El ojo de la cerradura

Yo de pequeño espiaba a mis hermanas que realmente me llegaron a perturbar en la adolescencia.

Ahora soy muy vouyeur en los clubs de intercambio, una vez acabo voy de un lao a otro de la zona de camas del club, discretamente, mirando verdadero porno amateur en directo.

En el 6y9 antes de que cerraran la parte de abajo las taquillas estaban justo al lado de la zona nudista donde habain sofas para tomar algo. Y entonces bajaba una pareja y cliffy se colocaba en un sitio estrategico para ver como la torda de turno se desvestia. Era como estar en un vestuario femenino, un delirio jarl

señores no he recibido ni un solo mp para ir a la inaguracion del nuevo 6y9 gratis estan uds locos o que
 
Cliffy-Calabria rebuznó:
Yo de pequeño espiaba a mis hermanas que realmente me llegaron a perturbar en la adolescencia.


Cuenta esa historia, por el amor de Onán.
 
pues tampoco hay mucho que contar, yo con 13 ellas con 18, 19 y demas en fin, ahora las veo y no siento nada pero en ese momento pues me perturbaron huelga decir
 
No os habéis enrrollado nunca con el objeto de vuestras miradas?????????? Estuve viviendo en un edificio del Ensanche de bcn, y al otro lado de la calle había un piso de estudiantes. Un día estaba mirando la tele y véo así distraidamente un chaval que se desnudaba, se saca la camiseta y un par de tetas de infarto, era una chavala con el pelo corto, vaya, vaya. Su habitación daba a una habitación donde yo estudiaba, a partir de ahí me fijaba un poco más, sin pasarme. Una noche estaba estudiando todo apalancado con los pies encima de la mesa, llega la chica enciende su luz y se empieza a desnudar, apago mí luz y empiezo a disfrutar del paisaje. La chica mira a traves de la ventana y me ve, yo no me inmuté, la miraba y ella seguramente me veía, yo sin sacarme la polla ni nada por el estilo por supuesto, sólo la miraba. Siguió, no me acuerdo si corrió la cortina y ahí se acabó.

Un día viene un amigo mío, estábamos en el balcón hablando y sale ella, la chica; mí amigo empezó a hablar a voz en grito con ella, a través de la calle, ya habíamos roto el hielo. Después la chavala cogió la costumbre y cuando me veía salía al balcón y venga de calle a calle, ya enseguida quedabamos en el bar de abajo y tuvimos una muy buena amistad. Una tía cojonuda de verdad. De esta gente que hace tiempo que no ves y te sabe mal haber perdido el contacto, pero bueno, la vida da tantas vueltas.
 
La gente es muy confiada, se despelota, hace guarrerias y da rienda suelta a sus excentricidades sin preocuparse por las ventanas... La de cosas que os perdeis si no teneis unos prismaticos buenos a mano... Tengo ganas de que llegue la calor, por que delante de mi ventana hace unos meses que viven un par de tias y ya les he visto hasta el carnet de identidad. Son unas porretas de cuidado, como sigan asi no llegaran a los 25 si un jodido cancer de pulmon...
 
¿Muchos binoculares pero nadie tiene una camara digital con un buen zoom? le faltan fotos a este thread :D
 
Cliffy-Calabria rebuznó:
pues tampoco hay mucho que contar, yo con 13 ellas con 18, 19 y demas en fin, ahora las veo y no siento nada pero en ese momento pues me perturbaron huelga decir

Coño Cliffy, no sea tan escueto en sus relatos. Unos cuantos detallitos acerca de la fisonomía de sus hermanas, encuentros fortuidos, pajillas clandestinas, bragas que desaparecen, novios que llevan a casa cuando los papis no están...material del bueno, usted ya me entiende.
 
Mañana mismo le hago una foto al jubilado que vive en el piso de enfrente y la comparto con vosotros para regocijo de todos. En cuanto hace un poco de sol, sale al balcón en calzoncillos, camiseta de Abanderado y calcetines negros por la rodilla. Vouyerismo deluxe.
 
Aún recuerdo a la primera mujer que vi desnuda. Unos vecinos míos me solían llevar a su casa de la sierra cuando yo era niño, con seis o siete años, los veranos, a pasar unos días. Por la ventana del cuarto del baño, que daba a la piscina, vi a la mujer cambiarse y ponerse el bikini. Sólo vi la parte de arriba. Para ver una "parte de abajo" tuve que esperar al año siguiente, y a la que vi fue a la hija de la anterior. Recuerdo que me sorprendió la presencia de pelo. Innumerables pajas cayeron, años más tarde, con esos recuerdos, los únicos que tenía de mujeres reales desnudas.

Siempre he sido muy visual, siempre me ha fascinado mirar. Por ello, estudié la carrera que estudié, por ello mi primera profesión "adulta" fue la de cámara de televisión, por ello, intuitivamente, analizo visualmente a todas las mujeres, me demoro en su contemplación, las encuadro, pienso en cómo quedarían bajo esta luz o bajo esta otra, con una iluminación en un tono o en otro; en no pocas ocasiones me he enamorado perdidamente de unos movimientos, de unos gestos, de la sombra de unos párpados, de un tono de piel.

La gente no me suele creer, se piensan que miento, o que me excuso, cuando miro a una mujer hermosa y les digo que las contemplo sin ánimo sexual, que las contemplo como la manifestación más perfecta que conozco de la belleza. Se creen que las miro lúbricamente, que pienso en follármelas, y no, en un principio no, eso viene después, si acaso, cuando ya entablo otro contacto más cercano con ellas. Cuando sólo las miro, sólo las miro como quien mira un Vermeer.
 
Va, venga, ¿que voy a ser la única persona que considera mirar un acto íntimo como una falta tremenda de educación merecedora de dos buenas ostias -misógino, pare el carril, que le veo-? Ya estén follando, restragándose contra la almohada, cambiándose de ropa o sacándose un moco, camio instantáneamente de panorámica. No es de recibo, coño.

Y no digo que no sea Boyer, que me mola mil mirar a personas haciendo cosas o no haciendo cosas sin que me vean. No sé, un ancianito dando de comer a las palomas, unos niños jugando, sobre todo me gusta mucho mirar a la gente cuando se ríe o se nota que está disfrutando con lo que está haciendo. Soy de esas personas extremadamente raras que se alegran de la felicidad ajena, no sé, me la transmiten. Lo mismo tengo un cabreo de mil pares pero oigo una risa y me empiezo a partir el arco ojival dando gracias por existir, aquí y ahora.

Supongo que este post me ha quedado de nenita repipi total, pero una cosa os digo, y es que os den mucho a todos por el culo.
 
Lo he sufrido, con todo el peso de la palabra, pues es verdaderamente desagradable cuando no estás en celo, cuando la persona en cuestión es repulsiva o cuando su actitud resulta enfermiza.

Una noche de verano, mientras me daba el lote con un noviete a la orilla del rio, descubrí a un moro vestido de camuflaje haciéndose un pajote a mi costa. Me sorprendió lo equipadísimo que iba el cabrón, parecía un jodido matorral, para colmo, a pesar de estar a unos 3 metros de distancia usaba prismáticos! Yo me di un susto de muerte, me levanté indignada y nos alejamos, mientras que el moro no movió ni un solo pelo, ni siquiera apartó los prismáticos de los ojos, parecía una puta estatua.

Otra vez, con unos 13 años, recuerdo estar comiéndome un bollicao en la acera justo al lado del colegio, cuando pasó un maravilloso ciclista que me dio un buen rollo que te cagas, todo uniformado a lo Indurain, hasta que se sacó la chorra a la vez que me gritaba sigue, sigue comiéndote el bollicao, llénate toda la boca de chocolate.
Desde entonces pienso que los ciclistas son el cáncer de la humanidad y que los bollicaos están rellenos de mierda perfumada.

Anécdotas así tengo bastantes, por desgracia.
 
Esos no son voyeurs, esos son pervertidos. Lo guai son las experiencias en las que disfrutas sin malicia, se comparte algo que satisface al otro o simplemente el contacto humano en las ciudades, a veces tan aséptico, se relaja y puede dar pie a algo más o no. A veces contemplar, saberse contemplado puede ser suficiente. Pero bueno siempre habrá gente que le joda que los demás disfruten, se ve que es malo, mejor estar jodidos.
 
Lo he sufrido, con todo el peso de la palabra, pues es verdaderamente desagradable cuando no estás en celo, cuando la persona en cuestión es repulsiva o cuando su actitud resulta enfermiza.

Una noche de verano, mientras me daba el lote con un noviete a la orilla del rio, descubrí a un moro vestido de camuflaje haciéndose un pajote a mi costa. Me sorprendió lo equipadísimo que iba el cabrón, parecía un jodido matorral, para colmo, a pesar de estar a unos 3 metros de distancia usaba prismáticos! Yo me di un susto de muerte, me levanté indignada y nos alejamos, mientras que el moro no movió ni un solo pelo, ni siquiera apartó los prismáticos de los ojos, parecía una puta estatua.

Otra vez, con unos 13 años, recuerdo estar comiéndome un bollicao en la acera justo al lado del colegio, cuando pasó un maravilloso ciclista que me dio un buen rollo que te cagas, todo uniformado a lo Indurain, hasta que se sacó la chorra a la vez que me gritaba sigue, sigue comiéndote el bollicao, llénate toda la boca de chocolate.
Desde entonces pienso que los ciclistas son el cáncer de la humanidad y que los bollicaos están rellenos de mierda perfumada.

Anécdotas así tengo bastantes, por desgracia.
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Querida compañera de foro:

Distinga usted al pervertido-pajillero-obseso sexual-marranete, del VERDADERO SEÑOR VOYEUR.

Un buen voyeur no participa, no se inmiscuye, NO MOLESTA en las actividades privadas que realiza una pareja o una persona que SABE QUE ESTA EN PUBLICO o que NO TOMA LAS MEDIDAS PUDOROSAS NECESARIAS, tales como correr cortinas, bajar persianas y coklocar materiales opacos entre su persona y el "SEÑOR VOYEUR".

Un marranete es contraproducente, porque con sus actividades, auyenta, asusta, molesta, aterroriza y traumatiza.

Yo prefiero, como bien "SEÑOR VOYEUR" estar tranquilo, silencioso, discreto... Sé que al final recibiré mi premio.

:0)
 
Sois todos unos putos pervertidos. Me gusta.


Últimamente, pudiendo ir de putas y tal, teniendo "follamigas de pago especiales", que por 50 euros pasan la noche entera en casita, prefiero mil veces hacerme una paja con una porno (o con la foto de Amarie), y pasar de todo. Sólo se me levanta con el porno ya, y no con cualquiera. Estoy desganadillo. Eso también me gusta.

El vouyerismo es algo universal. Cada vez que vemos una puta película, o vamos al cine, no es más que un puro espectáculo de vouyerismo y cotilleo estandarizado.
 
Otra vez, con unos 13 años, recuerdo estar comiéndome un bollicao en la acera justo al lado del colegio, cuando pasó un maravilloso ciclista que me dio un buen rollo que te cagas, todo uniformado a lo Indurain, hasta que se sacó la chorra a la vez que me gritaba sigue, sigue comiéndote el bollicao, llénate toda la boca de chocolate.
Desde entonces pienso que los ciclistas son el cáncer de la humanidad y que los bollicaos están rellenos de mierda perfumada.


HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA
 
merecedora de dos buenas ostias -misógino, pare el carril, que le veo-
Con todo lo que la usas, qué gran contribución al bien de la Lengua Española sería que la escribieras bien. De momento, te acuerdas al escribirla, es un primer paso.

La primera mujer cuyos genitales (no sólo el gato echado que diría Benito, sino el dompinpón) pude contemplar en vivo era una profesional del asunto. Una 'bailarina' de sex-shop. Recién cumplidos los dieciocho años fui con dos amigos más a ver qué era aquello del 'peep-show'. Nos costó entrar a los tres en la cabina y nos pareció caro pagar doscientas pesetas, pero la curiosidad y las hormonas pudieron más. Hubo un momento de silencio místico cuando las piernas de ella se abrieron ante nosotros, un silencio cuasireligioso... y un silencio incómodo cuando al salir vimos a un empleado del local, fregona en mano, limpiando otra cabina y pensamos que apretujarnos contra las paredes para entrar los tres no había sido tan buena idea.

No quiero que Cliffy se sienta solo. Yo también espiaba a mis hermanas para contemplarlas desnudas, incluso desarrollé tácticas ingeniosas. Y a mis primas cuando venían también. Con trece años la curiosidad y las hormonas (otra vez) vencen al respeto a la intimidad ajena. Por goleada.
 
Esto no es erótico, pero me puse las botas mirando durante 4 o 5 años, ya era una especie de afición obsesiva... En mi colegio, los baños de los chicos y chicas estaban separados por una pared que no llegaba hasta el techo. Las 2 horas de comedor me las pasaba con una amiga de mironas. Nos subíamos a la taza, de ahí trepábamos por la puerta hasta sentarnos en el muro que separaba los dos espacios. Al principio sólo mirábamos a los niños aguantando la risa, después nos animamos y empezamos a llevarnos cosas del comedor para tirárselas. Un día un pobre entró a hacer cacus y cuando ya estaba sentadito en la taza le tiramos una naranja. Qué risa, por favor, estaba enganchadísima.
 
Variadas y gozosas han sido mis experiencias en el campo voyeuril, no se si porque el destino me ha brindado muchas oportunidades o porque uno, que es de natural salidorro y perverted, tiene desarrollado un sexto sentido que le permite aprovechar las oportunidades que surgen en ese terreno.

El caso más espectacular que recuerdo fue hace muchos años, cuando unas monjas alquilaron el piso frente a mi antigua casa para pasar unos días de vacaciones junto a sus alumnas adolescentes. La ventana del vestuario de las chicas daba justo a la azotea de mi casa y se ve que como no había pisos alrededor, las chicas, pobres ingenuas, pensaban que nadie les veía y no se molestaban en echar la persiana. Y allí estaba yo cada noche, instalado en mi azotea, disfrutando del espectáculo como quien mira la pantalla en un cine de verano. Solo me faltaba la silla y una cocacola.

PS: Me parece que algunas mujeres no son conscientes de lo mucho que destaca una ventana con la luz encendida en la oscuridad de la noche. :1
 
Pues ojo con los mirones que en mi barrio hemos tenido problemas con uno. Un anciano que se dedica a sacar al perro y mirar por las ventanas. Justo enfrente de la ventana de mi habitación hay un jardín y detrás un parque. Hace tiempo ya me advirtieron que este abuelo se dedicaba por las noches a observar las ventanas de las habitaciones más bajas, la de mi vecina y la mía, pero no hice mucho caso. No hice caso hasta que lo vi con mis propios ojos, claro.
Estaba yo tranquilamente una noche de domingo en mi habitación comiéndome una bolsa de Risketos, cuando de repente oigo en el jardín como un gruñido de rata. Me da por mirar por la ventana y es entonces cuando distingo una sombra humana al lado de un árbol, aproximadamente a tres metros de mis aposentos. Yo no estaba sexy ni mucho menos, llevaba una camiseta de Bodegas Pinto y unas chanclas marca Coca cola, pero al susodicho parecía darle igual. Le miro, le hago ver que le he visto y en vez de huir, observo que se queda allí adoptando la forma de un árbol, en cuestión de segundos estaba perfectamente camuflado como un Predator. Juro por dios que no sé cómo lo hizo pero era incapaz de verle entre la maleza, no entendía nada así que bajé la persiana antes de que se abalanzara sobre mi saltando desde una de las ramas.
Este hombre es famoso en mi ciudad por ser un voyeur de lo más especializado y por tocamientos a niñas. Cuando era pequeña se acercaba a la valla del colegio y nos ofrecía caramelos, cuando sacabas inocentemente el brazo por la reja para coger el caramelo, te agarraba la mano y la ponía sobre su maldito pene.
 
Cuando era pequeña se acercaba a la valla del colegio y nos ofrecía caramelos, cuando sacabas inocentemente el brazo por la reja para coger el caramelo, te agarraba la mano y la ponía sobre su maldito pene.
Cuente un poco más, le hará bien verbalizar esta traumática experiencia, le escucho atento...anda:1
 
me acabo de follar a una puta y he disfrutado viendo mi semen resbalar por sus labios y mejilla
 
Va, venga, ¿que voy a ser la única persona que considera mirar un acto íntimo como una falta tremenda de educación merecedora de dos buenas ostias -misógino, pare el carril, que le veo-? Ya estén follando, restragándose contra la almohada, cambiándose de ropa o sacándose un moco, camio instantáneamente de panorámica. No es de recibo, coño.

Es robar un pedacito de intimidad. No me digas que no mola, coño.

(coño barbarello, un avatar de reiko ike, tu si que sabes)
 
A mí lo que me jode es que más de una vez, estando en plena faena en el coche, con los cristales empañados y con más calor que su puta madre, mirar hacia un lado y ver la cara de un maromo pegado al cristal. Son tales los sustos que me he pegado que si las pollas tuvieran hueso más de una vez habríamos tenido que ir a urgencias. Y es que yo cuando me asusto doy unos brincos que pa qué, más de un mirón habrá flipado con mi histérica reacción a lo película de terror.

Eso sí, he de reconocer que alguna vez me he puesto cachondilla mirando a la pareja del coche que estaba a nuestro lado :oops:
 
¿Hay algun mensaje en que la malory esta no hable del follar?
Mopol, buscate a una chavala decente, que te lave las camisas y esas cosas.
 
Rarito rebuznó:
¿Hay algun mensaje en que la malory esta no hable del follar?
Mopol, buscate a una chavala decente, que te lave las camisas y esas cosas.

Yo no he follado en mi vida.
 
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