Esto es cierto, pero el pensamiento vehiculado puede ser mentira, por muy bien vehiculado que esté. Y digo PUEDE, para que no haya dudas. Pero Pontecorvo parece asumir (o yo capto esa intención) que todo pensamiento hermosamente vehiculado será verdad, y naturalmente esto no será siempre así. Mucho menos con el ejemplo que ha puesto de un oligarca tardofranquista, que como todo re-escritor de la historia a su conveniencia, es experto en el eufemismo y en la deformación de la verdad. Así que de entrada, mal ejemplo.
También de acuerdo. Pero la retórica, es decir, el adorno y el requiebro del lenguaje, son el vestido perfecto para ocultar dicha deformación de la lógica. Por eso cabe desconfiar de todo discurso demasiado hermoso.