Me hace mucha ilusión que todavía haya gente que crea en la constitución Española (nótese la minúscula) y en las leyes que emanan de esta. Ojalá fuese así, pero
no.
Dos veranos hará que un amiguete, sabiendo como sabe que me gustan estos debates, le pidió a un tercero que me relatase su aventura de pareja: la mujer lo amenazaba cada vez que él quería ver a su hijo de seis años con matarlo a él con un cuchillo, y por si fuera poco con degollar a dicho hijo (que también era hijo de ella, claro está).
La primera vez que lo hizo y tras casi perder la cordura, fue a denunciar, pues encima se la había hecho por escrito a través de un mensaje de texto al móvil o algo así.
No sólo se le rieron en la puta cara, sino que tuvo que ponerse muy serio para que llegasen tan siquiera a tomarle declaración. Eso si, cuando dijo que él estaba denunciado por ella, por malos tratos, ya cesaron las risas y le hicieron un interrogatorio en toda regla de cómo, cuando y porqué, pero más que nada para saber si él había incumplido alguna orden de alejamiento o él la había amenazado a ella.
Que vivimos en un matriarcado castrador y vengativo, que no os enteráis. Vais a denunciar a esta por amenazas de muerte y todavía le preguntan a ella si os quiere denunciar por acoso o algo similar.
Meter un hombre a una mujer en la cárcel por amenazas a través de internet, anda ya, que os creéis todo lo que leéis. No me vengáis con historias coño, que vivo en la provincia con más denuncias por malos tratos del país y sé de que va el tema.
Lo que tiene es que dar gracias por que no se le hubiese ocurrido la brillante idea de poner otro tipo de denuncia, que entonces el tono del hilo sería muy distinto. Disfrutad que a esta no se le haya ocurrido más que denunciar por las fotos, que pase rápido el juicio y que se olvide de todos los que alguna vez trataron con ella.
Que se olvide para siempre, que se obsesione con el De La Sorna ese porque hoy la ha mirado de una forma extraña y eso será que la está maltratando, que así es como acabará todo si no la cagáis.