Graciasporvenir rebuznó:
Te repito, y responde: ¿Aceptarias de buen grado tu exclusión, marginación e incluso eliminación, por parte de un conjunto genético y cultural superior?
BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
Yo sí. Bueno, depende, si se hace de manera honesta y digna, como se hizo en Alemania en los años 30, sí.
¿Quieres que te explique las diferencias?
Graciasporvenir rebuznó:
Ni yo. Pero si te das cuenta... BSTT habla de honestidad y la disnidad empleada en la Alemania de los años 30.
Es decir, ninguno de los dos contesta realemente... BSTT introduce una cortina de humo (la honestidad y dignidad) para no contestar, dar rodeos, y desviar el asunto.
En realidad ninguno de los dos contesta a la pregunta directamente. Simplemente dan largas al asunto.
¿Pongo el condicionante de que se haga al modo alemán y tu pretendes interpretarlo como una cortina de humo? ¿aun no te has enterado de qué doctrina soy partidario?
Graciasporvenir rebuznó:
Sí, exactamente igual.
Si me ofrezco a explicarte las diferencias, es, precisamente, porque para nada son cosas similares. Ahora, por pelmazo, me vas a oir.
La alemania NS trató de desembarazarse de los judíos de diferentes maneras, ofreció públicamente en organismos multilaterales pagar para que se fueran, propuso crearles un estado, colaboró con los sionistas etc. los Judíos, por contra, se dedicaron a torturar, destripar, violar, mutilar etc a poblaciones enteras de palestinos para crear terror y echarlos, evidentemente lo consiguieron, aproximadamente el 79% de ellos murieron o huyeron, sus casas y hasta sus cementerios fueron destruídos.
Las leyes de Nuremberg prohibían la mezcla entre judíos y alemanes y les quitaba a los judíos la ciudadanía alemana.
Leyes de Núremberg - Wikipedia, la enciclopedia libre
Israel: un Estado racista
el encabezado de este post es el mismo que el del
editorial del 20 de julio de Ha’aretz, uno de los periódicos más importantes de Israel: “Diariamente el Knesset (parlamento) tiene la alternativa de aprobar leyes que impulsen a Israel como un Estado democrático o que lo conviertan en un Estado judío racista. La línea entre ambos es muy delgada. Esta semana se traspasó esa frontera. Si la asesora legal del Knesset no consideró que la propuesta titulada Ley del Fondo Nacional Judío era suficientemente racista para dejarla fuera de la agenda, es difícil imaginar qué legislación podría considerar racista.” Se refiere a la reciente aprobación de una ley que ratifica la exclusión de los no judíos (palestinos y drusos, principalmente) de los beneficios de ese organismo.
Los palestinos que abandonaron sus hogares en la Nakba (1948) pero se quedaron a vivir dentro de Israel, se les impidió en su mayor parte el regresar a sus casas y vieron aplicadas sobre sus tierras la Ley de los Presentes - Ausentes, de 1950, que pasaba la propiedad de éstas, en su mayor parte al estado, y de éste a los judíos. Desde 1976 se conmemora el 30 de Marzo, el día de la Tierra, en recuerdo a seis manifestantes palestinos que fueron asesinados por Israel, cuando denunciaban la expropiación de estas tierras y demolición de las casas.
Israel tiene 30 leyes de confiscación de casas y los motivos son totalmente aleatorios: haber construido sin el permiso requerido (permiso que jamás llega si lo solicitan), haber hecho obras , haber cambiado la fisonomía de la casa... Esto hace que estos ciudadanos sean los más afectados por la demolición de casas, incluso más que los palestinos de los TTOO.
Otro tipo de discriminación es la discriminación institucional que se contempla entre otras en la no llamada a realizar el servicio militar a estos ciudadanos. Muchos beneficios gubernamentales en Israel se encuentran supeditados al cumplimiento del servicio militar, ya que ésta es una sociedad totalmente militarizada que requiere el tener hecho el servicio militar para conceder beneficios como hipotecas ventajosas, exenciones fiscales y trato de favor para conseguir empleo o vivienda, al igual que se promocionan los mejores puestos dentro de una empresa a los que tengan una más alta graduación militar.
La discriminación en el trabajo afecta a las grandes empresas, ya sean estatales o no. En Septiembre 2005 hubo una interpelación parlamentaria en nuestras Cortes, por el grupo de GIV-IU-ICV, por la discriminación que sufren los árabes israelíes para trabajar en la compañía aérea EL AL, con la que la compañía española Iberia tiene un acuerdo para realizar el servicio de viajes Israel - España.
La "Ley sobre ciudadanía y entrada en Israel" prohíbe la reunificación familiar para las personas israelíes casadas con personas palestinas de los Territorios Ocupados. Se dirige especialmente contra los árabes israelíes (ciudadanos palestinos de Israel), que componen una quinta parte de la población de Israel, y contra los jerosolimitanos palestinos,(1) ya que son estos grupos los que contraen matrimonio con personas palestinas de Cisjordania y la Franja de Gaza.
El Fondo Nacional Judío (JNF, por sus siglas en inglés) creado en 1901 por la Organización Sionista Mundial para adquirir tierras en Palestina. En 1960 la Autoridad de Tierras de Israel se hizo cargo de los predios propiedad del Estado y de aquellos que pertenecían a la JNF y que, en conjunto, representaban el 90 por ciento de los terrenos del país, con el compromiso de permitir su colonización únicamente por judíos. Continúa el editorial: “Aunque el JNF compró tierras para los judíos de la diáspora, el Estado de Israel ha sido establecido y esas tierras deben ser ahora para todos sus ciudadanos. Para aquellos que miran al mañana y no al pasado, el objetivo es crear en Israel un Estado saludable y progresista en el que las necesidades de los dos pueblos preocupen a los líderes y legisladores. La política del JNF se contrapone a los intereses del Estado y no puede discriminar por medio de la ley a la minoría que vive en el país”.
En el foro de discusión del texto, Yaakov Sulllivan pone el dedo en la llaga: “Israel se define a sí mismo como un Estado judío para el pueblo judío. Los no judíos no salen en la foto, y la mayoría del electorado israelí no quiere que eso cambie. [Los árabe-israelíes] tienen el voto; dejémosles que se contenten con eso o que se muden a sus “propios” países...
En 1975 la Asamblea General de la ONU aprobó, por amplia mayoría, una resolución en la que se establecía que el sionismo era una forma de racismo. En 1991, la gran mayoría de ese mismo foro anuló la resolución anterior. Pero en marzo pasado, el sudafricano John Dugard, relator especial del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, comparó la situación de los habitantes legítimos de Gaza, Cisjordania y la Jerusalén oriental con la que padecieron los negros de Sudáfrica durante el apartheid. Resumió el editorial de La Jornada: “separación obligatoria de familias, severas dificultades para desplazarse entre distintos puntos y un sistema de caminos exclusivo para los israelíes implantados en tierras palestinas, ‘algo que no fue contemplado ni siquiera en el apartheid sudafricano’, a decir del funcionario.
Jimmy Carter publicó un libro titulado Palestine: Peace, Not Apartheid (“Palestina: paz, no apartheid”) en el que señaló que la política israelí en los territorios ocupados es “un sistema de apartheid, con dos pueblos que ocupan la misma tierra pero completamente separados uno de otro, con los israelíes que dominan y suprimen la violencia privando a los palestinos de sus derechos humanos básicos”.