Tamara
Clásico
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- 18 Ene 2006
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M.E: Lo muevo desde otro hilo porque me parece un tema suficientemente interesante.
No se vosotros pero yo he salido cambiada de cada relación que he tenido, no me refiero a que ahora me gusten las gambas a la plancha con limón y antes no, sino a cambios de base. Creo que si compartes mucho de tu tiempo con otra persona por la que se supone que sientes un minimo de curiosidad y admiración esnormal que aprendas a reconocer sus puntos fuertes y a hacerlos tuyos y en el caso contrario, aprendas a ver sus puntos débiles y a alejarte de ellos.
De mi primera relación tuve mas de lo segundo y salí mucho mas segura de mi criterio y de mi misma al fin y al cabo al ver que lo que yo consideraba "malo" de él era lo que efectivamente le hacia fracasar en un frente o en otro.
Mi segunda relación fue la que me cambió mas profundamente, ví como otra forma de ser completamente distinta a la mia podía ser sostenible y coherente, toda una cura de humildad que me vino bien para limar los resultados de la primera relación y además, probando a ver el mundo con sus ojos descubrí que me sentía mucho mas agusto de lo que había estado antes. De esa relación saqué calma, paciencia, bondad y una regla de oro para elegir a los siguientes.
En la tercera perfeccioné el arte de la mentira, la conversación, la discusión y la abstracción. Destaco sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) el haber aprendido a discutir, tanta práctica tenía que verse recompensada con algo útil.
Y así os digo señores que a mi los hombres me han cambiado probablemente mas de lo que yo les he cambiado a ellos.
No se vosotros pero yo he salido cambiada de cada relación que he tenido, no me refiero a que ahora me gusten las gambas a la plancha con limón y antes no, sino a cambios de base. Creo que si compartes mucho de tu tiempo con otra persona por la que se supone que sientes un minimo de curiosidad y admiración esnormal que aprendas a reconocer sus puntos fuertes y a hacerlos tuyos y en el caso contrario, aprendas a ver sus puntos débiles y a alejarte de ellos.
De mi primera relación tuve mas de lo segundo y salí mucho mas segura de mi criterio y de mi misma al fin y al cabo al ver que lo que yo consideraba "malo" de él era lo que efectivamente le hacia fracasar en un frente o en otro.
Mi segunda relación fue la que me cambió mas profundamente, ví como otra forma de ser completamente distinta a la mia podía ser sostenible y coherente, toda una cura de humildad que me vino bien para limar los resultados de la primera relación y además, probando a ver el mundo con sus ojos descubrí que me sentía mucho mas agusto de lo que había estado antes. De esa relación saqué calma, paciencia, bondad y una regla de oro para elegir a los siguientes.
En la tercera perfeccioné el arte de la mentira, la conversación, la discusión y la abstracción. Destaco sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) el haber aprendido a discutir, tanta práctica tenía que verse recompensada con algo útil.
Y así os digo señores que a mi los hombres me han cambiado probablemente mas de lo que yo les he cambiado a ellos.