stavroguin 11
Clásico
- Registro
- 14 Oct 2010
- Mensajes
- 3.780
- Reacciones
- 2.829
El factor limitante de las mujeres a la hora de acceder a la excelencia profesional no es la falta de inteligencia, el conformismo o la sobreadaptación a lo dominante, sino sobre todo la cobardía y la aversión al riesgo. También son cobardes para apostar.
Hace poco lancé a una mujer un envite. Ella sostenía que el elevado número de mujeres en mi profesión suponía un aporte parejo o mayor al desarrollo de la misma que el de los hombres. La reté a lo siguiente: cada día durante un mes recoger y acumular un ejemplar del "Diario Médico", y luego recopilar todos los artículos y referencias donde aparezcan médicos de nuestro país con aportes relevantes en el campo de la clínica, la cirugía y la investigación. Si al menos el 80% de los mismos no eran hombres, le pagaría una cena de lujo donde quisiese. Por supuesto no aceptó.
Todavía recuerdo el cambio que se produjo en la facultad cuando al pasar a 4º curso los exámenes empezaron a ser tipo test: las notas de las mujeres empezaron a caer en picado. Why? En un test no basta con vomitar en el folio una memorización minuciosa: hay que ser sutil, y sobre todo arriesgar. Cada tres fallos pierdes una respuesta correcta, pero si no arriesgas ante la duda te vas a quedar corto. Habitualmente los hombres contestábamos aunque dudásemos entre tres o cuatro respuestas, muchas mujeres eran incapaces de hacerlo aunque dudasen entre dos por temor a perder un tercio de una correcta. Penoso. Fijaos en el MIR: el número uno nunca es una mujer.
Miro la biblioteca acumulada a través de los años y me pregunto lo que han aportado las mujeres a mi desarrollo intelectual: desde mis tiempos de lector compulsivo de Enid Blyton y Agatha Christie, poca cosa: algo de las Brönte, de la Austen, de la Woolf (una de las pocas con cojones para innovar y romper), Rosalía de Castro (cuando tengo el día melancólico) y no demasiado más. ¿ Dónde está la Dostoiewski rusa? ¿ La Flaubert Francesa? ¿ La Dickens albiónica? ¿ La Mann germana?
El hecho de hablar de la Khalo ya a a entender que no hay mucho más. Y no olvidemos que durante mucho tiempo la pintura y la música fueron disciplinas predilectas de las jóvenes de buena familia. Cualquier lector de novelas del XIX está harto de toparse con jovencitas que deleitaban al piano a la asamblea de pretendientes, pero de ellas no salió ningún Mozart. No había ningún cerco de espinas alrededor del piano o del caballete que les impidiese acceder a ellos. Recorreos El Prado, El Louvre, La National Gallery, ¿Dónde están ellas? ¿Cuantas mujeres hubiesen sido capaces de romper el muro de burla e incomprensión que se encontraron los pintores impresionistas en sus inicios? ¿Cuantas convertirían la locura en arte, como Van Gogh? ¿Cuantas dejarían las comodidades burguesas para irse a los Mares del Sur a pintar indígenas en pelotas como Gaugin? ¿Cuantas trascenderían la condición de lisiado alcohólico como Toulousse- Lautrec?
¿ Dónde están las Von Braun de la aeronaútica? ¿ Las Barnard de la cirugía? ¿ Las Kant de la filosofía? ¿ Las Newton de la física? ¿ Las Darwin de la biología?. En las mentes calenturientas de miles de incapaces a las que esta sociedad regala todo, halaga sin pausa, fomenta el victimismo y convierte en seres incapaces de modestia y autocrítica.
Hace poco lancé a una mujer un envite. Ella sostenía que el elevado número de mujeres en mi profesión suponía un aporte parejo o mayor al desarrollo de la misma que el de los hombres. La reté a lo siguiente: cada día durante un mes recoger y acumular un ejemplar del "Diario Médico", y luego recopilar todos los artículos y referencias donde aparezcan médicos de nuestro país con aportes relevantes en el campo de la clínica, la cirugía y la investigación. Si al menos el 80% de los mismos no eran hombres, le pagaría una cena de lujo donde quisiese. Por supuesto no aceptó.
Todavía recuerdo el cambio que se produjo en la facultad cuando al pasar a 4º curso los exámenes empezaron a ser tipo test: las notas de las mujeres empezaron a caer en picado. Why? En un test no basta con vomitar en el folio una memorización minuciosa: hay que ser sutil, y sobre todo arriesgar. Cada tres fallos pierdes una respuesta correcta, pero si no arriesgas ante la duda te vas a quedar corto. Habitualmente los hombres contestábamos aunque dudásemos entre tres o cuatro respuestas, muchas mujeres eran incapaces de hacerlo aunque dudasen entre dos por temor a perder un tercio de una correcta. Penoso. Fijaos en el MIR: el número uno nunca es una mujer.
Miro la biblioteca acumulada a través de los años y me pregunto lo que han aportado las mujeres a mi desarrollo intelectual: desde mis tiempos de lector compulsivo de Enid Blyton y Agatha Christie, poca cosa: algo de las Brönte, de la Austen, de la Woolf (una de las pocas con cojones para innovar y romper), Rosalía de Castro (cuando tengo el día melancólico) y no demasiado más. ¿ Dónde está la Dostoiewski rusa? ¿ La Flaubert Francesa? ¿ La Dickens albiónica? ¿ La Mann germana?
El hecho de hablar de la Khalo ya a a entender que no hay mucho más. Y no olvidemos que durante mucho tiempo la pintura y la música fueron disciplinas predilectas de las jóvenes de buena familia. Cualquier lector de novelas del XIX está harto de toparse con jovencitas que deleitaban al piano a la asamblea de pretendientes, pero de ellas no salió ningún Mozart. No había ningún cerco de espinas alrededor del piano o del caballete que les impidiese acceder a ellos. Recorreos El Prado, El Louvre, La National Gallery, ¿Dónde están ellas? ¿Cuantas mujeres hubiesen sido capaces de romper el muro de burla e incomprensión que se encontraron los pintores impresionistas en sus inicios? ¿Cuantas convertirían la locura en arte, como Van Gogh? ¿Cuantas dejarían las comodidades burguesas para irse a los Mares del Sur a pintar indígenas en pelotas como Gaugin? ¿Cuantas trascenderían la condición de lisiado alcohólico como Toulousse- Lautrec?
¿ Dónde están las Von Braun de la aeronaútica? ¿ Las Barnard de la cirugía? ¿ Las Kant de la filosofía? ¿ Las Newton de la física? ¿ Las Darwin de la biología?. En las mentes calenturientas de miles de incapaces a las que esta sociedad regala todo, halaga sin pausa, fomenta el victimismo y convierte en seres incapaces de modestia y autocrítica.