Mont Ventoux
Tras unos 300 km nos desplazamos a la provenza francesa, concretamente a unos 9 km de Bedoin y a 2 de Malaucene, las dos localidades donde dan ambas caras del mítico monte del macizo central. La más típica, la que subieron en el Tour de este año por ejemplo, es desde Bedoin, aunque este 2016 no pudieran subir hasta arriba por el tema del viento y se quedaran a 6 km en el Chalet Reynard. Y ambas miden lo mismo, 21 km de subida, pero la de Bedoin es más dura.
Empezamos rodando unos 10 km en una parte llana que hay donde tenemos la casa rural, luego tiramos para Bedoin otros 10 km con un recorrido entre viñedos muy bonito. Ya en Bedoin, giras a la izquierda antes de entrar al centro del pueblo y hala, empieza la fiesta. Los primeros 3 km son muy tendidos, se suben cómodamente y sirve para ir poniendo las piernas a tono. Luego hay en un pueblecito una curva a la izquierda donde ya dices "ay madre, que esto empieza de verdad". A partir de ahí lo que te comes son 9 km al 10% de pendiente media, constante y apabullante, mientras vas por bosque y alucinas con la cantidad de pintadas que hay en el suelo sobre todo una de Pantani a color y todo. Es un tramo muy duro, largo, pesado, pero me da que el bajar de la altura de los Alpes y el día intermedio de descanso me ha hecho maravillas y voy de puta madre, subiendo muy muy cómodo, mientras la parienta va jurando en arameo porque le ha pasado al contrario, va jodida de piernas.
Hacia el km 12, a unos 2 km de llegar al Chalet Reynard, la cosa se tiende un poco y ya se divisa nítidamente la parte alta del puerto, con la antena característica y todo lo demás pelado. No puedo evitar, en ese tramo, parar, poner la bici apoyada en la valla y hacer un Froome durante 15 ó 20 metros, mientras mi chica me pregunta "Pero qué cojones haces?" y luego se descojona. Yo es que pensaba que esa parte se subía así.
Justo pasado el Chalet Reynard (que por cierto es una estación de ski), es alucinante comprobar como si le hubieran pegado un machetazo al puerto, ya que pasas del bosque de los primeros 14 km a un paisaje desértico, lunar, rodeado de rocas en esos 6 km finales, más fáciles que lo anterior pero que aun se guardan en la manga el último km, duro de narices, y tienes la incógnita de cómo se comportará el viento, puesto que por ahí vas totalmente desprotegido y como diga de soplar la cosa se puede poner complicada. Por suerte pillamos un día sencillamente perfecto, no hace un cagarro de viento y la temperatura es buena a pesar de que te pega el sol con todo. Paro en el monumento a Tom Simpson a dejar un bidón (hay muchos, es la costumbre) y emprendemos los últimos 1500 metros, donde hay una curva larga larga a la izquierda que te otorga unas vistas del puerto y de toda la zona que te caes de espaldas. Como esta parte la hemos subido muy tranquilos, nos pilla enteros y no supone un problema, eso sí, hay un giro a la derecha a punto de coronar y los últimos 500 m son una rampa al 12% que en carrera te puede dejar literalmente clavado si has subido a full todo el puerto. Tiene que ser la muerte llegar a ese tramo.
Coronamos y aquello parece hora punta, la hostia. Hasta me cuesta encontrar el letrero para la foto de rigor, pues hay muchísima gente. De hecho hemos visto algunos casos que es para echarse a llorar. Gente que sube en coche hasta un rellano que hay a un km de la cima, aparca, coge la bici y sube montado ese último km. Para darles de hostias. Y tendrán cojones de publicar la foto en sus redes, hijos de puta.
Menos mal que la experiencia ha sido buenísima porque es un puerto singular, ahí en medio de una planicie total que cuando vas por la carretera a lo lejos con el coche se alza majestuoso y ahora en la cima todavía lo parece más. La tomamos en un bar que hay al iniciar la bajada mirando las vistas y admirando lo chula y especial que es esta subida. La bajada la hacemos por la otra cara, hacia Malaucene, una bajada fácil y en la que se puede ir muy rápido (a tramos bajo a 70 por hora sin complicaciones, y podría ir más rápido pero paso de arriesgar), para luego meternos entre pecho y espalda dos pizzas ya en el pueblo.