Casualidades de la vida, el 2 de Noviembre me voy de vacaciones a Pekín con una semana de visita (ya pagada) a Corea del Norte, a no ser que a ese hijo de puta se le crucen los cables y cierre las fronteras.
Hace un par de años tuve ocasión de ver un reportaje de la BBC donde se hablaba del régimen criminal de Kim Yong Il. Era algo sobrecogedor. Existe en la parte norte del país (aquella que a penas se enseña a los turistas) toda una red de campos de prisioneros algunos de los cuales dejarían bondadosos los campos stalinianos de Kolimá.
Parece ser que en fecha de hoy, en esos campos, todavía se siguen experimentando con los prisioneros todo tipo de pruebas medico-inmunológicas cara a futuras o inminentes pruebas armamentísticas.
Hace años que el mundo mira para otro lado cuando en Corea del NOrte se sigue exterminando día sí, día también, la casi inexistente oposición o, dicho de otra manera, aquellos que no se han sometido al credo oficial que chupan desde el nacimiento.
Masacrar ese régimen, sería un bien absoluto en sí mismo.