Como dije, algo comentaría de mi paso por el trullo. Como tampoco es para tanto no voy a esperar a vacaciones...
En una ex empresa no llegó el concurso informático de actualizaciones y mierdas de todo tipo, desde cableado a switches, racks, servidores, cámaras, interfonos y todo lo que tuviera un enchufe en la puta cárcel. Y allí que nos metimos 6 meses.
Lo primero que impresiona de eso es LO ENORME que es el recinto. No se me olvidará en la vida la de kms que hacía uno al día sólo para ir a por material o cualquier cosa. Me dejé 8 o 9 kilos a base de paseos, subir escaleras, andar por tejados de medio metro de altura en haciendo mil mamadas a mis vecinos y convictos, etc. etc. etc. Todo esto, comiendo como una bestia, que a las 10,30 ya me estaba metiendo un bocata de una barra con fruta y yogur y al llegar a casa repetía plato. Brutal el trabajo físico.
Aquello es una ciudad en sí, con sus trabajos, sus talleres, sus ocupaciones y sus horarios marcados. También con sus módulos, dividos por "peligrosidad" y los femeninos también (2). Desde el 1 que era el de los yonkis locos y sidosos que no tenían nada que perder al 11 o 14, no recuerdo, de gente de guante blanco, que ahí los veías pasear por el patio con su polo Lacoste engominados. Aparte está el módulo de aislamiento, para los que se pasan de la raya.
Todos los módulos tienen ginlasio (donde voy a ver pollas) y el patio con sus canastas y porterías, así que aburrirse ahí se aburre el que quiere o que no tiene nada bueno en qué pensar. Fuera de los patios, campo de fútbol y piscina.
Por supuesto, hay de todo, etarras (separados), de europa del este con sus propios clanes, gitanos para aburrir, pocos negros y bastantes moros, eso sí, estos últimos, curiosamente, los más currantes.
Cada módulo tiene también su economato, a precios muy por debajo de mercado. Funciona con una tarjeta de recarga y creo que para ellos tiene un tope de 70€ a la semana, aunque los detalles no los recuerdo muy bien. Hits me correjirá. Así que nosotros aprovechábamos para comprar las bebidas y el tabaco a full. Lo más cantoso es que había bastantes funcionaios que hacían la compra semanal, bueno, más bien le daban la lista a un preso y este se lo traía directamente.
Que ese es otro tema, la panda de hijos de puta y vividores que son ese cuerpo de mierda llamado funcionarios de prisiones. Qué puto asco me dieron más de uno... Pero estos merecen post aparte.
Bueno, otro día seguimos hijos de puta.