El Profeta rebuznó:
Somos nosotros, una vez más, el eslabón débil de la cadena, nos puede la carne, nos embelesan las caribeñas, las flores de tropicales, algunas hembras donde leves rasgos andinos se pasan por alto gracias a una figura añiñada y febril. Son más accesibles, y antaño, porque en menos de una década han copiado con fría exactitud las maneras de las nacionales, maravillosamente sumisas
Cierto, somos el eslabón más debil. Cuando llega el fin de semana dejamos de pensar con la cabeza de arriba y empezamos a pensar con la cabeza de abajo... Es cierto que al ser mujeres con otra cultura, donde la iglesia católica es una anécdota y donde su sociedad descontrolada no se parece en nada nuestra sociedad controladora y formal, nos parecen exóticas, diferentes y promiscuas.
También es cierto que su comportamiento cambia cuando ven el panorama: Se sorprenden de la falta de relaciones sexuales de las españolas, se soprenden de que tegan un hijo a los 40 años o ninguno, se sorprenden de como nos maltratan, se soprenden de que nos dejemos maltratar sin poner objeciones, se soprenden de las ayudas sociales que hay y de las facilidades para meter a un hombre en la cárcel por muchos años, se soprenden de la publicidad anti-hombre, de que existan tantos cargos políticos ocupados por mujeres anlfabetas sin que nadie proteste...
El resultado es que con los años se pueden volver como las de aquí...y lo hacen, se vuelven como las de aquí y se hechan a perder...
¿Donde está nuestra oportunidad? En intentan pescar a una de estas mujeres nada más aterrizar, pero pensad que el tiempo pasa rápido y que no son tontas, cuando aprendan, las perderemos.
Han sido 2.000 años de represión religiosa acentuados por 40 años franquistas. Y para terminar de rematar la desgracia, 8 años de socialismo encabezados por un presidente que se ha comportado como la más baja de las escorias, un delincuente vil y miserable que ha destrozado la economía, la vida sexual de miles de hombres y que ha dado un armamento y unos recursos económicos y de poder a las mujeres como nunca se había visto en la historia de España, que en vez de ser utilizados de un modo positivo, se han lanzado contra la mitad de la sociedad en un alarde de venganza, chulería y barriobajerismo más propio de un país tercermundista que de un país europeo.
¿Mestizaje? Evidentemente se ha creado una bomba de relojería que en cierto modo ya ha estallado.
Se ha retirado el cheque bebé porque se supone que no hay dinero, pero se envían aviones y hombres a Libia.
El ayuntamiento de Zaragoza no tiene dinero para pagar la gasolina de la policia local, que tiene que patrullar a pie, pero si hay dinero para pagar unos barcos por el río Ebro en los que no sube nadie...
Son casi seis millones de extranjeros en España, de los cuales un millón fueron legalizados por este delincuente por pelotas, porque no cumplían los requisitos.
Caballeros y señoras, el mestizaje ha empezado, la sociedad que conocimos ya no la veremos más y me temo que con las nuevas guerras civiles que hay en el mundo árabe, los regimenes tapón que impedían en parte la subida a Europa de ilegales, caerán y por tanto millones de hambrientos se presentarán en nuestras costas solicitando trabajo, comida, techo y asistencia sanitaria.
Como no se lo podremos dar, lo cojerán por la fuerza.
Sólo nos queda pues un camino ante el desastre que se nos viene encima, teniendo en cuenta que hay economistas que dicen que la crisis va a durar unos 15 años más, follemos. Acudamos a discotecas de colombianas, dominicanas, nigerianas, gambianas, follemos y derramemos nuestro
sagrado yogurt en sus coños, follemos hasta reventar, follemos sin pensar en las consecuencias, dejemonos llevar por la lujuria y amanezcamos abrazados a sudorosos cuerpos de negras, mulatas o indias...
Hagámoslo así porque por mucho que nos neguemos, la historia ya está escrita
de antemano... y siempre nos quedará la pequeña satisfacción de que una mujer española no ha podido con nosotros.
Será nuestra última victoria mientras pegamos chillidos el día que nos ingresen sin un puto céntimo, agarrados a la boina y con dólor de próstata en una residencia de ancianos... :1
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