Dice que termina su descompresión a las CINCO Y MEDIA. Que es justo cuando yo salgo de la oficina los días que salgo temprano, y aún me queda desplazamiento hasta el gimnasio, entreno y vuelta a casa, y preparar las cosas.
Y dice que NO TIENE TIEMPO el puto pedazo de mierda gandula este.
Pero si es que está clarísimo por qué no tiene tiempo. Porque lo desperdicia, joder.
Si yo llego a mi casa de trabajar y me tiro al sofá una hora mirando el foro porque "estoy cansao", luego me levanto y meo y me tiro otra hora porque "a ver si descomprimo", me tiro veinte minutos decidiendo si bajo al súper a por la comida mientras con una mano miro el foro y la otra me rasco las pelotas y al final decido que no y digo "bueno, pues ahora ya está todo, voy a descansar hasta la hora de la cena"... normal que no tenga tiempo para nada. Si me he tirado la puta tarde tumbado con excusitas de PUTÍSIMO VAGO DE MIERDA, que es lo que pasa.
Hacer cualquier cosa le da puta pereza. Si necesita mover el cuerpo ya no te digo nada. Él carece de iniciativa propia, es la abulia hecha persona, es un puto trapo que donde lo tiras ahí se queda, es un vago, un flojo, un inútil. Todo es un esfuerzo. Todo es una tarea titánica. Moverse es un puto reto, doblar el lomo una puta heroicidad al alcance de sólo unos pocos. Bajar a por el pan, buah, chaval, una odisea. El día que hace un recado se hace acreedor a una medalla olímpica al esfuerzo.
Y, claro, como para lograr cosas hay que moverse y hacer y esforzarse y él a eso no está dispuesto, pues a poner sus esperanzas de obtener todo en que ocurra un milagro, en que el karma le recompense, en una sorpresa en Las Gaunas. Espera que el mundo trabaje para él para recompensarle por haberle pasado la carta al ordenador a su padre o por haber el hecho el titánico esfuerzo de bajar a la copistería de la esquina o por ser "buen hijo", AKA "un puto crío con mamitis". Y a quejarse amargamente porque no recibe ese premio.
Se merece todo lo que le pasa, claro está. Se merece incluso más de lo que le pasa. Y le va a seguir pasando sine die.