Dices tú de la mili...
No fue el mejor polvo de mi vida, pero lo recuerdo con especial excitación.
Una tía de Madriz con la que estuve "saliendo" varios meses, morena, pelo liso y largo (las que me privan), culo de treintañera y tetas de adolescente, sin hijos. En el sofá de su casa, totalmente abierta de piernas, sumisa y con cara de "échamelo todo en mi coño". Me dejaba hacer cualquier cosa, le gustaba el anal. Pero ese día, con las piernas abiertas de par en par, esa cara de falsa inocencia (aunque creo de asombro verídico), tuve una corrida tan brutal que, de verdencuando, rememoro con gusto; y por supuesto, me pajeo con ese recuerdo.