stavroguin 11
Clásico
- Registro
- 14 Oct 2010
- Mensajes
- 3.780
- Reacciones
- 2.830
Dejando aparte por un momento la utilidad del gallego en la lusofonía, siempre me ha llamado la atención ese desprecio hispánico a la utilidad del idioma portugués, como si sus panchitos cagasen oro y los lusos no. Vamos a ver la realidad de la extensión de ambos idiomas:
¿No parece mucha diferencia, verdad?
A la cifra del español falta por sumar la superficie de España y Guinea Ecuatorial y habría que descontar zonas donde unos millones de indígenas andinos casi ni lo chapurrean (en Brasil casi no pasa, en países andinos sí), así que la cifra quedaría parecida.
El español tiene más hablantes, pero distribución menos universal (5 países africanos hablan portugués, dos de ellos enormes) y un par de enclaves en Asia, aunque con poca presencia.
En la similiar extensión de ambos idiomas influyeron tres hechos en detrimento del español: el robo de 2 millones de kilómetros cuadrados de EEUU a Méjico, la pérdida de una cantidad parecida de los países limítrofes con Brasil en guerras varias (y también la brutal expansión territorial de los Bandeirantes saltándose el Tratado de Tordesillas) y la desaparición del español de las Filipinas y sus más de cien millones de habitantes hoy.
La importancia de un idioma, y esto vale para los 2, no depende de un acúmulo demográfico de personas en condiciones tercermundistas. Es el poder político, economico, prestigio cultural y científico el que lo determina. Si mañana los sudacas se multiplicasen por gemación y tuviésemos 1000 millones de hispanoparlantes y 800 millones de brasileños, el predominio del inglés no varíaría ni un ápice. Esa supuesta jerarquía autootorgada del español sobre el portugués como supuesta segunda lengua mundial es simplemente ridícula. Brasil tiene estados más grandes que Colombia, Venezuela, Perú o Bolivia. Y si algún país despega como potencia en esa zona, será el más rico y poderoso, y no habla español.
Y a pesar de las limitaciones antes citadas de esos dos idiomas que aprendí como nativos, no olvido que con ellos puedo comunicarme en una extensión similar a la antigua Unión Soviética, la séptima parte de la tierra.
¿No parece mucha diferencia, verdad?
A la cifra del español falta por sumar la superficie de España y Guinea Ecuatorial y habría que descontar zonas donde unos millones de indígenas andinos casi ni lo chapurrean (en Brasil casi no pasa, en países andinos sí), así que la cifra quedaría parecida.
El español tiene más hablantes, pero distribución menos universal (5 países africanos hablan portugués, dos de ellos enormes) y un par de enclaves en Asia, aunque con poca presencia.
En la similiar extensión de ambos idiomas influyeron tres hechos en detrimento del español: el robo de 2 millones de kilómetros cuadrados de EEUU a Méjico, la pérdida de una cantidad parecida de los países limítrofes con Brasil en guerras varias (y también la brutal expansión territorial de los Bandeirantes saltándose el Tratado de Tordesillas) y la desaparición del español de las Filipinas y sus más de cien millones de habitantes hoy.
La importancia de un idioma, y esto vale para los 2, no depende de un acúmulo demográfico de personas en condiciones tercermundistas. Es el poder político, economico, prestigio cultural y científico el que lo determina. Si mañana los sudacas se multiplicasen por gemación y tuviésemos 1000 millones de hispanoparlantes y 800 millones de brasileños, el predominio del inglés no varíaría ni un ápice. Esa supuesta jerarquía autootorgada del español sobre el portugués como supuesta segunda lengua mundial es simplemente ridícula. Brasil tiene estados más grandes que Colombia, Venezuela, Perú o Bolivia. Y si algún país despega como potencia en esa zona, será el más rico y poderoso, y no habla español.
Y a pesar de las limitaciones antes citadas de esos dos idiomas que aprendí como nativos, no olvido que con ellos puedo comunicarme en una extensión similar a la antigua Unión Soviética, la séptima parte de la tierra.
Última edición: