Fracachat molongui de pintismonkis polloperas

Estado
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Macarena!
y con respecto a la carne, prueba la de vaca y no la de ternera.
Eso si sabe a carne, de esto que te la comes cruda y derrepente orinas mirando a londres y le metes una puñalada a todo lo que empiece por "Al" "Ali", "Alaui", "Alfonso"
 
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El FBI : " Después de un despliegue impresionante de medios económicos y horas de investigaciones complejas, dimos con él"
Su hermano : " Eh, que me chivé yo, dadme la recompensa"
 
Moi intedensante lo que dize su manipesto unabonve

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Considero una predestinación feliz haber nacido en la pequeña ciudad de Braunau sobre el
Inn; Braunau, situada precisamente en la frontera de esos dos Estados alemanes, cuya fusión se nos
presenta – por lo menos a nosotros los jóvenes – como un cometido vital que bién merece realizarse
a todo trance.
La Austria germana debe volver al acervo común de la patria alemana, y no por razón
alguna de índole económica. No, de ningún modo, pues, aun en el caso de que esa unión
considerada económicamente fuese indiferente o resultase incluso perjudicial, debería llevarse a
cabo, a pesar de todo. Pueblos de la misma sangre corresponden a una patria común. Mientras
el pueblo alemán no pueda reunir a sus hijos bajo un mismo Estado, carecerá de un derecho,
moralmente justificado, para aspirar a una acción de política colonial. Sólo cuando el Reich
abarcando la vida del último alemán no tenga ya la posibilidad de asegurar a éste la subsistencia,
surgirá de la necesidad del propio pueblo, la justificación moral de adquirir posesión sobre tierras en
el extranjero. El arado se convertirá entonces en espada y de las lágrimas de la guerra brotará para
la posteridad el pan cotidiano.
La pequeña población fronteriza de Braunau me parece constituir el símbolo de una gran
obra. Aun en otro sentido se yergue también hoy ese lugar como una advertencia al porvenir.
Cuando esta insignificante población fue –hace más de cien años- escenario de un trágico suceso
que conmovió a toda la nación alemana, su nombre quedó inmortalizado por los menos en los
anales de la historia de Alemania. En la época de la más terrible humillación impuesta a nuestra
patria rindió allá su vida por su adorada Alemania el librero de Nüremberg, Johannes Philipp Palm,
obstinado “nacionalista” y enemigo de los franceses1
. Se había negado rotundamente a delatar a sus
cómplices, jejor dicho a los verdaderos culpables. Murió, igual que Leo Schlagetter, y como éste,
Johannes Philip Palm fue también denunciado a Francia por un funcionario. Un director de la
policía de Augsburgo cobró la triste fama de la denuncia y creó con ello el tipo que las nuevas
autoridades alemanas adoptaron bajo la égida del señor Severing2
.
En esa pequeña ciudad sobre el Inn, bávara de origen, austríaca políticamente y ennoblecida
por el martirologio alemán vivieron mis padres allá por el año 1890. Mi padre era un leal y honrado
funcionario, mi madre, ocupada en los quehaceres del hogar, tuvo siempre para sus hijos invariable
y cariñosa solicitud. Poco retiene mi memoria de aquel tiempo, pues, pronto mi padre tuvo que
abandonar ese pueblo que había ganado su afecto, para ir a ocupar un nuevo puesto en Passau, es
decir, en Alemania.
En aquellos tiempos la suerte del aduanero austríaco era “peregrinar” a menudo; de ahí que
mi padre tuviera que pasar a Linz, donde acabó por jubilarse. Ciertamente que esto no debió
significar un descanso para el anciano. Mi padre, hijo de un simple y pobre campesino, no había
podido resignarse en su juventud a quedar en la casa paterna. No tenía todavía trece años, cuando
lió su morral y se marchó del terruño. Iba a Viena, desoyendo el consejo de aldeanos de
experiencia, para aprender allí un oficio. Ocurría esto el año 50 del pasado siglo. ¡Grave resolución
la de lanzarse en busca de lo desconocido sólo provisto de tres florines! Pero cuando el adolescente
cumplía los diez y siete años y había realizado ya su examen de oficial de taller para llegar a ser
“algo mejor”. Si cuando niño, en la aldea, le parecía el señor cura la expresión de lo más alto que humanamente podía alcanzarse, ahora –dentro de su esfera enormemente ampliada por la gran urbe-
lo era el funcionario público. Con la tenacidad propia de un hombre, ya casi envejecido en la
adolescencia por las penalidades de la vida, se aferró el muchacho a su resolución de llegar a ser
funcionario y lo fue. Creo que poco después de cumplir los 23 años, consiguió su propósito.
Cuando finalmente a la edad de 56 años se jubiló, no habría podido conformarse a vivir
como un desocupado. Y he ahí que en los alrededores de la población austríaca de Lambach,
adquirió una pequeña propiedad agrícola; la administró personalmente y así volvió después de una
larga y trabajosa vida a la actividad originaria de sus mayores.
Fue sin duda en aquella época cuando forjé mis primeros ideales. Mis ajetreos infantiles al
aire libre, el largo camino a la escuela y la camaradería que mantenía con muchachos robustos, que
era frecuentemente motivo de hondos cuidados para mi madre, pudieron haber hecho de mí
cualquier cosa menos un poltrón.
Si bien por entonces no me preocupaba seriamente la idea de mi profesión futura, sabía en
cambio que mis simpatías no se inclinaban en modo alguno a la carrera de mi padre. Creo que ya
entonces mis dotes oratorias se ejercitaban en altercados más o menos violentes con mis
condiscípulos. Me había hecho un pequeño caudillo que aprendía bien y con facilidad en la escuela,
pero que se dejaba tratar difícilmente.
En el estante de libros de mi padre encontré diversas obras militares, entre ellas una edición
popular de la guerra franco-prusiana de 1870-71. Se trataba de dos tomos de una revista ilustrada de
aquella época e hice de ellos mi lectura predilecta. Desde entonces me entusiasmó cada vez más
todo aquello que tenía alguna relación con la guerra o con la vida militar.
Pero también en otro sentido debió esto tener significación para mí. Por primera vez -aunque
en forma poco precisa- surgió en mi mente el interrogante de si realmente existía y, caso de existir,
cuál podría ser, la diferencia entre los alemanes que combatieron en la guerra del 70 y los otros
alemanes –los austríacos-. Me preguntaba ¿por qué Austria no tomó también parte en esa guerra al
lado de Alemania? ¿Acaso no somos todos lo mismo?, me decía yo. Este problema comenzó a
preocupar mi mente juvenil. A mis cautelosas preguntas debí oír con íntima emulación la respuesta
de que no todo alemán tenía la suerte de pertenecer al Reich de Bismark.
Esto era para mi inexplicable
*
**
Se había decidido que estudiase.
Por primera vez en mi vida, cuando apenas contaba once años, debí oponerme a mi padre. Si
él en su propósito de realizar los planes que había previsto, era inflexible, no menos implacable y
porfiado era su hijo para rechazar una idea que nada o poco le agradaba.
¡ Yo no quería llegar a ser funcionario!.
Aun hoy mismo no me explico como un buen día me di cuenta de que tenía vocación para la
pintura. Mi talento para el dibujo se hallaba tan fuera de duda, que fue uno de los motivos que
indujeron a mi padre a inscribirme en un colegio de enseñanza secundaria; pero jamás con el
propósito de permitirme una preparación profesional en ese sentido.
 
Aquí ya todos nos conocemos como un viejo matrimonio avinagrado.
a mi la verdad que me sorprendio el ramalazo "Aramis Fuster". A ver que tienes la pinza ida que no la coje un concorde, pues como todos aqui, pero no me esperaba yo que te diera por ahi, y ya esto te lo digo sin coñas.

y por cierto @ElSapoDeLaTrancaEmpinada puedes desarrollar eso? nos interesa.
 
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a mi la verdad que me sorprendio el ramalazo "Aramis Fuster". A ver que tienes la pinza ida que no la coje un concorde, pues como todos aqui, pero no me esperaba yo que te diera por ahi, y ya esto te lo digo sin coñas.
Yo tampoco me lo esperaba, sin coñas lo digo. Me pilló con el pie cambiado ese cliffhanger de la vida.
 
Yo tampoco me lo esperaba, sin coñas lo digo. Me pilló con el pie cambiado ese cliffhanger de la vida.
y que tal te funciona con este rollo? lo haces presencial con bola de cristal y panuelo decorao? porque si es asi yo me apunto a eso y a una ouija con el craneo de angel cristo, que si eso no llama a espiritus que venga dios y... a lo mejor se apunta tambien.
 
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y que tal te funciona con este rollo? lo haces presencial con bola de cristal y panuelo decorao? porque si es asi yo me apunto a eso y a una ouija con el craneo de angel cristo, que si eso no llama a espiritus que venga dios y... a lo mejor se apunta tambien.
Me gusta más la calavera seca de tu puta madre para dar ambiente.
 
Es que la tiene su chulo, que vive en legazpi y me da pereza ir por ella.
de todas formas, algo tendrás por ahi, o sino, me puedes leer las linas de los pies, que la de las manos ya directamente me pone "nosotras tampoco entendemos como has sobrevivido hasta ahora, no eres el unico que tiene miedo", eso si, al dedo gordo ni te acerques que por lo visto es fan de slayer y ayer me pidio unas airmax por amazon mientras dormia el cabron... he tenido quitar su huella como identificador
 
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