Encontré ésto:
LA GELATINA
Yo recomendaría no hervirla, ya que a veces puede
desarrollar aromas bastante desagradables a huesos
de cerdo y ternera, de los que procede.
Aconsejaría sumergirlas en un líquido caliente,
(en este caso, la crema de vainilla), así se
deshará rápidamente, sin tocar el fuego directo.
Previamente a deshacerlas es imprescindible ponerlas en
agua para hidratarlas (a este proceso se le denomina
trempar la gelatina), eso si no se utiliza gelatina en polvo
Y LUEGO ENCONTRÉ ÉSTO Y AÚN ME ESTOY DESCOJONANDO!!!:
Un día Indalecio salió con cuatro amigos a tomar unos
campanos de ghinda a ''La Bacorella'', una sala de fiestas
estaba muy de moda. El chavalín era un poco tonto y los
amigos le andaban a la chupa toda la noche.
El caso es que esa noche andaba por allí Aurelia, una chavalita
muy apetecible con unas bufas de cuidado y que al parecer
le gustaba mucho el miñocón. La rapaza como tampoco era
tonta se unió al grupo a ver si le caía una copita de anis
de gratís. Indalecio pagó toda la noche como un caballero
y a la hora de irse, dos de los amigos iban tan rascados
que tuvieron que ser acercados por los otros dos a
casa para que no quedaran tirados en un ribazo a la intemperie.
Indalecio y Aurelia se fueron los dos solos para sus casas.
Por el camino de regreso Aurelia prefirió ir por una
conghostra por el medio del monte que iba a dar a un
muíño abandonado. Cuando llegaron al muíño Aurelia l
e dijo a Indalecio que estaba muy cansada y que sería
mejor descansar allí un poco. Se metieron dentro y Aurelia dijo:
- Indalecio, no te ha de importar que eche aquí un orine,
que sino aún me ha de reventar la vixigha con la presión.
- No, no me importa. Así mientras aprovecho para echar
una ghomitada ahí fuera a ver si me pasan estos delores de
estómagho.
Indalecio fue ghomitar pero cuando volvió a entrar
Aurelia aún estaba mixando con la natura al aire, cosa
que hizo que Indalecio se entrempase coma un boi.
- Pero Indalecio, ¿que fuistes a meter unos torrones
en la pitrina?
- No niniña, lo que pasa es que cuando veo una pixa
de frente parece que me va a reventar el carallo.
- Mi madriña santisma, no me digas que lo que tienes
ahí dentro es todo pirolo.
- Y luego que va a ser, mujer. Bueno, también me
abultan algo las balughas.
- Oistes, por qué no lo sacas de fuera que lo quiero
ver más de cerca.
Indalecio sacó el pistolo de fuera y se acercó a Aurelia
que se había sentado en la piedra de moer. Aurelia al verle
la merluza se asustó.
- ¡Madre del cielo, ay tú estás bien servido!, pero
¿que le hicistes ahí en la cabezalla que la tienes toda cortada?
- Es que el otro día Osquiña me dejó unas intervíus y tanta
manivela le dí que lo hice sangrar. Y ahora ya no es nada que
pensé que me rompía el frenillo. Me quedaron enganchadas
las pelexas de fuera por un hilito de nada. Hasta tuve que ir
junta el praticante que me diera una pumada para aplicarle.
- Aún me eres brutiño, hombre.
- Bueno, ahora me vas tener que enseñar tus lecherías.
- Sin problema, hombre. Además hoy sólo tengo el jarsey
por encima.
Aurelia sacó el jarsey y ya de paso los leotardos que llevaba
puestos.
- ¡Joder de Dios, Aurelia!. Tienes los pitones más largos que
las colillas de Récula.
- Pues aún no me hincharon de todo. Déjate que me los
chupes un poquito.
- Pues ya te voy ir ahora mismo a ellos.
MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA
AYYYY MI TRIPAAAAA