Ahora sólo hace falta que empecéis a darle recomendaciones y consejos nutricionales a un tío que carece de la disciplina necesaria para renovarse el DNI o SALIR A PASEAR A DIARIO, y que lo hagáis con la esperanza de que va a abandonar cuarenta años de malos hábitos para pasarse a los buenos, y que con un paladar infantil se va a poner a comer como un adulto sano cuando lleva toda su puta vida comiendo basura ultraprocesada, donettes por palés y bolsas de gublins de cincuenta kilos.
¿En serio vais a perder un puto segundo de vuestro tiempo en recomendar nada a un puto desgraciado que va a coger vuestros consejos, va a hacer una bola con ellos y la va a utilizar para limpiarse el culo con ella como se ha limpiado el culo con todos y cada uno de los consejos que le hemos dado en la última década? ¿Y encima con algo que requiere de verdadera disciplina y de un verdadero cambio profundo de hábitos? Pero si el hijo de la gran puta es incapaz de llevar a cabo el más simple de los consejos, si es incapaz de seguir lo más fácil, si se le dice "cómprate una camisa de tu talla" y ni puede ni sabe ni quiere hacerlo y os mira como si estuvierais pidiendo la luna.
Por favor, no le deis consejos a este tragaldabas. Es mucho más productivo enseñar a un burro a leer, da mucho más rédito tirarle margaritas a los cerdos. A este puto semoviente no merece la pena darle ningún consejo ni se lo merece. ¿Es que no habéis aprendido nada? Dejadle que se muera engordando en su puta cochiquera y que reviente, que no otra cosa va a pasarle y no otra cosa se merece.