Nunca. Momó es la rémora, el freno, la piedra, el pie contra la pared que impide cualquier progreso.
Hay que matar (metafóricamente) a momó, por lo menos a esa relación de dependencia y que fomenta la desidia, la indecisión, quedarse pajarito, las descompresiones y la falta compromiso en cualquiera de las maneras. Es la muerte de la voluntad misma.
Se cagó encima antes de tiempo, yo le habría dado una oportunidad.
Esos ojos claros, esa melena rubia, esa piel blanca... en fin.
Yo hubiese quedado con la ornitóloga. Incluso se hubiese preguntado por las abubillas que se ven de repente en nuestros parques.
Pero los senderos del nuncafollismo de nuestro NO-SUMO son inescrutables.
[Que no se puede saber ni averiguar, insondable, impenetrable, indescifrable, misterioso, enigmático, oscuro, incognoscible.]
¿Quién sabe cómo hubiese reaccionado la rusa, viniendo de la barbarie como vienen?
Eso jugaba en favor de
@Ferris, quienes hemos visto lo que NO-PUEDE verse lo sabemos.