La noria. Vi menos de la mitad. Demasiado.
Hubo dos momentos lolérrimos. El mejor, Calderón en la máquina de la verdad año 1993 con un pelazo que parecía el rubio de los Pecos, hablando de las fincas de Paquirri. El otro en un programa que no conseguí ubicar, año 1992 con el mismo pelazo y la cara roja.
Ramón Calderón defendió en 1993 la memoria de Paquirri en La Máquina de la Verdad - La noria - Telecinco.es
A partir de ahí el ascopena.
En un lado, Onieva en otros tiempos mano derecha de Lorenzo Sanz y un caradura de tomo y lomo, un subdirector de As haciendo el papel más indigno de la noche que era intentar lavar la cara de Calderón, y Pipi Estrada, de profesión gilipollas integral.
En el otro, un adormecido Abellán, un histérico de Interviú y un pausado y tranquilo subdirector de Marca.
Luego a pocos metros, como en un gallinero, aparecen una docena de personas sentadas en sillas como si fuera un jurado popular. Una parada de monstruos, empezando por Bibi Andersen, Kiko Matamoros el único que dijo algunas verdades que escuecen, permitiéndose el lujo como está el patio de arremeter contra el Dios Floren, y los demás, desconocidos, entre ellos dos socios compromisarios del Madrid que parecían salidos de un casting. Uno era candidato a presidente, tenía una pinta de homo antecessor que tiraba para atrás, no sabía hablar, era unicejo, gafas de pasta, unos pelanganos en la nariz con los que se podía rascar las pelotas, en fin un cuadro de hombre. No sé si es que esto es normal en la masa del socio madridista o es que el los invitó era más culé que Gamper.
No hubo, ni se dijo nada que no se supiera. Abellán, con el tema de las entradas gratuitas no se cubrió de gloria, ni fu ni fa, a mi me pareció un tema sospechoso, trapicheo, pero a fin de cuentas algo bastante nimio y trivial.
Por lo demás lo único salvable fue algunas intervenciones de Kiko Matamoros parando los pies a los homínidos socios del Madrid que tenía detrás, y poniendo al Floren a caldo, cosa que no hizo nadie más que él.