Britzingen
Muerto por dentro+
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Cáspita. No sabía que el negraco de Lupin salía en la tercera.
Jurassic World
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Gregory_Peck
Frikazo
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Basura sin sentido, un guión horroroso. Hecho sin ganas y con "lo hizo un mago" por todas partes. Ambas pelis.
Peeeeero sale Bryce Dallas Howard y eso me obliga a tener que tirar de faca en un descampado ante quién sea. @YoHiceARoqueIII le iba a lanzar un guante de cocina por la terraza, pero lo ha cogido un gitanillo y lo está usando de preservativo de varios usos.
Peeeeero sale Bryce Dallas Howard y eso me obliga a tener que tirar de faca en un descampado ante quién sea. @YoHiceARoqueIII le iba a lanzar un guante de cocina por la terraza, pero lo ha cogido un gitanillo y lo está usando de preservativo de varios usos.
Falcó
Clásico
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Y en la primera. Es el ayudante de Pratt adiestrando velociraptores.
De la segunda no me acuerdo de casi nada, así que no sabría asegurarte si también sale.
Última edición:
Britzingen
Muerto por dentro+
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Coño, es verdad. Y mira que he visto veces la primera y no había relacionado. Pero estaba mucho más canijo.
YoHiceARoqueIII
Frikazo
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BDH tiene tendencia a engordar, pero la lamía y comía entera untada de miel o de mierda de diplodocus, t-rex o del anormal de pratt...
Y me pediría otra ración tras coserme el culo.
Y me pediría otra ración tras coserme el culo.
Pionono
Frikazo
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Me uno al club, no se me había pasado por la cabeza reconocerlo en estas pelis.
semete
Freak total
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El otro día zapeando vemos que recién empieza Jurassic World en el jolibud y aunque es una película que nunca me apeteció ver al final terminamos viéndola entera. Mala como la carne de pescuezo, previsible como el final de Titanic, absurda como el manual de ligoteo de Ferris.
En algunos aspectos refrito de la primera pero a años luz de ésta, vamos, nada que ver. Paso a enumerar algunos puntos:
-Al igual que en la primera tenemos a niño repelente sabelotodo que se pierde junto con su hermano nuncafolleti en la bastedad del parque debido a un tan incomprensible como negligente diseño de los vehículos. Los jeeps han sido sustituidos por una especie de esferas de cristal futuristas cuyos ocupantes pueden manejar a su antojo. A ningún diseñador se le ocurrió la idea de que un cliente pudiera tomar los mandos y salirse del recorrido, el caso es que los zagales se salen de la ruta y se pierden en un territorio lleno de dinusarios, iniciando así el refrito de la trama infantil de la primera película, recorriendo los escenarios que en su día recorrieron el subnormal de Timmy y la linuxera de su hermana.
-El fulano de guardianes de la galaxia pidió la excedencia y emulando a su ídolo Cesar Millan ahora se dedica a domesticar velocirraptores en Costa Rica. Blue, levanta la pata, Delta, siéntate, etc. En ese momento uno de los encargados de alimentar a los raptores se cae de la pasarela suspendida que hay justo encima y que no pasaría ninguna auditoría de seguridad laboral, porque claro, no escatimamos en gastos pero para poner una barandilla más alta y para una línea de vida no daba el presupuesto. Nuestro héroe, tras salvar al infeliz, bromea diciendo 'ahora ya sabes por qué había una vacante'. Es decir que se muere el anterior currela devorado por los raptors y no solo no hacéis nada para que no vuelva a pasar, es que encima os permitís coñas. Si quieres el curro bien, y si no tengo otros veinte en la puerta esperando ser devorados.
-Tienes al dinosaurio más malo, más listo, más mortal, más gico e mellor jugadog en un recinto vallado de hiperseguridad con muros de hormigón armado y toda la pesca. En un momento dado no lo ven entre la maleza y por alguna razón consideran que se ha escapado. No piden su localización gracias al chip gps que lleva implantado, para qué, nuestro protagonista lo que hace es entrar a buscarlo en persona con Onofre el de museo coconut para una vez dentro darse cuenta, gracias al ya mencionado chip gps que el bicho no había escapado y estaba aún dentro. Ah, que astuta criatura. El guarda de seguridad muere, claro, solo había que verle la pinta estereotipada de patán, barrigudo y comiéndose un emparedado. Según salió en pantalla dije 'a este se lo comen', y efectivamente. Es que van provocando.
-el bicho escapa porque Onofre, en un intento desesperado por acabarse su emparedado abre la compuerta, pero acaba engullido cual risketo, y nuestro torbesaurio se va a la jaula de los pterodáctilos, no sin antes hacer tremenda trastada a todo aquello que se encuentra. A destacar la valiente y férrea defensa del anquilosaurio y su cola de maza que bien podía haber mandado a la puta al saurio fugitivo y haber acabado la película de golpe, pero no pudo ser. Los pterodáctilos escapan a cienes y sobreexcitados empiezan a atacar a todo, en vez de limitarse a volar. Bueno, puede ser, tendrán hambre.
-Por muy malo que sea el torbesaurio necesitamos a un némesis humano y ese es un general del ejercito de los EEUU que estuvo colmando de fondos al parque con el fin de crear el dinosaurio definitivo, que no es otro que la criatura antes citada. Al percatarse de que Chris Pratt puede domesticar velocirraptores se le enciende la bombilla y se le ocurre que la nueva superarma definitiva del arsenal usano va a ser lanzar contra el enemigo a velocirraptores amaestrados. Ojalá los hubieramos tenido en Afganistan, se lamenta en un punto de la historia. Contra una leva de campesinos del siglo XIV tal vez tuvieran algo que hacer, pero permitidme dudar de la efectividad de usarlos contra unos barbudos armados con misiles stinger y kalasnikovs, o contra cualquier ejercito que haga uso de armas de fuego. A ese se lo come un velocirraptor, añadí según se puso a divagar sobre los raptores. Otro que va provocando.
-Con los pterodáctilos atacando a diestro y siniestro la marabunta visitante empieza a correr buscando refugio. Pueden pasar tranquilamente dos o tres minutos y sigue habiendo gente dando vueltas. Yo creo que para entonces ya les habría dado tiempo a resguardarse en uno de los muchos locales que hay a ambos lados de la calle, pero qué sabré yo. En mitad del caos, a nuestro protagonista y a la ejecutiva pelirroja tetuda con la que mantiene un romance mal resuelto, la que es capaz de atravesar una salva a la carrera sin que se le rompan los tacones de aguja, les da tiempo a darse un apasionado beso en mitad de la calle con toda la fauna volando y atacando a todo y a todos (helicópteros incluidos). Lo primero es lo primero. La polla manda.
-Si la chavala de la primera te juankeaba ordenadores unix, estos te arreglan un coche en mitad de la selva. Lo justifican con un Es como cuando arreglábamos el coche del abuelo.
-No podía ser de otra manera el duelo final entre bestias jurásicas, y es que el indominux rex arrincona a nuestros cuatro protagonistas, los chavales y la pareja (otro refrito de la primera) y aparecen al rescate los raptores (final debidamente predicho por servidor prácticamente al inicio de la película). Mientras los bichos se dan golpiza la tetuda corre a liberar al rex para, en el tiempo de descuento y entre todos, terminar de una vez por todas con el indominux. Tras la refriega el t-rex y los raptores se saludan, se desean una prospera y larga vida, y se va cada uno por su lado. No lo dicen porque no hablan, pero seguro que lo piensan, pues se palpa la camaradería típica del mesozoico.
Una concatenación tras otra de despropósitos, tonterías y desenlaces previsibles. Un quiero y no puedo de lo que fue la primera, es comparar a Dios con un gitano nauseabundo, valga la redundancia.
Al final y para salvar un poco la noche tuve que hacerle a mi conforera el graznido del velocirraptor a modo de cortejo y meterle más rabo que cuello tiene un diplodocus.
-El fulano de guardianes de la galaxia pidió la excedencia y emulando a su ídolo Cesar Millan ahora se dedica a domesticar velocirraptores en Costa Rica. Blue, levanta la pata, Delta, siéntate, etc. En ese momento uno de los encargados de alimentar a los raptores se cae de la pasarela suspendida que hay justo encima y que no pasaría ninguna auditoría de seguridad laboral, porque claro, no escatimamos en gastos pero para poner una barandilla más alta y para una línea de vida no daba el presupuesto. Nuestro héroe, tras salvar al infeliz, bromea diciendo 'ahora ya sabes por qué había una vacante'. Es decir que se muere el anterior currela devorado por los raptors y no solo no hacéis nada para que no vuelva a pasar, es que encima os permitís coñas. Si quieres el curro bien, y si no tengo otros veinte en la puerta esperando ser devorados.
-Tienes al dinosaurio más malo, más listo, más mortal, más gico e mellor jugadog en un recinto vallado de hiperseguridad con muros de hormigón armado y toda la pesca. En un momento dado no lo ven entre la maleza y por alguna razón consideran que se ha escapado. No piden su localización gracias al chip gps que lleva implantado, para qué, nuestro protagonista lo que hace es entrar a buscarlo en persona con Onofre el de museo coconut para una vez dentro darse cuenta, gracias al ya mencionado chip gps que el bicho no había escapado y estaba aún dentro. Ah, que astuta criatura. El guarda de seguridad muere, claro, solo había que verle la pinta estereotipada de patán, barrigudo y comiéndose un emparedado. Según salió en pantalla dije 'a este se lo comen', y efectivamente. Es que van provocando.
-el bicho escapa porque Onofre, en un intento desesperado por acabarse su emparedado abre la compuerta, pero acaba engullido cual risketo, y nuestro torbesaurio se va a la jaula de los pterodáctilos, no sin antes hacer tremenda trastada a todo aquello que se encuentra. A destacar la valiente y férrea defensa del anquilosaurio y su cola de maza que bien podía haber mandado a la puta al saurio fugitivo y haber acabado la película de golpe, pero no pudo ser. Los pterodáctilos escapan a cienes y sobreexcitados empiezan a atacar a todo, en vez de limitarse a volar. Bueno, puede ser, tendrán hambre.
-Por muy malo que sea el torbesaurio necesitamos a un némesis humano y ese es un general del ejercito de los EEUU que estuvo colmando de fondos al parque con el fin de crear el dinosaurio definitivo, que no es otro que la criatura antes citada. Al percatarse de que Chris Pratt puede domesticar velocirraptores se le enciende la bombilla y se le ocurre que la nueva superarma definitiva del arsenal usano va a ser lanzar contra el enemigo a velocirraptores amaestrados. Ojalá los hubieramos tenido en Afganistan, se lamenta en un punto de la historia. Contra una leva de campesinos del siglo XIV tal vez tuvieran algo que hacer, pero permitidme dudar de la efectividad de usarlos contra unos barbudos armados con misiles stinger y kalasnikovs, o contra cualquier ejercito que haga uso de armas de fuego. A ese se lo come un velocirraptor, añadí según se puso a divagar sobre los raptores. Otro que va provocando.
-Con los pterodáctilos atacando a diestro y siniestro la marabunta visitante empieza a correr buscando refugio. Pueden pasar tranquilamente dos o tres minutos y sigue habiendo gente dando vueltas. Yo creo que para entonces ya les habría dado tiempo a resguardarse en uno de los muchos locales que hay a ambos lados de la calle, pero qué sabré yo. En mitad del caos, a nuestro protagonista y a la ejecutiva pelirroja tetuda con la que mantiene un romance mal resuelto, la que es capaz de atravesar una salva a la carrera sin que se le rompan los tacones de aguja, les da tiempo a darse un apasionado beso en mitad de la calle con toda la fauna volando y atacando a todo y a todos (helicópteros incluidos). Lo primero es lo primero. La polla manda.
-Si la chavala de la primera te juankeaba ordenadores unix, estos te arreglan un coche en mitad de la selva. Lo justifican con un Es como cuando arreglábamos el coche del abuelo.
-No podía ser de otra manera el duelo final entre bestias jurásicas, y es que el indominux rex arrincona a nuestros cuatro protagonistas, los chavales y la pareja (otro refrito de la primera) y aparecen al rescate los raptores (final debidamente predicho por servidor prácticamente al inicio de la película). Mientras los bichos se dan golpiza la tetuda corre a liberar al rex para, en el tiempo de descuento y entre todos, terminar de una vez por todas con el indominux. Tras la refriega el t-rex y los raptores se saludan, se desean una prospera y larga vida, y se va cada uno por su lado. No lo dicen porque no hablan, pero seguro que lo piensan, pues se palpa la camaradería típica del mesozoico.
Una concatenación tras otra de despropósitos, tonterías y desenlaces previsibles. Un quiero y no puedo de lo que fue la primera, es comparar a Dios con un gitano nauseabundo, valga la redundancia.
Al final y para salvar un poco la noche tuve que hacerle a mi conforera el graznido del velocirraptor a modo de cortejo y meterle más rabo que cuello tiene un diplodocus.