Una historia que me pasó cuando tenía 10-11 años: Yo no había ido a clase porque tenía unas cagaleras wannabe de aupa, del pistoletazo de aviso, a la salida, pasaban escasos segundos, y aún estando preparado y conociendo este aspecto me costaba llegar a tiempo a evacuar en el baño, así que en aras de ahorrar tiempo, decidí desnudarme por completo y quedarme tumbado en la cama viendo dibujitos animados. Que me entraban ganas de cagar, pues corriendo al baño a sentarme y listo.
Aunque la mañana empezó solo con cagaleras, se añadieron los vómitos a mi ritual de evacuación líquida y veloz.
Esta historia sería una historia de caca sin más, si no fuera por lo siguiente: Protagonistas: Yo con diarrea y mi hermano hallándose en el lugar equivocado en el momento equivocado. Escenario: Un salón estrecho y una disposición cutre de un cutre casa, apenas habían dos metros desde donde acababa el sofá cama a la puerta del baño, sin pasillo ni hostias.
Estaba viendo la tele cuando lo noté, en principio era solo mierda, salté de la cama y eché a correr hacia el baño, estaba a un metro del váter, pero no pude llegar, empezé a vomitar allí mismo, me curvé y parte del vómito si entró en el váter pero otra parte del mismo no lo hizo, a todo esto yo aún no había evacuado por la puerta de atrás, y pese a ser esto un tema casi olvidado, ya que lo desagradable de vomitar me acaparaba, la fuerza de realizar este acto me hizo evacuar sin casi darme cuenta.
Me encontraba vomitando medio en el suelo medio dentro del váter, echando mierda líquida en el suelo mientras berreaba en cada uno de mis vómitos, ese ruido que hacemos como si fuésemos a escupir las entrañas, y mi hermano se había despertado y tenía esa visión como la primera y única de la mañana, ni que decir el olor, era todo muy grotesco, encima yo me encontraba desnudo, todo este compendio fueron demasiado para su estomago, el cual cedió rapidamente haciéndolo vomitar, este hecho, curiosamente, me hizo gracia, ya pintaba yo maneras de forero.
Al terminar de echar todo lo que había en mi estómago en intestinos, empecé a reirme mientras contemplaba tan peculiar escena, había mierda y vómitos por el suelo, mi hermano aún vomitaba, era toda una película.
Yo no limpié nada por supuesto, para eso estaba mi madre, yo era la víctima allí.