Siempre me ha hecho gracia esto. Las que una y otra vez tropiezan en la misma piedra y obtienen una mentira más unas folladas mientras rechazan unas folladas honestas (el loleante "odio las mentiras"). Lo entiendo por su parte porque esperan que alguna vez esa mentira sea verdad y los mentirosos supongo que son buenos.
En verdad no lo son.
Me respondo a mi mismo.
Ojo, es gracioso desde mi punto de vista. Porque evidentemente ellas no buscan follar, sino lo otro. Y por eso, por lo general, no aceptan la follada honesta. Es como si pica a mi puerta un vendedor ofreciéndome una enciclopedia más un obsequio exclusivo. Pues eso. No quiero una enciclopedia y el obsequio exclusivo ya puede ser lo que sea que mi respuesta siempre será la mismo: NO. No quiero una puta enciclopedia y si ese obsequio fuera de mi agrado iria a buscarlo yo.
Pues la maldita enciclopedia para ellas es la follada que le metes, tu rabo Iniesto y reluciente hasta el fondo. Y para nosotros ya sabéis lo que es.
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