Victor I
Freak
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- 24 Ene 2006
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Durante muchos años vagué errabundo por la inmensidad desolada del plantea Tierra es un busca de un motivo. Todo lo que me parecía transcendental, decisivo, determinante acababa siendo inoportuno, inadecuado, flácido. No había nada, no sentia nada, todo era ridículo, vago, débiles señales que nunca iluminaban mi camino. Siempre estaba desconcertado, perdido, anhelante y preso de la ansiedad y la espera. En mi peregrinar encontré a muchos compañeros que siempre me hacían la misma pregunta
-Redivivo, ¿que quieres hacer con tu vida?
-No lo sé, cualquier cosa, todo me conviene, nada me apasiona. Pessoa ya lo dejó escrito hace muchos años, no sirve de nada repetirlo.
-La homosexualidad no es la solución
-No, pero consuela un rato, ¿no crees?
-Bueno, eso si, consolar consuela...pirata
Mi vida era un disparate, un balanceo continuo hacia los extremos. Lo mismo me interesaba seducir a Bárbara Rey y tener una docena de hijos con ella, que lograr que Paco Porras me presentará en sociedad como su novio oficial. Un día mi único pensamiento era convertirme en el custodio sagrado de los áureos rizos de Toni Genil y al siguiente ya estaba pensando en balancearme de los pechos de Yola Berrocal. Todo lo probé pero nada me saciaba, necesitaba algo más, algo definitivo
Sin embargo, afortunadamente, hace unos días la respuesta explosionó en el núcleo límbico de mi cerebro cual revelación mística. Me sentí como Saulo camino de Damasco cuando una luz cegadora lo descabalgó de su caballo y provocó su conversión a la religión verdadera. Al igual que San Pablo accedí a la verdad y a la vida de forma instantánea. Ante mis ojos un excremento con forma humana, cubierto de rastas, andrajos y un hedor tóxico enarbolaba una flauta y pretendía danzar encadenando una serie de escorzos simiescos.
-¡Una monedita! ¡Una monedita!
-¿GÑE?¿...como...como osas VILLANO?
Mientras este infraser me ofendía con su presencia y sus requerimientos pecuniarios un perro pulgoso y descascarillado me rondaba con innobles intenciones. No pude resistirlo mas. ¡ZAS!, patadón al perro, crochet de derecha al nauseabundo danzarín y remate histérico y homicida a mis dos víctimas una vez quedaron inconscientes en el suelo. La flauta quedó atravesada en la garganta del plebeyo que gorgojeó como un jilguero mientras exhalaba sus últimos y sanguinolentos estertores. Con el chucho fui más compasivo. Le agarré por las patas traseras y estrelle su cabeza contra la primera esquina que encontré.
Fue hermoso y revelador, por fin habia hallado la respuesta. Un lanzallamas, mi voluntad y el exterminio de esta pandemia. La visión era paradisiaca, vivificante, mirífica: hordas de abyectos perroflautas siendo domeñados y extinguidos bajo el restallar de mi flamígero látigo, el olor de la chicharina, de la carne abrasada de sus canes, de sus flautas carbonizadas, de sus harapos infectos abrasados. ¡Oh si, por fin encontraba el camino, la luz y la verdad!
-Redivivo, ¿que quieres hacer con tu vida?
-No lo sé, cualquier cosa, todo me conviene, nada me apasiona. Pessoa ya lo dejó escrito hace muchos años, no sirve de nada repetirlo.
-La homosexualidad no es la solución
-No, pero consuela un rato, ¿no crees?
-Bueno, eso si, consolar consuela...pirata
Mi vida era un disparate, un balanceo continuo hacia los extremos. Lo mismo me interesaba seducir a Bárbara Rey y tener una docena de hijos con ella, que lograr que Paco Porras me presentará en sociedad como su novio oficial. Un día mi único pensamiento era convertirme en el custodio sagrado de los áureos rizos de Toni Genil y al siguiente ya estaba pensando en balancearme de los pechos de Yola Berrocal. Todo lo probé pero nada me saciaba, necesitaba algo más, algo definitivo
Sin embargo, afortunadamente, hace unos días la respuesta explosionó en el núcleo límbico de mi cerebro cual revelación mística. Me sentí como Saulo camino de Damasco cuando una luz cegadora lo descabalgó de su caballo y provocó su conversión a la religión verdadera. Al igual que San Pablo accedí a la verdad y a la vida de forma instantánea. Ante mis ojos un excremento con forma humana, cubierto de rastas, andrajos y un hedor tóxico enarbolaba una flauta y pretendía danzar encadenando una serie de escorzos simiescos.
-¡Una monedita! ¡Una monedita!
-¿GÑE?¿...como...como osas VILLANO?
Mientras este infraser me ofendía con su presencia y sus requerimientos pecuniarios un perro pulgoso y descascarillado me rondaba con innobles intenciones. No pude resistirlo mas. ¡ZAS!, patadón al perro, crochet de derecha al nauseabundo danzarín y remate histérico y homicida a mis dos víctimas una vez quedaron inconscientes en el suelo. La flauta quedó atravesada en la garganta del plebeyo que gorgojeó como un jilguero mientras exhalaba sus últimos y sanguinolentos estertores. Con el chucho fui más compasivo. Le agarré por las patas traseras y estrelle su cabeza contra la primera esquina que encontré.
Fue hermoso y revelador, por fin habia hallado la respuesta. Un lanzallamas, mi voluntad y el exterminio de esta pandemia. La visión era paradisiaca, vivificante, mirífica: hordas de abyectos perroflautas siendo domeñados y extinguidos bajo el restallar de mi flamígero látigo, el olor de la chicharina, de la carne abrasada de sus canes, de sus flautas carbonizadas, de sus harapos infectos abrasados. ¡Oh si, por fin encontraba el camino, la luz y la verdad!