No he podido evitar sentirme apenado por su muerte. Pero la verdad que paré de escuchar su música con el disco de Yo, minoría absoluta. Ya con los siguientes discos no pude porque para mí era como pegarse un tiro en la polla musicalmente hablando.
Reeditando canciones pasadas porque sonaban sucias (cuando justamente esa suciedad era lo que le daba el “toque”) y lo insufrible que se volvió tanto musicalmente como personalmente.
Para mi, ya en Agila dejaba asomar por donde irían los tiros. Atrás el sonido y canciones brutales que hizo en Deltoya, donde están mis amigos o rock transgresivo. Pero en fin cada loco con su tema.
Por último, no sé si se ha comentado. Recordar que estaba tocando en un concierto y se dio cuenta que fuera del recinto había gente viendo el concierto de gratis y el mismo mandó llamar a la guardia civil para mover a esa gente de ahí. Mucho luchar contra las discográficas pero también era un pesetero.