Error de syntaxis
Clásico
- Registro
- 10 Jun 2006
- Mensajes
- 2.307
- Reacciones
- 4
No había leído esto:
Podría hacerlo, no hay nada que me lo impida. No soy excesivamente feo, ni gordo, y, a pesar de mi leve Asperger, no sufro una carencia notoria de habilidades sociales. Pero la gente me aburre, y la gente de mi edad, más aún. Reconozco que antes, mi resentimiento hacia la sociedad estaba totalmente infundado, ya que nunca había hecho el esfuerzo de intentar integrarme en ella, simplemente opinaba sin tener ni puta idea, desde el resentimiento. Pero un día, para ver si eso de ser normal me gustaba, decidí salir, durante un mes entero, todos los fines de semana con gente del instituto a la zona de pubs, donde se reúnen todos los adolescenes para beber alcohol e intentar ligar. Aquellas noches, comprendí que la ingesta de bebidas alcohólicas los fines de semana responde a una razón práctica: nadie que no tenga una concentración elevada de alcohol en sangre es capaz de disfrutar de aquel ambiente. Estar dentro de un pub es una experiencia totalmente claustrofóbica: poco espacio, humo, luces de colores parpadeando a una alta frecuencia y la música a todo volumen rompiéndote los tímpanos. Estando fuera, en la acera, tienes que soportar a toda clase de subnormales que, para demostrar que son machos dominantes frente a la hembra en celo, son capaces de hacer cualquier cosa.
Intenté mantener una conversación decente con la gente que me acompañaba, pero claro, ellos preferían emborracharse lo antes posible para evadirse de aquella terrorífica realidad y disfrutar del bizarro ritual que supone salir de marcha los fines de semana. No me jodáis, hay que estar realmente mal de la cabeza para ir voluntariamente a un sitio como esos.
Ahora es cuando alguien me quotea el miniladrillo que acabo de cagar y me dice que no he buscado a la gente adecuada. Pues bien: no existe la gente ni el entorno adecuados, hijo de puta.
Las pocas personas de mi edad que conozco que no salen los fines de semana, es porque temen hacer el ridículo, porque no son lo suficientemente guays como para pasar desapercibidos en el rebaño de mongolos tragalcohol.
Son iguales que los demás, con la diferencia de que tienen la autoestima baja, lo que aumenta mis ganas de partirles el cráneo contra el bordillo. Después están los putos emos, que intentan hacer de su tristeza algo de lo que sentirse orgulloso. Me cago en los putos emos y en sus novias, que están todas buenas y follan siempre.
En lugar de todas putas, TODOS RETRASADOS, nadie sabe escribir ni leer, nadie quiere aprender, nadie tiene respeto por la autoridad, nadie valora todo lo que tiene, nadie es consciente de lo triste de su existencia, nadie se preocupa en pensar más allá de mañana, nadie se detiene a pensar en nada, porque es más fácil desconectar el cerebro y "vivir la vida", como si vivir la vida fuera, precisamente, huir de ella.
S. Pepsi rebuznó:Porque no prueba a tener una vida social?
Podría hacerlo, no hay nada que me lo impida. No soy excesivamente feo, ni gordo, y, a pesar de mi leve Asperger, no sufro una carencia notoria de habilidades sociales. Pero la gente me aburre, y la gente de mi edad, más aún. Reconozco que antes, mi resentimiento hacia la sociedad estaba totalmente infundado, ya que nunca había hecho el esfuerzo de intentar integrarme en ella, simplemente opinaba sin tener ni puta idea, desde el resentimiento. Pero un día, para ver si eso de ser normal me gustaba, decidí salir, durante un mes entero, todos los fines de semana con gente del instituto a la zona de pubs, donde se reúnen todos los adolescenes para beber alcohol e intentar ligar. Aquellas noches, comprendí que la ingesta de bebidas alcohólicas los fines de semana responde a una razón práctica: nadie que no tenga una concentración elevada de alcohol en sangre es capaz de disfrutar de aquel ambiente. Estar dentro de un pub es una experiencia totalmente claustrofóbica: poco espacio, humo, luces de colores parpadeando a una alta frecuencia y la música a todo volumen rompiéndote los tímpanos. Estando fuera, en la acera, tienes que soportar a toda clase de subnormales que, para demostrar que son machos dominantes frente a la hembra en celo, son capaces de hacer cualquier cosa.
Intenté mantener una conversación decente con la gente que me acompañaba, pero claro, ellos preferían emborracharse lo antes posible para evadirse de aquella terrorífica realidad y disfrutar del bizarro ritual que supone salir de marcha los fines de semana. No me jodáis, hay que estar realmente mal de la cabeza para ir voluntariamente a un sitio como esos.
Ahora es cuando alguien me quotea el miniladrillo que acabo de cagar y me dice que no he buscado a la gente adecuada. Pues bien: no existe la gente ni el entorno adecuados, hijo de puta.
Las pocas personas de mi edad que conozco que no salen los fines de semana, es porque temen hacer el ridículo, porque no son lo suficientemente guays como para pasar desapercibidos en el rebaño de mongolos tragalcohol.
Son iguales que los demás, con la diferencia de que tienen la autoestima baja, lo que aumenta mis ganas de partirles el cráneo contra el bordillo. Después están los putos emos, que intentan hacer de su tristeza algo de lo que sentirse orgulloso. Me cago en los putos emos y en sus novias, que están todas buenas y follan siempre.
En lugar de todas putas, TODOS RETRASADOS, nadie sabe escribir ni leer, nadie quiere aprender, nadie tiene respeto por la autoridad, nadie valora todo lo que tiene, nadie es consciente de lo triste de su existencia, nadie se preocupa en pensar más allá de mañana, nadie se detiene a pensar en nada, porque es más fácil desconectar el cerebro y "vivir la vida", como si vivir la vida fuera, precisamente, huir de ella.