Yo me quedo con el artículo de Ussía:
Las distancias
Alfonso USSÍA
Gregorio Peces-Barba, Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo –a partir de ahora su cargo habría de denominarse «Alto Comisionado para Algunas Víctimas del Terrorismo–, se ha negado a acudir a la manifestación convocada por la AVT. Lo mismo ha hecho Pilar Manjón y su facción de afectados por los atentados terribles del pasado 11 de marzo. Criticar una decisión de Pilar Manjón es una incorrección política imperdonable. Con el respeto que me merece su dolor, creo tener el derecho a opinar que esta señora se mueve en exceso por fangos políticos. Antes de que ella sufriera y padeciera la herida incurable de la madre que pierde a un hijo por la barbarie terrorista, otras muchas madres habían experimentado la tragedia. Son ésas las madres a las que no quiere acompañar la señora Pilar Manjón por motivos que sólo ella conoce y que algún día, cuando se alivie la memoria, quizá tenga ocasión de explicar. Pero su decisión, como poco, se me antoja distante y profundamente decepcionante. No lo sé, pero intuyo que Pilar Manjón movilizaría a los suyos con más interés si se tratara de manifestarse contra José María Aznar que a favor de las víctimas de la ETA. Escribo horas antes de llevarse a cabo la concentración y espero que, a última hora, Pilar Manjón, superando reticencias espurias, se reúna con sus predecesores en la angustia del dolor.
Finalmente, el Gobierno ha accedido a que un ministro, Jordi Sevilla, lo represente en la manifestación. Un no se sabe qué ha separado siempre a los socialistas de las víctimas del terrorismo. Aún se recuerda a la impotable ministra Matilde Fernández cuando denegó una mísera subvención a los familiares de las víctimas de la ETA mientras derrochaba el dinero público en chorradas y chuminadas inauditas, como el estudio de la genética de la lenteja libia, o los talleres de masturbación de mujeres, o la publicación de la revista «La Boletina», que contenía bellos poemas a los chichis y sus menstruaciones. Ante tamaña perversidad, Anson abrió en ABC una suscripción pública que superó los quinientos millones de pesetas. Las víctimas salieron ganando porque la petición al Ministerio de Asuntos Sociales de la señora Fernández no llegaba a los diez millones de pesetas. No obstante, creo que todo el Gobierno socialista tendría que acudir a la concentración, cuyo lema es tan diáfano como apolítico: «Memoria, Dignidad y Justicia para las víctimas».
Se mueven elementos y argumentos extraños por las soterras del Poder. Se habla de conversaciones e intentos de acuerdo con los asesinos y sus cómplices. Efectivamente, hablar con los criminales nada tiene que ver con respetar la memoria, la dignidad y la justicia de sus víctimas. Tengo para mí que al actual Gobierno sólo le importan las víctimas y los familiares de los atentados de marzo. Que todo es marzo, cuando todo es mucho más. Treinta años de sufrimiento permanente, de españoles destrozados por los terroristas y de familias desamparadas por algunos gobernantes.