El nuevo Verruga, un hombre con un trabajo de verdad

Ay Dios mío, además tienen un montón de salas inutilizadas, las ví cuando les conocí. Andan todos en una sola sala apelmazaos y tienen como 6 habitaciones que yo recuerde. Y una es.. de película de terror, llena de muebles polvorientos de madera noble cubiertas por sábanas, paredes resquebrajadas y una cristalera como un invernadero presidiendo aquello que es el bajo del patio del edificio. Con plantas muertas.
A lo mejor tienes razón, no en lo de emborracharse porque no (de momento), pero sí necesitan un poco de locura.Gracias.


Pero qué haces, de enfermera freelance?
 
Pues más o menos.
A todo esto el Verruga mucho euro y mucha gaita pero ni una referencia al nivel de felicididad.
Parece que le fueran a descubrir, se ha vuelto como mi mejor amiga del cole cuando se echó dos novios a la vez con 20 años, que le duraron hasta los 25, y perdió toda su espontaneidad preciosa. Bueno, con uno no se duchaba y cuando ya acabó todo ese uno fue avistado en Chueca de la mano de un apuesto joven. Pero ella dejó de ser. Eso fue además irreversible.
 
Pues más o menos.
A todo esto el Verruga mucho euro y mucha gaita pero ni una referencia al nivel de felicididad.
Parece que le fueran a descubrir, se ha vuelto como mi mejor amiga del cole cuando se echó dos novios a la vez con 20 años, que le duraron hasta los 25, y perdió toda su espontaneidad preciosa. Bueno, con uno no se duchaba y cuando ya acabó todo ese uno fue avistado en Chueca de la mano de un apuesto joven. Pero ella dejó de ser. Eso fue además irreversible.
Dakilla, vuelves a tener miedo? Ven que te abrazo otra vez, puta.
 
Seguro que el muy burgués se echará colonia de esa de Bustamante y todo.

Seguro, pero se fueron los buenos tiempos, la juventud ya se escapo ... (2:18)

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@Verruga volverá con el cobre entre las piernas y nosotros le aceptaremos porqué somos sus HAMIJOS.
 
Hoy empieza el fin de semana.

Verruga, tumbado en su cama en la pensión de doña Paquita, está pensando en si quedarse este fin de semana en Madrid o volver al pueblo. Ahora, que es un hombre de posibles, está pensando en si darse el lujazo, antes para él prohibido, de pasar el finde fuera, en la gran ciudad, en la capital. Piensa, mientras oye por la ventana el murmullo de las fiestas, que hoy que puede igual se queda. Que tiene dinero, y que el dinero, qué cojones, vale para disfrutarlo.

Sabe que a pocas calles, o quizá en esa misma manzana, decenas de miles de jóvenes ligeras de ropa por el calor van a emborracharse por las urgentes avenidas y las populosas calles del centro, en una orgía que celebra la homosexualidad, la liberación, la diversión y -esto ya le duele un poco más- la juventud. Dicen que en estas fiestas de maricas, travelos y popper pilla hasta el jorobado de Nôtre Dame, porque el alcohol nubla la mente y quizá alguna guiri o alguna nacional -qué más da- empapada en tinto de verano pueda querer ayuntamiento carnal con él. En cualquier caso se puede hinchar a ver tetas, escotes, culitos teenager reventones. Puede rozarse, al amparo de la multitud, con tiernas jovencitas que aún no han cumplido la mayoría de edad, esas cuyos shorts no llegan a tapar sus redondas, turgentes y durísimas nalgas. Ha oído que al son de la música de Alaska y las Nancys Rubias y enfebrecidas por el calor, el sol, el alcohol, los porros y las hormonas, las mocitas madrileñas van alegres y risueñas en busca de nuevas experiencias.

Y piensa en cómo debe ser colarse en esa marabunta de chavalitas, oler, sí, amigos, oler de cerca, metiendo la nariz incluso en el pelo de esas prepúberes y degustar con la pituitaria esa mezcolanza de feromonas, sudor, perfume y chocho ardiente.

Hoy Verruga está pensando en probar lo que durante tanto tiempo tuvo vedado: el intenso, mareante y adictivo sabor de la fiesta, de la alegría, del fornicio.

Y si la cosa no chuta, pues a las peluquerías de chinas de la calle Leganitos, que se tarda diez minutos paseando.
 
En su post de explicación de su nueva vida ya mentaba la calle montera así que es de suponer que el irse de putas en madrí es algo que tiene bien claro.
 
Qué va, por mucha teta o escote que haya, Verruga se sentiría como un cervatillo en medio de la M-30. Demasiado ruido, demasiada gente. Y en las peluquerías chinas te hacen una paja después del masaje. Él, si paga, es para lamer estreshas.
 
Bueno, el post es mío y yo me invento lo que quiero. Me gusta pensar que Verruga está así, así como me gusta pensar que piensa en todo esto mientras fuma tumbado mirando las volutas que hace el humo. Aunque Verruga no fume, me gusta pensar que es así.

Lo de intentar hacer creer a los demás que lo que me invento es real se lo dejo a Perrino :lol:
 
Hoy empieza el fin de semana.

Verruga, tumbado en su cama en la pensión de doña Paquita, está pensando en si quedarse este fin de semana en Madrid o volver al pueblo. Ahora, que es un hombre de posibles, está pensando en si darse el lujazo, antes para él prohibido, de pasar el finde fuera, en la gran ciudad, en la capital. Piensa, mientras oye por la ventana el murmullo de las fiestas, que hoy que puede igual se queda. Que tiene dinero, y que el dinero, qué cojones, vale para disfrutarlo.

Sabe que a pocas calles, o quizá en esa misma manzana, decenas de miles de jóvenes ligeras de ropa por el calor van a emborracharse por las urgentes avenidas y las populosas calles del centro, en una orgía que celebra la homosexualidad, la liberación, la diversión y -esto ya le duele un poco más- la juventud. Dicen que en estas fiestas de maricas, travelos y popper pilla hasta el jorobado de Nôtre Dame, porque el alcohol nubla la mente y quizá alguna guiri o alguna nacional -qué más da- empapada en tinto de verano pueda querer ayuntamiento carnal con él. En cualquier caso se puede hinchar a ver tetas, escotes, culitos teenager reventones. Puede rozarse, al amparo de la multitud, con tiernas jovencitas que aún no han cumplido la mayoría de edad, esas cuyos shorts no llegan a tapar sus redondas, turgentes y durísimas nalgas. Ha oído que al son de la música de Alaska y las Nancys Rubias y enfebrecidas por el calor, el sol, el alcohol, los porros y las hormonas, las mocitas madrileñas van alegres y risueñas en busca de nuevas experiencias.

Y piensa en cómo debe ser colarse en esa marabunta de chavalitas, oler, sí, amigos, oler de cerca, metiendo la nariz incluso en el pelo de esas prepúberes y degustar con la pituitaria esa mezcolanza de feromonas, sudor, perfume y chocho ardiente.

Hoy Verruga está pensando en probar lo que durante tanto tiempo tuvo vedado: el intenso, mareante y adictivo sabor de la fiesta, de la alegría, del fornicio.

Y si la cosa no chuta, pues a las peluquerías de chinas de la calle Leganitos, que se tarda diez minutos paseando.

Segun dejo entender en las primeras paginas del hilo, durante los fines de semana bajaria al pueblo para echarle una mano a su "compadre" como ha estado haciendo años atras, pero quien sabe, siendo un tio del taco con tiempo libre seguramente tire de peluqueras. Lo de irse a la fiesta, rodeado de esa multitud no me parece propio de un ser tan tristec y asocial como Verruguis.
 
La juventuc está sobrevalorada. Lo único bueno de ésta son la inconsciencia y los descubrimientos.

Wrong.

Es estar en el nodo principal de un árbol de decisiones recursivo, en la página 1 de un Escoge tu propia aventura. Las posibilidades infinitas entre que abres un paquete nuevo de plastilina y el momento en que le empiezas a dar forma. Es la salida a negro cuando empiezas un Streets of Rage y Axel desciende del cielo.
 
Segun dejo entender en las primeras paginas del hilo, durante los fines de semana bajaria al pueblo para echarle una mano a su "compadre" como ha estado haciendo años atras, pero quien sabe, siendo un tio del taco con tiempo libre seguramente tire de peluqueras. Lo de irse a la fiesta, rodeado de esa multitud no me parece propio de un ser tan tristec y asocial como Verruguis.
Pero nuestro Verruga es ahora otro. Ahora trabaja, gana su buena pasta, gasta tablet en el trabajo. Ha dejado muy claro que ha cambiado, que el hecho de formar parte de la masa trabajadora -en su mitad superior, además- le está haciendo sentirse diferente y hasta ha dejado de ser el ser huidizo y oscuro que era antes. Antes elegía las calles sombrías y desiertas para cruzar su pueblo, caminaba a paso rápido, de sombra en sombra, huyendo el contacto visual, sin saludar. Ahora pasea ufano y altivo por el centro de la calle para que le vean, sonríe cuando se le quedan mirando, porque ahora Verruga se puede permitir el lujo de SER ALGUIEN, DE SOÑAR.
 
Wrong.

Es estar en el nodo principal de un árbol de decisiones recursivo, en la página 1 de un Escoge tu propia aventura. Las posibilidades infinitas entre que abres un paquete nuevo de plastilina y el momento en que le empiezas a dar forma. Es la salida a negro cuando empiezas un Streets of Rage y Axel desciende del cielo.
En el fondo, lo sé.
:sadpepe:

Creo que Los Ángeles es el único sitio que le permite a uno vestirse y actuar como adolescente hasta bien entrados los 80. Go west.
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Verruga quiere mucho a su compadre; son varios años ya de tirar juntos de la carreta -y no sólo en sentido imaginario-, y se siente culpable de su suerte, de verlo como un indigente de la chatarra ahora que él saborea las mieles del éxito en la ciudad cosmopolita. No se lo imagina, con sus ropas mugrientas, de paseo a su lado; se sentiría avergonzado, y eso le hace sentirse aún más culpable. Definitivamente, Madrid le ha deslumbrado. Los primeros días recorría la Gran Vía o la Montera con una mezcla de maravilla y espanto, con el rabo entre las patas, y se asustaba de los maricas desgañitándose a su lado, o de las muchachas en flor proclamando el celo estival a ritmo de sus nalgas en short. En un gesto compulsivo, se tocaba el bolsillo del pantalón en prevención de carteristas, y ensayaba muecas de aplomo ante los escaparates.

Pero ahora todo ha cambiado: cada amanecer en el Hispano Argentino le guiña un ojo a través de las persianas corroídas de su habitación, y enseguida enciende el flamante Galaxy Mini que su hermana le ha prestado. Algo le dice que quizá todo tenga un sentido, que todos los golpes de la vida se le devolverán en forma de bienes y felicidad. Baja ufano a desayunar, y trata de conectarse al foro mediante la wifi del hostal. Definitivamente, entra para curiosear su hilo y poco más, porque esos perdedores no le inspiran ya mucho interés, salvo ilovegintonic o stavronins, con quienes quizá dentro de poco intercambie posts acerca de relojes suizos. También presiente cercano su nombramiento como moderador del putas, con todas las prebendas que sabe que eso significa.

Se toma su descafeinado y se dirige en alegre trote hacia el trabajo ("encargado"... La boca se le llena durante todo el trayecto). Pero de nuevo, la triste imagen de su compadre, añorándolo. Por eso, hoy 23 de junio, día de San Juan (el verano, la alegría, la magia) ha decidido invitarlo a pasar juntos el finde en Madrid, a comer de menú como burgueses y a ir de putas chinas. Todo a cuenta suya, faltaría más, que para eso se está llevando 1600 limpios. "Vente duchao, y con muda, que esto es la capi y si te ven pinta de vagabundo te miran raro o no nos dejan entrar". Irán esta noche a husmear a Chueca, cual manada de licaones, después de disfrutar de un buen corte de pelo. Ilusionado, marca el número de Tay Yang Feng, en Leganitos 35, donde ha visto desde la calle a un par de muñecas adolescentes atendiendo.
 
Última edición:
El Compadre se levanta todas las mañanas a las cinco y media, porque sabe que el jornal hay que ganárselo pronto y si uno no está antes de que pongan las calles ya lo que interesa ha desaparecido de ellas. A media luz, por no gastar, se toma su Nescafé en vaso y una madalena. No usa platos, usa para los desperdicios una hoja del catálogo del Carrefour que le dejaron en el buzón, como aprendió de su compañero. Ya sacará la vajilla de Duralex cuando madre venga a comer el domingo. Para él solo eso le sobra. Echa después en la bolsa con la que va a trabajar una lata de sardinillas en aceite, la mitad de la barra de ayer que ha sobrado y quizá otra madalena, que no sabe si reservar para el desayuno de mañana.

Sale de casa, echando sólo una vuelta la llave, porque sabe que dentro no hay nada de interés para los amigos de lo ajeno. Hoy tiene más sueño del normal. Con esta calor no hay quien duerma, y esta noche ha sido especialmente calurosa. Sin embargo no falla en su rutina mañanera, son muchos años repitiéndola; la podría hacer dormido.

Se encamina a la misma esquina de todas las mañanas en la que queda con Verruga, su compañero de andanzas, su mano derecha, su amigo. El único hombre al que puede llamar amigo, en realidad, aunque no llamen entre ellos así por no parecer demasiado maricones.

Tarda hoy Verruga en amanecer. Se le habrán pegado las sábanas, piensa mientras enciende un cigarrillo. Le cuesta tres caladas percatarse de la nueva situación. Hoy Verruga no va a venir, como no vino ayer, como no vino anteayer. Como no vendrá el lunes, ni el martes.

Se ha quedado solo. Su amigo, su único amigo, vuela alto ahora. Se acabaron las charlas en la furgoneta, se acabaron las risas compartidas cuando encontraban un buen trastero que vaciar y sabían que iban a sacar dinero fresco para toda la semana. Se acabaron las confesiones mientras en el almuerzo se hacen un bocadillo de caballa o de queso; se acabó compartir la navaja cachicuerna con la que abren el pan, con la que parten los chorizos o pelan la fruta recién arrancada del árbol. Se acabaron los planes, las ideas de negocio. Se acabó la alegría, la dicha, pequeña y secreta, de compartir el sabor de la amistad, de la hermandad.

Hoy toca ir solo.

Y mañana también tocará ir solo. Y pasado.

Y sí, Verruga le ha dicho que esto del trabajo es temporal. Que volverán, que son sólo unos meses, que luego de nuevo recorrerán los cigarrales a la busca del somier viejo, de los restos de la reforma, de los trastos que ya nadie quiere. Y Verruga lo hará, pero no será lo mismo. Sabe que él ya ha probado la droga de la gran ciudad, el estatus que da ser encargado, tener una nómina, una seguridad social, gente a la que corregir y enseñar. Sabe que él ya nunca será el mismo, y que tarde o temprano volará para siempre de su lado.

Hoy el Compadre se sabe solo. Hoy el Compadre estará triste, porque ha entendido que esta será siempre su vida. Que lo de prosperar le pasará a su amigo, pero nunca a él.
 
Pues poco a poco vamos escribiendo la novela sobre el Tom Sawyer de Talavera. :lol:
 
Dejad de elucubrar, subnormales. Ya estoy en casa, siesta mediante. Por supuesto que mañana he quedado con el compadre para unas chapuzas que nos quedaron pendientes. Yo seré un ser despreciable como todos sabéis o intuís, pero también soy leal y mientras pueda no le dejaré tirado como a un vulgar perro. Unen más las desgracias que las alegrías, y con mi compadre he pasado muchas penurias como para dejarle abandonado por cuatro euros estivales.

Él me recogió y enseñó el oficio de chatarreo cuando no tenía donde caerme muerto, él me sirvió de tutor cuando todo se derrumbaba a mi alrededor. Me duchaba con agua fría en febrero por no gastar butano, me había ido de casa de mis padres porque zarandeé al alcohólico de mi anciano padre el día que me levantó la voz por ser un fracasado que volvía a casa arruinado a vivir de la sopa boba de su pensión.

Estaba tan metido en la mierda, tan solo, tan desesperado que durante semanas estuve pensando en delinquir como oficio. Proyectaba hacerme ladrón de casas de campo, para ir empezando. Salir por las noches y allanar las solitarias casas en busca de joyas o cosas de valor de fácil transporte. No estaba orgulloso de esa salida pero era la única solución que veía para poder comer y pagar un techo.

No, no. No puedo dejarlo atrás sin cargo de conciencia. Como tampoco os dejaría a vosotros, hijos de puta, porque uno puede salir del foro pero el foro nunca sale de uno. Siempre seré un miserable carcomido por la envidia y emponzoñado por el rencor hacia todos y todo.
 
Última edición por un moderador:
Dejad de elucubrar, subnormales. Ya estoy en casa, siesta mediante. Por supuesto que mañana he quedado con el compadre para unas chapuzas que nos quedaron pendientes. Yo seré un ser despreciable como todos sabéis o intuís, pero también soy leal y mientras pueda no le dejaré tirado como a un vulgar perro. Unen más las desgracias que las alegrías, y con mi compadre he pasado muchas penurias como para dejarle abandonado por cuatro euros estivales.

Él me recogió y enseñó el oficio de chatarreo cuando no tenía donde caerme muerto, él me sirvió de tutor cuando todo se derrumbaba a mi alrededor. Me duchaba con agua fría en febrero por no gastar butano, me había ido de casa de mis padres porque zarandeé al alcohólico de mi anciano padre el día que me levantó la voz por ser un fracasado que volvía a casa arruinado a vivir de la sopa boba de su pensión.

Estaba tan metido en la mierda, tan solo, tan desesperado que durante semanas estuve pensando en delinquir como oficio. Proyectaba hacerme ladrón de casas de campo, para ir empezando. Salir por las noches y allanar las solitarias casas en busca de joyas o cosas de valor de fácil transporte. No estaba orgulloso de esa salida pero era la única solución que veía para poder comer y pagar un techo.

No, no. No puedo dejarlo atrás sin cargo de conciencia. Como tampoco os dejaría a vosotros, hijos de puta, porque una puede salir del foro pero el foro nunca sale de uno. Siempre seré un miserable carcomido por la envidia y emponzoñado por el rencor hacia todos y todo.

Escribió, aún sin acabar de acostumbrarse al tacto de su iPad nuevo.
 
Bueno, dejemos de hablar de cosas de pobres, que aquellos tiempos de vacas flacas ya pasaron. A ver, me quiero comprar un móvil de esos modernos que lleváis los de las ciudades. Sí, ya sé que llevo años alardeando de tener uno de primera generación que enseñaba aquí para demostrar que era un forero de puta cepa. Pero los tiempos cambian, amigos míos, y soplan nuevos aires.

No más de 150 euros, libre, dual sim. ¿Qué me recomendáis? Abstenerse de opinar gente sin posibles, por favor.
 
Madre mía, 150 para un móvil. En mi puta vida me he gastado tanto en uno!!!
 
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