¿El Brillante ese es un bar que está todo lleno de mierda? Con grasa de fritanga hasta en las orejas del camarero. Una vez entré allí, de puta casualidad, y me quedé sorprendío de lo guarros que son los madrileños. Me comí un bocadillo de calamares que no me acuerdo de si estaba bueno o malo porque lo que se me quedó en la mente fue el manto de grasa añeja que recubría todo el bar, la barra, los muebles, las estantería, los servilleteros, la maquina registradora, los adornos, etc. Todo.
Estaba en la Castellana o cómo se llame esa calle principal donde están los museos, las fuentes de los futbolistas, los ministerios y los hoteles de lujo.