Has tenido suerte de que te haya pasado eso en esa tierra de maricones afeminados antiespañoles en vez de aquí en la Capital. Llegas a montarme esa escenita en mi ronda y como que hay Dios que mínimo te vas con la cabeza abierta. Y eso si no te hago hacer el paseillo, que a esas horas es factible porque hay pocos trenes. No serías el primero al que obligamos yo y mi banda a ir andando por la vía hasta la siguiente estación, donde le esperarán más compañeros para terminar de el trabajo a base de hostias. Ya te digo que has tenido suerte, maricona, ya te digo... ibas a estar de baja pero con razón.