Bueno, tú no te preocupes. A la que te vea criticar a madrileños, andaluces, castellanos, murcianos o su puta madre ya te lo recordaré. Seguramente te harás el orejas, como cuando lo de Maitena, porque dar la callada por respuesta agachado en un rincón esperando que amaine es algo que se te da bien. Por lo pronto, tu desprecio a los madrileños ya lo has hecho.
Ciento once países reconocen Kosovo. Menos de la mitad de los que existen. Así que sí, reconocimiento más limitado que la hostia; ni jugar competiciones oficiales de fútbol internacional pueden.
Tu propuesta, lo que ha originado el debate, es que según tú para que Cataluña se quede hay que ofrecerle más prebendas, más beneficios, más ventajas, más asimetría, ponerlos los primeros en la cola, no tocarles ni con la vista, dejar que hagan de su capa un sayo. Porque hay que hacerlo. Asimetría lo llamas tú. INJUSTICIA Y DESIGUALDAD lo llamo yo, en un término que se asemeja más a la realidad. ¿Qué coño se le puede dar más? Tienen unas competencias que no las tiene ningún otra región de ningún otro país, es una cosa sin parangón, y aun a ti te parece poco. A ti te parece justísimo que se ahonde en esa desigualdad de trato, y que además esa injusticia se haga ley. Pues a mí no. Y vienes con ejemplos que no sólo están traídos de los pelos sino que encima les das una vuelta y ya no hay por dónde agarrarlos. ¿Qué hostias tiene que ver, qué pollas tiene que ver que fulano en los EE.UU. tenga seguridad social y mengano no para que se le dé a un territorio español (otro continente) la potestad de hacer y deshacer a su antojo y a otros no?
A mí ese nacionalismo español que describes tampoco me gusta. Me parece rancio, me parece trasnochado, me parece, también, que ya no queda mucho de él, sólo los rescoldos. Aquí muchos nos hemos alineado en el bando de lo español, y no veo NI UNO entre ellos que sea de los de mantilla, de los de ir a misa, de los de uniforme ni de los de toros a las cinco. NI UNO. Y no por ello somos menos españoles ni defendemos a lo que consideramos nuestro país, y sí atacamos a quien lo ataca a estos niveles, a niveles que están cerca de generar una guerra civil por su puto egoísmo, por su puta fantasía lúbrica de no sé bien qué país que sin sentido ni razón se están montando en sus podridas y adoctrinadas cabezas. Porque quienes vienen a romper lo tuyo, a robarlo, a adueñárselo, pueden perfectamente ser considerados enemigos, aunque hayan nacido en el mismo sitio. Porque España tiene un problema mucho más grande que sus enemigos externos: los internos, que son más. A esos sí los desprecio. Tú no. No te veré, seguro, manifestar desprecio a vascos independentistas o catalanes independentistas. A esos no. Porque esos, como tú, necesitan de la destrucción de España para la construcción de su fantasía. Unos tienen la de una Euskal Herria así o asao, otros tienen la de una Catalunya lliure i soberana, tú tienes la no menos fantástica comunión de pueblos ibéricos
Y sí, los quiero a todos en la cárcel hasta que se mueran. Por delincuentes. Por intentar romper la unidad de España. Por intentar apropiarse de lo que no es suyo. Por usar las instituciones para su propio beneficio, para sus intereses. Por desleales. Por TRAIDORES. En la mayoría de países del mundo hubieran sido entalegados hace muchos años. No veo qué tiene de raro querer ver entre rejas a un delincuente, a un traidor, a un