Kant rebuznó:
Además, el hecho de alcanzar un nivel antes reservado para unos pocos burgueses acomodados, ha traído la exigencia de los mismos derechos que aquellos tenían. La clave del problema reside en que una mayoría reclama los beneficios que tenían una minoría, que precisamente los disfrutaban por ser minoría.
El caso es que, llegando a un nivel de prosperidad, la mayoría de los ciudadanos puede tomar la actitud de algunos burgueses, quienes se podían permitir incumplir sus deberes para con los demás o incluso negarlos.
Esa idea ha sido ampliamente extendida y el concepto generalizado que se maneja es que cada uno debe trabajar para sí y cuidarse a sí mismo (si quiere), lo cual le exime de toda responsabilidad de lo que sudede a su alrededor.
Aún así, y a pesar de, como malik, rechazar el término, somos conscientes de unas ciertas obligaciones que debemos cumplir. Hay algunas que están bien instaladas en la mayoría de las personas como son el deber de respeto y protección sobre la familia, la defensa de los amigos, etc.
Quizás se está perdiendo la concepción de socidad como tal y por tanto de las obligaciones que conlleva. El respeto es debido a todas las personas aunque sea únicamente por su humanidad. La defensa del débil, la solidaridad (esta palabra sí que está de moda) o el respeto a la justicia son deberes de todo hombre como ser social.
El honor, la dignidad, la nobleza (de actitud, de espíritu), no han de confundirse con el mal orgullo, la soberbia o la prepotencia.
Juer, sr Kant, casi parece que el hecho de que la plebe aumentemos nuestra prosperidad es algo malo... :)
Bastante de acuerdo en lo que dices. Pero con matices... Está claro que la sociedad europea medieval, con sus valores, sus relaciones de vasallaje y su concepto de comunidad (muy relacionada con la sensación de unidad que proporcionaba la Iglesia y el cristianismo) era una sociedad mucho más "estable" y robusta que la actual. No hay más que vernos... desde entonces estamos casi de cambio en cambio y de crisis en crisis.
De todas formas ?hay que ver nuestra aparente falta de valores actual como algo negativo? (sí, ya se que no has dicho eso, pero aprovecho para comentarlo). Realmente los valores no desaparecen, solo cambian... Nuestros deberes con la comunidad siguen existiendo, solo que a menudo de una manera más fria, más impersonal... pero en ocasiones más firme y justa. Pese a inevitables arranques de egoismo puntuales, muchas sociedades actuales cumplen sin ningún problema en forma de impuestos, reglas de convivencia respecto a ruido, basura, trabajo compartido (en comunidades de vecinos, por ejemplo). Y aunque sean regulados en cierta medida por el Estado, a menudo se hacen con completa naturalidad y espontaneidad.
No es que ahora seamos muy buenos todos pero ?realmente sí que lo eramos antes? ?se incumplen los deberes actuales más que se incumplian las de antaño? Porque la verdad es que evadir impuestos o saltarse a la torera el sistema es algo que solo siguen pudiendo hacer una minoría acomodada.
Lo que sí ha cambiado, es que al crecer las sociedades y aumentar el papel de Estado se le usa de intermediario para todo, a través de los impuestos. Lo último ha sido usarle también como canalización de la caridad y la defensa al débil (en forma de servicios sociales). Perdemos la relación con los vecinos, sí, pero quizás ganemos en justicia (o ganaríamos si los impuestos estuvieran bien administrados y la educación recibida por los gobiernos no fuera unicamente consume-consume-consume).
Lo que comentas del respeto a todas las personas unicamente por su humanidad es algo relativamente bastante nuevo, y desde luego no presente en las sociedades medievales (cuyo sentimiento de unión, en todo caso, sería el de "comunidad cristiana"). Y paradójicamente es hoy día cuando más puede desarrollarse. Pese a la critica situación internacional, a nivel individual nunca se había visto tanto interés hacia personas que viven al otro lado del mundo. Y el tiempo libre, el aumento de la prosperidad, hay quien lo emplea simplemente en ayudar a otros (el voluntariado, las organizaciones humanitarias... son algo también bastante nuevo). Tristemente, no estamos en posición de enorgullecernos, pero es sin duda una semilla de esperanza.