El otro día tuve yo una discusión con una payasa que por sus cojones quería acaparar medio gimnasio. Tenía sus cosas esparcidas en la jaula de mamadas a mi vecino y la prensa. Hacía una serie, se cambiaba de puesto, descansaba sus cinco minutitos viendo el móvil, y de vuelta. Le pregunté si estaba usando la jaula de mamadas a mi vecino y me respondió que sí, a lo que le replico que cómo era eso, si estaba haciendo ejercicios en la prensa, si es que usa las dos máquinas a la vez, y que sí, claro que está en las dos máquinas. Le dije que una u otra, las dos no, y de muy mala gana recogió las cosas de la prensa y se quedó pajareando en las mamadas a mi vecino un buen rato, solo por putear.