Que no, sudaca de mierda, que no considero hijoputa a nadie por no pagarme la boda. Que lo hago por ser un jodido gorrón que pretenda que le subvencione un día entero de farra cuando él tiene espaldas para asumirlo. Máxime, existiendo el precedente de que yo sí me rasqué la faltriquera en su boda sin rechistar, y con la diferencia de que él si hizo negocio.
Si en tu jodida tribu tenéis por costumbre regalar un collar hecho de colmillos de aguaraguazú cuando, llegada la edad 120 ciclos lunares, sodomizáis con una yuca a vuestras putas hembras. Imagínate qué cara pondrías cuando toque el acto protocolario en tu choza, y no recibáis la preciada ofrenda. Eso sí, aunque no haya dádiva por parte de tus invitados indígenas, irán a comerse hasta la última víscera del ocelote al chilindrón que preparó tu puta madre. ¿A que ya no mola tanto, wey?