El otro día leía con asombro esta noticia en un periódico. Para los que no sepan inglés (haber estudiado) comento un poco de qué va: en la villa olímpica se practica sexo a mansalva. Los atletas follando con las atletas, en comunión olímpica internacional. Imagináos el panorama: un montón de deportistas jóvenes, en perfecto estado de forma, en tensión física, con la testosterona provocada por el deporte haciendo estragos también en sus libidos, alojados todos juntos y revueltos en una villaolímpica donde sólo ellos pueden entrar a vivir. Una especie de Arcadia de cuerpos musculados y en forma.
Bien. A follar se ha dicho. ¿Con quién? Los hombres a por las guapas, a por las del voley playa o a por las del hockey hierba, a por las de culo prieto y cuerpos estilizados. ¿Y las mujeres? ¿A por los guapos? NO. ¿Con quién entonces? ¿No quieren las mujeres follar con los guapos? Sí, por qué no, también. Pero no son esos los objetivos de las mujeres de la Villa Olímpica.
The chaps who win gold medals - even those as geeky as Michael Phelps - are the principal objects of desire for many female athletes
Las mujeres quieren follar con LOS GANADORES DE MEDALLAS. No con los guapos. No. Si son las dos cosas, bien, miel sobre hojuelas. Pero si no... no pasa nada, mientras lleve colgado esto
La competeción ya se ha dado. Ya se ha conocido al ganador. Y se le identifica con medallas. Y esa competencia no ha sido entre los hombres y las mujeres. Ha sido entre los hombres. El ganador sale con una medalla de oro, y al llegar a la villa con ella colgada del cuello, las que están ahí mojan las bragas. Él puede mostrarse pasivo, le basta con sentarse e inmediatamente las mujeres lucharan entre sí por él, y él elige. Él ya ha luchado en otra cosa, con otros hombres, y ha ganado. Es el triunfador. El vencedor en su lucha entre hombres, el número uno, el macho alfa. ¿De qué? Da igual. Lo mismo da que sea de natación que de judo, de ciclismo que de ping pong, de taekwondo o de fútbol: él es el triunfador, el objeto del deseo, él se ha subido al pódium, a lo más alto. Las mujeres quieren follar con el tipo al que miran desde abajo. Por eso el éxito de los que se suben a un escenario o a una tarima, o a un pódium, o a la cúspide de la pirámide social. Ninguna quiere follar con el que tienen por debajo de él, salvo si su belleza física compensa la desigualdad.
Desengañáos. No es la ni la integridad ni la honestidad ni los buenos sentimientos ni la pureza de corazón lo que moja las bragas de la gran mayoría de las tías. No. El mayor mojabragas de las mujeres a lo largo del dilatado tiempo y del ancho mundo es otra cosa:
EL ÉXITO.
Un buen coche, dinero, un buen piso, la ropa de marca, medallas de oro, discos de platino, copas de Europa, presencia en medios de comunicación, tema de las conversaciones, una mujer bella a tu lado... todo ello no son más que lo que se desprende del mayor mojabragas de la historia, no son sino testigos y pruebas del éxito de uno. Si tienes todo esto, se presupone que lo tienes porque has tenido éxito, por tanto serás deseado. Si no tienes nada de eso, se presupondrá que no has tenido éxito, por tanto no serás deseado. Si queréis follar con muchas, demostradles que tenéis éxito, en vuestro trabajo, en vuestra carrera, en vuestra vida social, en lo que sea. En lo que sea. En qué sea es secundario. Lo primero es que se sea el número uno, y es más importante ser cabeza de ratón que cola de león, pero mucho más.
Dress for success, que se dice por ahí.