar en cuatro patas sobre la alfombra, con mi pecho apoyado en la cama y los brazos separando mis nalgas. Con su pija aún humeda con mi saliva, se colocó detrás de mí, y guió la cabeza de su pija hasta mi culo. Yo sentía que estaba algo desviado de su rumbo, y con una mano lo guié, como si fuera un experto. Recibí aquella cosa enorme con increible facilidad. Me sorprendió sentir que entraba en mí lentamente, hasta chocar su pubis velludo en mi culo, algo que creía que era imposible. Sentí un dolor agudo cuando comenzó a moverse, y le pedí que no saliera tanto, porque si lo hacía me dolía. Sus movimientos eran cada vez más rápidos. Se detuvo varias veces y yo supe que era para evitar acabar. Sin alcanzar el orgasmo salió de mí, y me pidió que me acostara boca arriba sobre la cama, separando las piernas. Buscó un almohadón y lo deslizó debajo de mí a la altura de mí cintura, de modo de poner mi culo a una altura más accesible.

Se inclinó sobre mí, mientras guiaba su pija hacia mi culo, que le falnqueaba nuevamente el paso, totalmente dilatado y deseoso de recibirlo. Mientras me cogía me besó en la boca, su lengua jugaba con la mía apasionadamente. Se incorporó sin salirse de mí y comenzó a hacerme la paja al mismo ritmo que me penetraba, y yo sentí como mi pija, que hasta entonces estaba placidamente relajada, para facilitar su cogida, comenzaba a crecer, y el la apretó con fuerza en el mismo momento en que cerrando sus ojos, lanzó un suspiró y eyaculó dentro de mí.

Se estremecía y vibraba mientras todo su semen llenaba mi culo virgen. Así, a mis once años, perdí mi virginidad, con un chico algo mayor que yo, y con quien repetimos esas experiencias hasta que a los 14 años debió mudarse. En ese lapso, con la libertad que da la ingenuidad que uno tiene a esa edad, lo hicimos de todas las formas imaginables, en un plano de igualdad, donde no importaba quien ocupaba cada rol. Con el tiempo, y con mucha delicadeza fuimos incorporando a otros a nuestros juegos. Primero su hermano, quien sospechaba que había algo entre los dos hasta que un día nos lo planteó directamente.

Cuando le confirmamos sus sospechas haciéndole prometer que mantendría silencio, pidió que le permitieramos participar, y a quien inicié personalmente bajo la mirada de su hermano. Más tarde, se sumó un amigo que teníamos en común, quien para mi sorpresa tenía la pija más grande que he visto en mi vida, y que hacía las delicias de todos. Recordando aquellos días fuí describiéndole a mi camarada de armas mis experiencias del pasado, solo interrumpiendo mi relato para sorber el whisky que me iba sirviendo sin dejar de prestar atención a mi relato. Le conté sobre mi relación con un compañero de secundaria, en segundo año, de las mamadas que nos dabamos en el baño del colegio, Iba desgranando historias, con la vista fija en un punto imaginario en la pared, olvidando su presencia, sintiendo nuevamente aquellas emociones vividas. Mi primera relación con una mujer, cierta fiesta en la que terminamos un amigo y yo con una prostituta, a la que yo cogía mientras mi amigo me cogía a mí. En cierto momento volví a la realidad, algo avergonzado por haber desnudado tantos secretos, borracho, y relajado.

Mi camarada estaba de pie, apoyado contra una pared, y al ver que yo volvía a poner los pies sobre la tierra, intentó cubrir con sus manos la erección que había producido mi relato. Pensé que estaba avergonzado, pero me sorprendió al decir – Se me paró la pija escuchándote, no pude evitarlo.. en realidad, ni intenté… Sin decir palabra me acerqué a él y estiré mi mano, acariciando su pija que asomaba parada debajo de su slip.Instintivamente dió un paso atrás pero estaba la pared. Su espalda chocó contra ella. Se dio cuenta de la situación . No tenía sentido luchar contra lo que ambos sentíamos como inevitable.

Bajé su slip y su pija se disparó como impulsada por un resorte. La tomé con mis manos y la llevé a mi boca. Cuando toda su extensión estuvo dentro de mi boca, pude sentir que sus piernas temblaban. Alcé la vista y vi que en su rostro solo había placer. Sus jadeos, no hacían más que impulsarme a seguir chupando. Se recostó sobre el suelo y yo me coloqué sobre él, mirándolo a sus ojos al tiempo que con mi mano guiaba su pija entre mis nalgas, jugueteaba con su cabeza frotándola lentamente alrededor de mi culo, para finalmente dejarme llenar por toda su extensión.

Comencé a moverme lentamente, sintiéndo como su pija se abría paso dentro mío, sintiendo el vacío cuando me retiraba, sosteniendo ese momento por un instante, hasta que se hacía insoportable y volvía a dejarme penetrar hasta colmar mi culo. Con su mano intentó masturbarme, pero yo no lo dejé. Quería estar totalmente relajado para disfrutar lo que tenía dentro. Lo sentí venir y me separé justo a tiempo. El primer chorro de esperma me dio en la cara, el segundo dentro de mi boca, que alcanzó a abrirse a tiempo para evitar que se derramara por completo fuera de mí. Completamente exausto se separó de mí. Pero yo estaba tan caliente que no iba a dejar que las cosas quedaran ahí. Le dije- ahora me toca a mí. Hizo un intento de excusarse, pero, lo interrumpí empujando mi pija hacia su boca.

Después de la atención que le había dispensado, no podía negarse, y lo cierto es que daba la impresión que su actitud era solo una aparente firaldad que escondía su deseo de que yo tomara la iniciativa. Cuando empezó a chuparme la pija, quedó en evidencia que su experiencia era bastante amplia. Al parecer, allá en el campo, entre su primo y su hermano, había practicado durante bastante tiempo. Yo estaba tendido en el suel con las piernas abiertas, mientras él en cuatro patas me chupaba con delicadeza y suavidad.

De repente se abrió la puerta del depósito, que yo había creido trabada y nuestro superior apareció ante ella. Yo creí que me moría. Intenté ponerme de pie, pero estaba tan borracho que solo logré caer al suelo nuevamente. Mi compañero, sorprendido en plena faena, intentaba cubrir su desnudez, logrando entre los dos, que la situación, además de comprometida, resultara bastante ridícula. Avanzando hacia nosotros, el encargado del depósito franqueó la puerta cerrándola tras de sí. ¿Alguien puede explicarme qué significa ésto ? dijo. Solo logró sacarnos algunos balbuceos, pues era evidente lo que estabamos haciendo. Desde el suelo, donde estábamos, el metro ochenta cinco de altura del Cabo primero, parecía alcanzar el techo.

Era nuestro superior inmediato. Tenía apenas 23 años. Yo ya había cumplido los 20. Durante los meses en que habíamos estado a sus órdenes había demostrado ser un tipo bastante accesible, algo rígido en sus ideas, pero que en más de una oportunidad había salido en defensa de sus subordinados, incluso cubriendo algunas faltas graves. ¿Están al tanto que lo que estaban haciendo es considerado una falta grave, y que pueden ser castigados con prisión por ello ? dijo, y no espero nuestra respuesta. Dijo : además han ingresado clandestinamente whisky al regimiento, y se han emborrachado !. Y sin detenerse agregó- y encima casi han terminado la botella, y este whisky, es mi favorito !.Y sonrió.

¿Es la única botella, preguntó ? y yo, poniéndome en pie, despabilado por el temor, busque en mi taquilla y saqué una segunda botella. Sirvame un vaso, me dijo, y mirando a mi compañero le dijo : y usted, continúe con lo que estaba haciendo. Mi compañero abrió los ojos creyendo no haber comprendido la orden, pero enseguida se dio cuenta que había escuchado bien cuando, el cabo primero comenzó a desabrocharse el pantalón. Tras servirle el whisky volví a tenderme en el suelo, y mi compañero, aún incrédulo, volvió a reclinarse sobre mí retomando la faena.

El cabo priemero se puso detras de él y bajándose los calzoncillos descubrió su pija, que era bastante gruesa aunque no demasiado larga. Mojó con su saliva la cabeza y arremetió contra mi compañero hundiendole toda su pija de una sola embestida. Tomado por sorpresa, éste quizo gritar pero tenía toda mi pija en su boca y solo emitió un sonido ahogado y ronco. Marcando el ritmo con sus embates, nuestro superior le indicaba el ritmo en que mi compañero se tragaba mi pija hasta que mis huevos chocaban con su mentón. Durante un rato nos mantuvimos en esa posición.

Cuando el cabo primero se separó, saliendo de su culo, ambos supimos lo que debíamos hacer a continuación. Sentado en una silla, con sus piernas separadas, entre ambos le chupamos la pija, recorrimos con nuestras lenguas sus testículos, exploramos su culo, entrelazamos nuestras lenguas, mientras los masturbabamos con nuestras manos, al unísono, y compartimos la explosión de su esperma cuando alcanzó el orgasmo. Pero yo no había acabado aún y ya no podía aguantar mucho más. Dejé que mi compañero continuara lamiéndo respetuosamente a su superior, y me coloqué tras él.

Comencé a cogerlo furiosamente, mientras veía a nuestro superior estremecerse de placer con la mamada que le estaban dando , excitándose nuevamente con la visión de mi pija hundiéndose en el culo de mi camarada. No demoré demasiado en acabar, Fue un orgasmo largo, casi interminable, sinténdo que toda mi leche inundaba las entrañas de mi amante. Me separé y me tendí exausto sobre unas mantas. Cuando abrí los ojos, vi a mi superior incorporándose para dirigirse hacia mi.

Tomo mis piernas con sus brazos. Las separo´y alzó, y colocándose entre ellas, con su pija nuevamente dura, buscó guiarla hasta mi culo y la hundió con facilidad, sabiendo que no era el primero que aquella noche hurgaba dentro mío. Llamó a mi compañero y le ordenó ponerse a mi lado para que yo chupara su pija, y él pudiera ver como lo hacía. En sus ojos podía verse la excitación que la visión de mi pija tragándose la verga de mi compañero le provocaba.

Le dio la orden de colocarse sobre mí, con las piernas rodeando mi cuello y su pija hundida en mi boca, y sin dejar de cogerme hundió dos de sus dedos en el culo de mi camarada. Éste recibió sus dedos con placer, emitiendo un gemido de gozo, y tras unos instantes esatalló en mi boca. Casi al mismo tiempo sentí como se llenaba mi culo con la esperma ds mi superior. Nos separamos, y yo pensé que allí concluia todo. Sentía que estaba al borde de mis fuezas. Pero nuestro superior tenía otros planes. Comenzó a bbuscar en su armario hasta que extrajo de él un consolador enorme, que medía no menos de 23 cms de largo. Me hizo colocar frente a él y sentándose sobre aquella monstuosidad, a la que había lubricado con una crema previamente, comenzó a chuparme con delicadeza.

Con un gesto indicó a mi compañero que se ubicara a mis espaldas y comenzara a lamerme el culo. Yo me lo veía venir y no me tomó por sorpresa cuando se quitó el consolador de su culo, y le ordenó a mi compañero colocarse en cuatro patas para cogerlo con ese aparato. Luego me tocó el turno a mí. Pensaba que era imposible que esa cosa entrara en mi culo, pero dilatado tras tanta cogida, fue entrando en mí con facilidad, provocándome espasmos de placer, y haciéndome gemir. No podría contar las veces que me chuparon la pija esa noche, las veces que mi pija estuvo en la boca o el culo de alguno de los dos, o las veces en que mi culo se llenó de leche. Antes del toque de diana, el cabo primero se retiró a su cuarto, mi compañero se deslizó en su cucheta, y yo me quedé en el depósito ordenando el lugar para que nadie notara lo que había sucedido aquella noche. Desde aquel día hasta el día en que nos fuimos de baja, dos meses después, era frecuente que alrededor de la hora de la siesta, colgaramos un cartel en la puerta del depósito, que decía cerrado hasta las 16 Hs, y nos encerraramos a gozar entre nosotros, y a jugar a que nuestro superior nos ordenaba que con sumisión cumplieramos todas sus directivas.

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AHORA SOY EL NOVIO DE MALA VIDA


gl
 
Tú sacarás lo que se te ordene hijodeputa ¡¡
Anda que para SS has nacido tú ... Serías de los primeros en mi lista cuando empezaran a caer cristales rotos


Cualquier socorrista sabe que no hay que rescatar ningún animal bajo ningún concepto, si es una mascota que vaya a buscarla el dueño, si el dueño no puede salir del agua si que se le rescata. Uno no puede sacar el gato del vecino y que se muera un bañista.
 
No andáis bien informados.

Yo me libré (soy del 81), pero me enviaron muy jovencito la carta para tallarme. Me presenté allí, me tallaron, pedí prorroga por estudios, y me libré.

Pero hay gente nacida en el 80 y algunos del 81 aunque bien pocos (los muy tontos), que sí la hicieron. Los nacidos a partir del 31 de Diciembre de 1981 ya no, esos nada, por muy subnormales que fueran.

Debo confesar que conozco a mucha gente de entre 35-40 y algo tacos y conozco gente de 20-30 años y es ENORMEMENTE PALPABLE cómo los del primer grupo son tios más maduros, puestos, con más sentido de la hombría, serios -que no antipáticos- y honorables, y nada tiene que ver con la edad, ni los que hoy tienen cuarenta eran como hoy lo son los de veinte, ni los de veinte serán en un futuro como lo son hoy los de cuarenta. La diferencia entre ambos es muy evidente y lo achaco a eso, a la disciplina militar que los jóvenes nacidos en los 80 no conocieron.
 

Porque el gato sabe nadar y lo que hay que hacer esperar a que salga por su propio pie y arrancarle la cabeza para colocarla en la mesita de noche. Conducta sádica puente, usted ya sabe.

Aunque todo el mundo sabe que lo correcto sería dejar actuar a la selección natural y eliminar el oficio de socorristas y médicos.
 
pastanaga rebuznó:
De entre los nacidos a mediados de los 70, sólo hay dos grupos que la hayan hecho:
  1. Los que por motivos familiares se veían obligados a ponerse a trabajar pronto, y no les quedaba más remedio que sacarse el obstáculo cuanto antes.
  2. Los tontos.

pfff, era mucho más productivo hacer el servicio social sustitutoro...

Yo en la mili me saqué el carnet C-2 y el E, entre otras cosas positivas, despues no me hizo falta pero, en aquel entonces, ya me supuso una importante alternativa laboral en época de vacas flacas.

5° del 91, salí a finales del 92


pastanaga rebuznó:
Está claro que es mucho más útil aprender a limpiar una escopeta que aprender a escribir.

De eso poco se aprendía, a mi me dieron 5 balas y me quedé con 2, fíjate tu lo mucho que limpiábamos que ni siquiera disparábamos. Eso sí, el graduado escolar se lo sacaron unos cuantos, para eso sí servía la mili, para aprender a leer y escribir.

Yo pasé mis primera nochebuena fuera de casa, haciendo rondas de guardia con el Gilarranz. Un abrazo doquiera que estés.

Las maniobras que hice en el campamento me sirvieron para aprender los ciclos lunares, conocer alguna constelación que ya se me ha olvidado y poco más. Pero el frio que pasé en pleno Junio en Badajoz,.
.

Yo las maniobras más guapas las hice en Huelva, acampados en la arena, cerca de la playa, en o muy cerca de Doñana. Por matalascañas, playa guapa. fuimos en tren con todos los camiones amarrados , cada uno con el suyo, segun iba dando curva el tren se veía la lona de mi camión azotandose al viento y un par de toneles de vaselina que no iban amarrados volatilizandose, había un puro en el aire...

Recuerdo otras en que yo transportaba los colchones, en llegando, tarde, como siempre, voy a donde estaban montando las tiendas de campaña y pregunto por alguien que la tenga hecha y quiera dormir en colchon, al final de las maniobras, cuando devolvía el colchon, me sorprendió un capitán y amenazó con empurarme, menos mal que no fue él el que durmió en el suelo, y todo se quedó en palabras.

toxicosmos rebuznó:
A mí me pilló cuando ya se escuchaban campanas de que la iban a eliminar y todo eso."

Mi reemplazo fue el último en hacer 12 meses, el siguiente hizo 11 y los subsecuentes 9. Soy un martir.
 
Yo soy del 68, pero fuí pidiendo prórrogas de estudios, hasta que finalicé mi carrera. Por tanto hice la mili siendo bastante mayorcito (26 añazos) y lo cierto es que me pareció una experiencia enriquecedora, aunque es verdad que quien mas aprende de algo así, es el jovencito que nunca había salido del pueblo y que iba para hacerse un hombre de pro.

Para no tener que afeitarme me dejé barba. Eso unido a mi edad y mi físico (185 y 90 kgs de puro músculo) me hizo la mili bastante divertida.

Mi primer día de campamento (Caceres, campamento de Santa Ana), ya tuvo la primera anécdota. Fui el primer novato en llegar y mientras ocupaba la litera y preparaba la taquilla que me acababan de asignar, oí por detrás de mi como un veterano (si es que se puede llamar veterano a un tío que lleva tres meses más que tu en algo), me gritaba:

-!!NOVATO, NOVATO...!! Me voy a quedar con todo lo de tu taquilla. Ni te muevas.

Eso, en un tono todo lo amenazador que puede ser una voz de pito de un chaval de 18 años en pleno desarrollo.

Yo seguí sentado en la litera, deshaciendo mi bolsita de aseo y revisando mis cosas sin prestarle atención.

Enseguida el "veterano" llegó a mi lado y se puso frente a mi. Lo miré fijamente desde mi litera y una sonrisa se me dibujó en los labios.
El veterano debía tener 18 o 19 años, aunque físicamente no aparentaba ni 16. Debía medir 165 y pesaría unos 50 kgs de puro hueso. Aún tenía su cara marcada por el acné y la pinta que tenía con el uniforme puesto, era la de un pastillero de carnaval que acababa de llegar de una noche de marcha.

Me levanté y me puse frente a el. Tuvo que levantar su cabeza para mirarme a la cara. Noté como tragaba saliva y su voz se convirtió en un murmullo.

-¿Tu eres novato? Es que eres muy mayor. Y tienes barba.

Alcanzó a decirme mientras se apartaba un poco no le fuera a soltar una ostia con la mano abierta.

Si, le dije,soy novato. ¿algún problema?.

No, que bienvenido y eso. Es que a los novatos hay que gastarles novatadas. A mi me dieron por todos lados y no es justo haber recibido y no dar. Pero pareces buena gente y paso de hacerte nada.

Pues nada, -le dije- Me alegro de que haberte caído bien, tu también pareces buena gente.

Y esa fué mi primera novatada.


Manolo, que así se llamaba el "veterano", me puso el mote de Rambo, y con el me quedé toda la mili.
 
Pues yo salí excedente contingente según sorteo, ajajajajajjjjajaj...:lol:
 
toxicosmos rebuznó:
Eso sí, mi padre me contaba que, en su tiempo, un cabo les daba de hostias a los reclutas en ambos carrillos al son de "con esta te tumbo, con esta te levanto; con esta te tumbo, con esta te levanto"

Manda cohones que un subnormal te tenga que pegar una hostia porque tenga un ranguito y te la tengas que comer y además ahora todos los que eligen la milicia son panchitos.
Al final me tendrán que sacar con los pies por delante
 
Curiosa la forma de convertirte en un hombre según los abuelos cebolletas de esta pocilga, empezando por tener que aguantar canalladas de subnormales que se creían mejores que los recién entrados solo pro llevar varios meses aguantando mierda en el ejército.

Además supongo que habeis olvidado los malos tratos de suboficiales/oficiales frustrados y alcoholizados, la falta de formación de muchos ellos, la cantidad de accidentes y muertes que había de reclutas cada año (todo ello silenciado con la complicidad de TODOS los gobiernos de turno), las condiciones de vida en muchas instalaciones, perder tu puesto de trabajo si estabas trabajando, etc.

Como ejemplo mirad esto.
Los mandos del sargento Miravete no detectaron su adicción al alcohol · ELPAÍS.com

Y habría mas, como chavales ahogados en la armada mientras cogían marisco para los oficiales (no tenían formación como submarinistas), muertes por accidentes de vehículos (conducian camiones sin tener carnet de coche), accidentes por armas de fuego (por descuidos o fallos en las armas).

El servicio militar era algo que no se sostenía a largo plazo, la idea de un ejército profesional es mucho mejor. Lo malo es la forma en que se pensó: sin presupuesto, pocos medios, sin incentivos para reclutamiento de tropa, falta de ascensos para tropa y suboficiales, escasa estabilidad..., vamos como si fuera una mierdosa ETT.

Espabilar de una puta vez en lugar de contar batallitas.
 
Blood rebuznó:
Mi primer día de campamento (Caceres, campamento de Santa Ana), ya tuvo la primera anécdota. Fui el primer novato en llegar ...

Yo me equivoqué de día y llegué un día antes, supera eso.

El comedor era como en las películas de presidiarios, se decía que ese cuartel era el mas chungo de españa junto con uno de paracas o no se qué; que venía mucha gente de barrios como la malvarrosa en valencia. Pasabas en fila y un gordo grande con pinta de gitano y cicatriz en la cara te servía sopa de un cazo, despues un comedor con lo menos 40 mesas alargadas. Total que, el primer día me tiran un cucurucho o algo, me levanto y oteo el horizonte en busca de miradas, nada, despues, fuera, alguien se me acerca y me dice que iba para el rubio de ricitos que estaba sentado en frete mia, que manda guebos el julen presentarse en plan la laguna azul. Despues se fue a los paracas, por cierto.

Head_Dancer rebuznó:
, la cantidad de accidentes y muertes que había de reclutas cada año (todo ello silenciado con la complicidad de TODOS los gobiernos de turno), las condiciones de vida en muchas instalaciones, perder tu puesto de trabajo si estabas trabajando, etc.

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Estar vivo es lo que tiene, que te puedes morir. Lo bueno es que ahora que ya no hay mili ya no mueren jóvenes. La mili es para hacerse a los 18, en el momento en que se empezó con polladas de prórrogas se jodió el invento, qué cojones es eso de trabajar a los 18, a los 18 acabas de estudiar y haces la mili y despues te pones a trabajar o empiezas una carrera.
 
Head_Dancer rebuznó:
Espabilar de una puta vez en lugar de contar batallitas.

Oh, sí, el mundo es una pocilga pero el ejército ha de estar limpio como una patena. En todas partes cuecen habas, pichafloja.
 
Head_Dancer rebuznó:
Curiosa la forma de convertirte en un hombre según los abuelos cebolletas de esta pocilga, empezando por tener que aguantar canalladas de subnormales que se creían mejores que los recién entrados solo pro llevar varios meses aguantando mierda en el ejército.

Además supongo que habeis olvidado los malos tratos de suboficiales/oficiales frustrados y alcoholizados, la falta de formación de muchos ellos, la cantidad de accidentes y muertes que había de reclutas cada año (todo ello silenciado con la complicidad de TODOS los gobiernos de turno), las condiciones de vida en muchas instalaciones, perder tu puesto de trabajo si estabas trabajando, etc.

Como ejemplo mirad esto.
Los mandos del sargento Miravete no detectaron su adicción al alcohol · ELPAÍS.com

Y habría mas, como chavales ahogados en la armada mientras cogían marisco para los oficiales (no tenían formación como submarinistas), muertes por accidentes de vehículos (conducian camiones sin tener carnet de coche), accidentes por armas de fuego (por descuidos o fallos en las armas).

El servicio militar era algo que no se sostenía a largo plazo, la idea de un ejército profesional es mucho mejor. Lo malo es la forma en que se pensó: sin presupuesto, pocos medios, sin incentivos para reclutamiento de tropa, falta de ascensos para tropa y suboficiales, escasa estabilidad..., vamos como si fuera una mierdosa ETT.

Espabilar de una puta vez en lugar de contar batallitas.

Lo más curioso es que mucha morralla a día de hoy y a falta de curro escoje dos opciones:

- entrar en el ejército (y hacer un par de viajes a paises con conflictos, siempre en misión hu-ma-ni-ta-ria)

- opositar a policía local, nacional o guardia civil. El orden no es casual.


Y así es como el cosmos devuelve a las cosas su orden natural.


Y bien poco que te quejas cuando te arrimamos la cebolleta en el autobús, chaval.
 
Yo sí que hice el servicio militar, y guardo buenos recuerdos de aquella época.

Al ser universitario, ingresé en la IMEC (89).

Alférez de complemento. Estuve en Rabasa. Luego me trasladé a Segovia, y terminé en Campo Soto haciendo las prácticas.

Lo más LoL, era ver suboficiales (incluidos subtenientes) con más de 50 tacos plegarse a un joven veintiañero. Nos odiaban, al igual que los Alférez no imecos, que se hacían llamar de pata negra (cordón rojo)

Como anecdotón, referir que durante un tiempo coincidí con Miguel Temprano (hoy día famosete y vividor), que ya prometía entonces.

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Puede que tenga razón Mundele cuando dice que la mili es, cuanto menos, necesaria. Al menos para la gran masa juvenil entendiédola como un mecanismo estúpido, fallido y necesitado de valores. Cuando dejas la adolescencia (que ahora se alarga hasta los 30 ¿por la ausencia de mili?), es importante tener una primera toma de contacto con el mundo real, cuanto más cruda y traumática, mejor.

Los mejores de mi generación, todos, han tenido un sustituto de la mili en forma de autoridad incuestionable y despojo de derechos y necesidades (el mío puede que fuera más duro incluso, cuando surja hablaré de ello). Con los intelectuales no es necesario, porque viven con un individualismo que funciona, si un intelectual necesita guía no es tan fácil como imponerle un poco de autoridad, pero para un individuo que no puede estar en otro lugar que en un rebaño (y esto es la mayoría), es imprescindible. Con la ausencia de todo aquello, es fácil entender el problema de la juventud de la actualidad: apatía, falta de valores, falta de entusiasmo, depresión... A mí que me interesan mucho todas estas cosas, me resulta evidente que son las consecuencias de una generación criada anárquicamente y en algodones, somos los niños mimados de la historia.
 
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