Me congratulo de encontrar un hilo como este.
Siempre, inconscientemente y sin racionalizar demasiado he creído en toda esta mierda del equilibrio. Leyendo e interesándome por los principios del budismo más puro, no he hecho más que corroborar mi poderosísima intuición.
El fallo está en el encabezado del hilo, intentar compensar una falta de fuerza de voluntad con mucho sexo, eso no funciona así. Es en el todo, dividido en cada uno de los elementos más pequeños e indivisibles de nuestra persona en donde debemos encontrar el camino medio. En cada uno de esos elementos es donde debemos profundizar para conocernos a nosotros mismos y saber qué somos; hemos de saber qué somos y qué podemos ser. Por ejemplo, yo he conocido y vivido la maldad más vil y la bondad más idiota; es gracias a saber que puedo ser todo eso, que puedo recorrer todo el espectro de la moral humana por lo que no soy nada concreto, puedo fluir por todo el recorrido para adaptarme a mi entorno. De eso trata dominar el Ying y el Yang, de serlo todo, algo que nos viene de serie y nosotros mismos reprimimos desde que comienza nuestra educación; por eso los curas que se ocultan el sexo acaban siendo pederastas, por eso al que su padre viola de pequeño termina siendo violador, porque no puedes ser acorralado voluntaria o involuntariamente hacia los extremos sin consecuencias.
La doctrina para dominar todo esto y aprender a desaprender consiste en conocerte a ti mismo a través de la experimentación personal. Bebe, drógate, folla sin condón con una yonki, tírate por un barranco, duerme en el bosque, caga en la parada de autobús, quémate los pelos de la polla con gasolina y fuego y bájate los pantalones en la Zarzuela. Hazlo todo desde el trasfondo de sacar una lección de ello y habrá merecido la pena.