Pues tiene que folla a pelo, cobra 40 euros y me deja mínimo una hora o incluso más, hasta dos. Sí, cobra al terminar el servicio, no antes. Nunca he pensado en matarla, la verdad.
Me regala cosas: un monedero, comida que la dan a ella los clientes. Repartidores de ElPozo que aparcan el camión y suben con bolsas y bolsas de loncheados. Menudos bocadillos me hago luego con el jamón y el queso.
En el ínterin me cuenta historias de cuando trabajaba en un club, de parejas que ha tenido. Que la sacaban del club y luego la pegaban o eran alcohólicos, o ludópatas, o muy celosos y la rompían los dedos de la mano (como a la catalana esa, supongo). De lo que ganaba con las copas, con las botellas de champán, de borrachos que subían a la habitación con dos putas y se tiraban en la cama y se dormían mientras que ella y la otra puta se ponían a hablar hasta que pasaba el tiempo y luego le despertaban y a casa, o si no eran capaces por la cogorza, llamaban al segurata y le levantaba a hostias.
Me cuenta cosas de los clientes que tiene ahora, un descojono padre. Uno que va enfarlopao y no se le pone dura y lo único que hace es meterse coca y fumar en el piso hasta que se le va el tiempo, muchos que van a que les meta un consolador por el culo, otros que van y no quieren que los toquen, solo la miran y se hacen pajas o follan como conejos en un minuto y luego se piran. Uno que la manda guasac y la va informando del dinero que lleva ahorrado y que pronto tendrá suficiente para ir a verla, según ella es que es casado y con hijos y no puede escamotear dinero a la mujer. Otros que la mandan guasac diciéndola lo que la quieren y la echan de menos, me los ha enseñado y son tristísimos. Un veterinario viejo que cuando se está lavando el chocho entra al servicio y se pone a cagar con pedorreta, y a ella la molesta porque ofende su dignidad.
Un chino cachas con el pito muy pequeño, gitanos muy educados, alguno que según ella debe de ser cura o algo porque la toca como si fuese de cristal o un súcubo. Los que la invitan a salir y cenar, me cuenta el menú y el precio, cosa que yo escucho con verdadero asombro.
Sus movidas con su hijo y su nuera, que según me dice es una pelandrusca que deja a la nieta en casa sola y se va de fiesta, y justifica que su hijo la curta el lomo porque es muy temperamental el niño. Y más movidas que ahora no me acuerdo pero que me hacen reírme mientras transcurre el periodo refractario.
También me cuenta cosas de su infancia, de cuando era una niña e iba los veranos al pueblo con la abuela. Incluso me habla del problema catalán, y como los foreros, tiene una solución que me explica toda convencida.