A petición del respetable, detallo.
Mi prima vivía fuera de la city, pero tuvo que venirse por cuestiones de la Universidad (ella ya había acabado la carrera pero tenía que hacer un especie de estudio o cursillo o no sé que historieta)
El caso es que en el edificio de enfrente a donde viven mis padres, los suyos se compraron un piso, y lo tenían exclusivamente como inversión y para que la niña le estudiara en la ciudad sin tener que andar con desplazamientos (ahora alguno dirá si no saldría más barato un bonobús

)
Bien, el caso es que ésta prima vivía sola y me habitué a acompañarla por las tardes, pero sin mayores pretensiones. Ella tenía por noviete a un tío que curraba en la zona (que a su vez estaba casado), y una amiga, compañera de trabajo del noviete que la visitaba de cuando en vez.
Bueno, el caso es que pasábamos bastante tiempo juntos y empecé a quedarme para ver alguna de las pelis que echaban en la tele después de las noticias (en finde claro), y, símplemente, nos sentábamos yo apoyado en el brazo del sillón y ella entre mis piernas, recostada contra mis huevols. Un día empecé a hacerle un masaje en sus hombros.
La verdad es que ni dijimos nada ni planteamos normas, simplemente yo hacía y ella se dejaba hacer. Conforme yo creía que había masajeado suficientemente su hombros y cuello empezaba a bajar hacia su pecho, donde el calorcillo de sus senos llamaba a mis manos, que tocaban la fina piel y diferenciaban perfectamente la areola, del pezón del resto del pecho.
Al ser unos senos cónicos, sabréis que tienden a no resultar abruptos en la transición de la piel hacia la areola, pero notaba perfectamente cómo el masajeo ocasionaba un cambio de textura que se focalizaba en los pezones.
Hoy lo pienso y no sé cómo coño no me folló; al fin y al cabo, si me dejaba frotarla...
Bien, el caso es que cuando acababa la película, nos despedíamos, yo me marchaba a casa y me hacía unos pajotes que sólo ahora en determinadas ocasiones consigo emular; porque, como los phorers saben, el 99% de las pajas son rutinarias, pero el 1% restante es el pajón castellano, Eldorado en el que notas cómo el líquido elemento viril, avanza furibundo por el meato, raspando sus paredes con inusitada fuerza y provocando un orgasmo digno de ser recordado, un orgasmo que disfrutas plenamente con la certeza de que uno igual tardará en llegar.
Bueno, sigo, la amiga de mi prima era amiga por interés, ambas tenían una edad parecida y tenían como vínculo al noviete de mi prima, una como folladora vividora y otra como compañera de trabajo.
La tipa esta era una rubia, de ojos azules, pelo rizo y caderas rotundas. Muchas veces estaban ambas en casa y se dedicaban a lo suyo, petardeos femeninos, pero una vez pude olisquear el triunfo y mascar la tragedia.
Resulta que se encontraban ambas en el baño, y habían cerrado la puerta. Yo venía de mongolear por la galería y pregunté que qué hacían, y me contestaron que estaban (la amiga), depilándose.
Yo, incauto de mí pensé que era la depilación estándar, pero mi prima me dijo que no entrara que su amiga se estaba haciendo las ingles
Yo me quedé patidifuso, pues desconocía qué objeto tenía aquello, y la tipa dijo en voz alta: "Como se te ocurra entrar te doy una hostia"
Entre que no sabía de qué se trataba y que me habían advertido de manera tan chunga, pensé que o veía lo que era que hacían o reventaba.
Cogí un bastoncillo de los oídos que tenía mi prima en un cajón de la habitación, saqué un algondoncillo del extremo e inserté el cilindro en la manija esférica del baño.
Los que habéis tenido este tipo de manijas, sabéis que se libera un pistón y luego sólo hay que girar para abrir. Lo hice todo lo suave que pude (la inserción), y la apertura la hice a toda hostia, si hubiese querido hacerlo lentamente lo hubiesen visto/oído.
El caso es que abrí la puerta de marras y lo que ví me dejó shockado, con pitidos en los oídos, mi prima ayudando a afeitarse a la otra que, toda espatarrada me ofreció, probablemente, la primera visión directa de un coñazo femenino.
Las caras fueron un poema; mi prima, después de un primer intento de cerrar la puerta empezó a reilse como una condenada, y la otra se levantó a tal velocidad que ni tiempo tuve de reaccionar. Me soltó una hostia que hubiese hecho temblar a Zangief, y me echó con cajas destempladas del piso. Nunca la volví a ver, y mi prima no me comentó nada, pero ambos sabíamos que lo que había ocurrido resultó un punto de inflexión.
A partir de ahí, nuestra relación personal se enfrió, y adiós muy buenas, pero las pajazas obtenidas luego de la visión del vellocino de oro, fueron sonadas.
Entremedias yo había descubierto el cajón de la ropa interior de mi prima. Como había etapas que mi prima no estaba en casa, mis tíos le dijeron a mis padres que les abriesen la casa para que se aireara y toda la pesca; efectivamente fui yo el delegado regio, y comencé a ir regularmente a abrir el piso.
Un día entré en la habitación de mi prima a nada en particular. Por aquello de hacer algo el tiempo que me echaba allí (una media hora), fisgoneé en los cajones para ver si había algo (nada en concreto), que poder fisgonear.
Cuando abrí el segundo cajón de la cómoda vi todas las braguitas de mi prima. Casi todas eran de encaje, de colores rosa, celeste, negro... Nada más verlas cogí una de ellas e, instintivamente, saqué mi micropenis y me froté contra la prenda; la erección fue titánica, el contacto con la braga había endurecido mi member como pocas veces antes, y el corridón tuvo que ser aplacado con un movimiento de pinza de mis dedos gordo e índice. Hoy día le hubiese dejado el recuerdo, pero la edad es la edad.
Hasta aquí mi extended version, no he puesto spoiler porque dicen que abuso de ellos y así hacéis prácticas con el scroll, por si os toca atender esto:
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