No puede ir a comprar con una ropa discreta, poco llamativa o simplemente decente no, tiene que ir vestida como una putilla con ese vestido apretado que le hace un culamen que dan ganas de sacarsela y restregarsela por detrás subirsela correrle el tanga, que ni llevará debajo y darle ahí contra el montón de carritos.
Envidio a los arabes, una tía en burka no me haría pasarlo tan mal ni me fijaría en ella de esa manera tan lasciva y baboseante.
Nuestras abuelas en tiempos del generalísmo por decencia, por educación y por pudor cristiano iban tapadas hasta los tobillos.
No verán la luz esos días donde las mujeres eran íntegramente dependientes del hombre, las putas estaban en los lupanares y el respeto a los instintos sólo era burlado en la intimidad de una habitación donde sólo los conyuges se veian así mismo como el señor Dios nuestro señor les trajo al mundo.