La España kinki, droja hasta en el cola caos

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FUMANCHU

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21 May 2009
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Buenas hijos de Eskorbuto.

Hablemos de esa España de los 80-90 a tope de heroina.

En mi caso crecí en Bilbao, lugar donde se rodó El Pico y el ambiente era tan gris como en la película. La ETA, la crisis de la industria y la droga hicieron que ser un chavalillo fuese duro en muchos aspectos aunque también hubo momentos de lol siendo más mayor y viendo a los despojos humanos en su declive.

Contad cómo fue vuestra vida, iré poniendo anécdotas según vaya recordando.
 
Buenas hijos de Eskorbuto.

Hablemos de esa España de los 80-90 a tope de heroina.

En mi caso crecí en Bilbao, lugar donde se rodó El Pico y el ambiente era tan gris como en la película. La ETA, la crisis de la industria y la droga hicieron que ser un chavalillo fuese duro en muchos aspectos aunque también hubo momentos de lol siendo más mayor y viendo a los despojos humanos en su declive.

Contad cómo fue vuestra vida, iré poniendo anécdotas según vaya recordando.
De pequeño vivía en Lutxana, imaginate, recuerdo ver yonkos tiraos y jeringas frecuentemente por las vías del tren que cruzaba para volver del colegio. Un chaval de mi colegio se clavó una chuta en la mano al ir a recoger un balón en unos arbustos, la leyenda decía que pilló AIDS 😅 Un primo mío que hace como 10 años que no veo se metió pronto en la droga, las detenciones, pequeños robos etc no tardaron en llegar, la última vez que lo vi llevaba una cabina de teléfono de esas de telefónica al hombro que habían arrancado él y otro con el que iba, me dijo que iba a casa a intentar abrirla con un soplete para sacar las monedas. Otra vez teniendo yo 15 años me lo encontré, se acercó a saludarme y de paso le dió el palo a mis amigos 🤦 a mí sólo me quitó 10€ (tendría 15€ o así)
 
Donde yo vivía había un kinki de cuidado, conocido por todos, se metía de todo. Debería tener yo 14 años o 15 y durante las fiestas del pueblo en una parada de feria de balines me tocó una botella de tinto. Estaba yo con un amigo esperando a mi padre que nos viniera a buscar y apareció el sujeto, me puso una navaja en el cuello y me birló el vino y quinientas pesetas. Mi amigo, blanco, no hizo nada, como yo. No contamos nada en casa.
 
El vecindario.

Mi barrio era un barrio working class pero sin llegar a ser una mierda tipo San Francisco; esto no quiere decir que no hubiese droga en los barrios bien del centro de Bilbao o en Getxo, los pijos también le daban a la chuta bien.

Encontrarse jeringas era algo habitual y había que tener mucho cuidado cuando jugabas al fútbol o similar porque los patios de colegio, frontones o campos de futbito eran buenos lugares para picarse ya que no solía haber tránsito de gente, curiosamente nadie fumaba porros tan tranquilo por la calle como se hace hoy en día. La primera promoción yonkil había empezado a caer en combate (gente nacida en los 60) y una cosa que no se comenta mucho, había numerosos suicidios de gente que se había desenganchado pero quedado mal de cabeza; recuerdo ver la cuerda cortada de un tío que se colgó en los columpios de los niños.

Los trapicheros eran en buena medida gitanos y se montaros varias manifestaciones que como no, acababan con intento de corte de la autopista y palos con la policía.

Fueron muchos los hermanos mayores de gente que iba a los últimos cursos en mi escuela que murieron, hijos de gente trabajadora a los que les pillo la novedad y no pudieron salir o lo hicieron quedando su salud comprometida. Una señora que regentaba un bar contaba en una entrevista a publicación local que de los 50 años de trabajo los peores eran las mañanas de los 80 cuando llegaban los yonkis de empalmada; echaban toda la lejía que podían para que el olor fuese fuerte y no entrasen pero resultaba imposible, era habitual ir al colegio y ver en los bares a los currelas tomarse el desayuno y a estos un copazo de lo que fuese ( muchos se hacen alcoholicos a la vez que drogadictos).
 
Última edición:
Aún recuerdo en la estación de atxuri ver al otro lado de la ría a los Yonkis chutandose por vena. Jeringuillas en parques en mitad del pueblo, Yonkis con litronas robandonos el balón y sidosos deambulando por la calle con una lata de kas... Así fueron los finales de los 80, principios de los 90. Joder, si estabas jugando en unos columpios y a 30 m tenías a uno fumando jaco, y no eran barrios de kinkis precisamente dónde yo me crié 😁😁. Ahora los niños juegan en parques acolchados
 
De pequeño vivía en Lutxana, imaginate, recuerdo ver yonkos tiraos y jeringas frecuentemente por las vías del tren que cruzaba para volver del colegio. Un chaval de mi colegio se clavó una chuta en la mano al ir a recoger un balón en unos arbustos, la leyenda decía que pilló AIDS 😅 Un primo mío que hace como 10 años que no veo se metió pronto en la droga, las detenciones, pequeños robos etc no tardaron en llegar, la última vez que lo vi llevaba una cabina de teléfono de esas de telefónica al hombro que habían arrancado él y otro con el que iba, me dijo que iba a casa a intentar abrirla con un soplete para sacar las monedas. Otra vez teniendo yo 15 años me lo encontré, se acercó a saludarme y de paso le dió el palo a mis amigos 🤦 a mí sólo me quitó 10€ (tendría 15€ o así)
Lutxana Erandio o Barakaldo.

Anda que no he jugado yo partidos en Serralta mientras tragaba mierda que escupía por sus chimeneas la Sefanitro.
 
Buenas hijos de Eskorbuto.

Hablemos de esa España de los 80-90 a tope de heroina.

En mi caso crecí en Bilbao, lugar donde se rodó El Pico y el ambiente era tan gris como en la película. La ETA, la crisis de la industria y la droga hicieron que ser un chavalillo fuese duro en muchos aspectos aunque también hubo momentos de lol siendo más mayor y viendo a los despojos humanos en su declive.

Contad cómo fue vuestra vida, iré poniendo anécdotas según vaya recordando.

Yo soy nacido en Madrit pero criado en una ciudad de rancio abolengo cerquita de Guadalajara. Aquí cualquier barrio de currantes no estaba exento de su fauna yonkard y menesterosa ,raro era el día que no te encontrabas una jeringa por la calle y gente chunga. Todo era feo, gris y decadente.

En el Madrid de los 80 lugares como entrevías, el pozo ,Santa Eugenia o un poco más al sur, San Cristóbal de los Ángeles, o el "cañoroto" por la zona del Calderón eran lugares peligrosos, por el norte de Madrid la zona de pitis tenia sus buenos asentamientos de dronja y gitanos.

Hasta bien entrados los 2000 todavía te encontrabas con yonkis fumándose la papelina en el tren de cercanías y espíritus esqueléticos pidiendo para comer.
 
La Sevilla ochentera tuvo un rollo con la heroína bestial. Ibas por la calle San Luis y te veías a los yonkarras por la calle con unas pintas de walking dead impresionante. La muralla de la Macarena llena de jeringuillas y en definitiva un rollo que con la Expo del 92 quitaron casi de un plumazo.

Un primo de mi padre anclado en los 60 tuvo una fuerte relación con la heroína y me acuerdo de ir a verle al mercado que se ponía en la Plaza del Duque ( los jipis) y era un espectáculo verle deteriorarse a pasos tan agigantados. Eso si el cabron pintaba de Puta madre.
 
Buenas hijos de Eskorbuto.

Hablemos de esa España de los 80-90 a tope de heroina.

En mi caso crecí en Bilbao, lugar donde se rodó El Pico y el ambiente era tan gris como en la película. La ETA, la crisis de la industria y la droga hicieron que ser un chavalillo fuese duro en muchos aspectos aunque también hubo momentos de lol siendo más mayor y viendo a los despojos humanos en su declive.

Contad cómo fue vuestra vida, iré poniendo anécdotas según vaya recordando.
Grandísimo el cine de aquella época; El Pico I y II me encantó. Yo lo que recuerdo de mis años mozos, mientras jugaba con mis vecinos en un parque que había justo al lado de los pisos donde vivía; era ver de vez en cuando muchas cucharas tiradas. Jeringas vi alguna que otra, pero muy pocas, casi siempre eran cucharas.
Recuerdo como mis padres y los demás padres del bloque de pisos nos decían a los niños que, bajo ningún concepto, tocásemos ninguna cuchara o jeringa del suelo y que, si veíamos a algún hombre pinchándose en alguna esquina, ni nos acercásemos a ellos.

Unos años después, cuando ya nos mudamos de casa, mi padre me contó que un día salió a la parte trasera del piso, donde los vecinos aparcaban sus coches y , justo al lado del coche que teníamos entonces ( un Renault 12 azul) había agazapado y apoyado contra el muro un yonki pinchándose con la goma liada en el brazo. Mi padre en ese momento había salido de un cuartillo que teníamos en los sotanos del piso y llevaba en la mano una piqueta, porque andaba haciendo chapuzas de albañilería en casa. A continuación, se dirigió adonde estaba apoyado el yonki y la conversación que entablaron fue algo así:

-Mi padre: ¡Eh, tú! ¿Tú que estás haciendo ahí agachado?

-
Yonki: ¿Pues no lo ves, cojoneh? Me estoy pinchando,¿ que pasa contigo?

-
Mi padre: ¿Te estás pinchando aquí donde juegan mis hijos y los demás niños? Vete de aquí ahora mismo.

-Yonki: No me da la gana de irme, cojoneh. Hago lo que me sale de los huevoh.

-
Mi padre: ¿Que no te vas a ir? me voy a cagar en todos tus muertos. (acto seguido se fue para él y le tiró la piqueta; impactando esta en el muro a escasos centímetros de donde estaba apoyado el yonki)

-Yonki: (Se levanta y echa a correr, con la goma y la jeringa colgando del brazo) ¡Socorro que me mataaaa! ¡Este tío está loco! ¡Socorrooo, ayuda!

El yonki en cuestión no volvió a aparecer más por lo visto.
 
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El vecino yonki.

Como he contado alguna vez el vecino de abajo era yonki. La madre se murió y en esa casa pasó a vivir su abuela a la que hacía la vida imposible. Esta no le debía de dar las llaves de casa por razones obvias y cuando no le abrían la puerta se liaba a patadas haciendo más ruido que Manolo con su bombo; era habitual encontrártelo sentado en las escaleras esperando por horas cosa que a un crio y no tan crío le acojonaba como es obvio.

Durante unos días un vecino hizo obra en casa y estaba toda la escalera y el portal con una polvareda en suspensión bastante importante; en una de estas llegan los bomberos a toda ostia ante el asombro de todos los vecinos. Bajamos varios y allí nadie les había llamado hasta que sale el yonki ( vivía en el primero) al balcón gritando “He sido yo! Creía que a algunos viejos se les estaba quemando la casa mientras dormían y he llamado a los bomberos”. La broma le salió 30.000 pesetas a la comunidad.

Recuerdo un domingo a la mañana estar asomado al balcón y ver cómo los cristales de su casa se partían en pedazos por lo que me metí para dentro. Al de pocos minutos escucho gritar y veo a gente corriendo por la calle, no le di importancia porque ese barrio era un lol donde había hasta toros que se habían escapado del matadero sueltos por la calle. Poco después supe que esas corridas eran para huir de mi vecino que había bajado a la calle con una carabina y se había puesto a disparar a lo matanza de Columbine; menos mal que en nuestro país el acceso a las armas es aún limitado.

Un buen día apareció una esquela con su nombre en el portal y todo respíramos aliviados, treinta y algo años tenia.
 
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El vecino yonki.
Yo también tenía una vecina yonki. En mi barrio no se veía nada de lo que habéis descrito, era un barrio normal, tranquilo, pero siempre hay en todos los sitios un garbanzo negro. En este caso, la hija de los del 3º C. No me acuerdo cómo se llamaba, pero iba siempre vestida con una chupa de cuero llena de mierda, mallas, cadenas y con el pelo cortado a hachazos. La punki, la llamaban mis padres, en vez de la yonki. Era las dos cosas, me temo.

Me hizo mucha gracia el día que mi abuela se quedó mirando a la punki/yonki y a su novio yonki/punki sentados en un banco de la calle y dijo "Mira esos muchachos, liándose sus cigarrillos como antiguamente" :lol:

Al final la punki/yonki-yonki/punki cogió un sidazo y a tomar por culo la bicicleta.
 
A raíz de este hilo me he puesto a pensar en mi primo y en los loles/miedo que nos daba a partes iguales a mí y a un tercer primo que tiene mi edad, siendo él 4 o 5 años mayor. Era normal que cuando había alguna celebración familiar, navidad etc nos fueramos los niños a una habitación a jugar, para no tocar los cojones a los adultos básicamente, era otra época donde los chavales no estaban tan controlados ni tratados como niños de cristal, el caso es que los juegos eran dirigidos por ese psicópata que ya con 12-13 años se metía "velocidad" por las fosas nasales, juegos del tipo "pegaos y al que pierda como piense que ha peleado mal le pego yo" lo bueno, que mi otro primo era el típico niño gordito de gafas, me daba pena pero no dudaba en meterle dos hostias bien dadas para librarme de la furia del otro pirao, el cual sin miramientos juzgaba y condenaba "peleas como un maricón, toma para que aprendas! y le soltaba un hostión al otro pobre que ya estaba llorando por mis golpes, una vez le rompió un jarrón en la cabeza y tuvieron que llevarle al hospital 😬

Una vez sus padres le dieron creo que 10 mil pesetas para invitarnos a los primos y a unos amigos a una pizzería y al cine, a lo que en cuanto salimos de casa nos dijo que evidentemente no iba a invitarnos a nada, se compró con ese dinero una pistola de esas de bolas pero que usaba gas y bolitas metálicas, más tarde ese mismo día le pegó un tiro a mi otro primo (al pobre lo tenía martirizado, a mi me daba muy de vez en cuando una hostia pero en la medida de lo posible se las devolvía así que era su primo favorito y no me maltrataba mucho) el caso es que le hizo sangrar de la pierna y se puso a llorar, mi abuelo vino a ver qué pasaba y le disparó :pesho: aunque no le dio, por ahí apareció su padre o el mío no me acuerdo, el caso es que quien fuera le soltó un sartenazo en la cabeza y cayó desmayado :omg:

También recuerdo que para intimidarnos y no osáramos discutir su liderazgo no tenía inconveniente en mear en un vaso, beberse su propia meada para demostrar su desequilibrio mental o saltar la verja que daba al patio de unos vecinos sin siquiera saber si estaban en casa o no para colarse en su casa y salir con cualquier mierda que encontrase, una vez les robó el gato y lo tuvo en casa unas horas hasta que lo pasó otra vez por encima del muro :137:en otra ocasión apareció borracho o drogado (supongo que a mi edad no era capaz de diferenciarlo) el caso es que sacó unos petardos gordos como una botella de vino y lo encendió mientras decidía a quién nos lo iba a tirar, estando como de costumbre en esa habitación, casualmente algún padre abrió la puerta y para ocultar el petardo lo tiro al altillo de un mueble, pasó a la parte trasera entre el mueble y la pared, quedándose en algún anclaje trasero del mueble y explotó haciendo mierda el mueble, la pared y destrozando un ordenador que había, de esos viejos de pantalla de cubo, sería sobre el año 2000 o 1999

Claro que no todo eran "chiquilladas" también era frecuente saber que estaba ingresado por alguna pelea con otros tóxicos en la que le habían apalizado y un par de veces resultó apuñalado :2:
 
La Sevilla ochentera tuvo un rollo con la heroína bestial. Ibas por la calle San Luis y te veías a los yonkarras por la calle con unas pintas de walking dead impresionante. La muralla de la Macarena llena de jeringuillas y en definitiva un rollo que con la Expo del 92 quitaron casi de un plumazo.

Un primo de mi padre anclado en los 60 tuvo una fuerte relación con la heroína y me acuerdo de ir a verle al mercado que se ponía en la Plaza del Duque ( los jipis) y era un espectáculo verle deteriorarse a pasos tan agigantados. Eso si el cabron pintaba de Puta madre.

La Sevilla de los 90 era gorrillaland. Lo primero que encontraba el que venia de fuera era yonkos, pero es que además el yonko sevillano es especialmente pesado.

En cualquier sitio que aparcases te salía un gorrilla de cualquier esquina, y la estación del Prado, cada vez que llegaba con mi padre intentaban cominicarse con nosotros con las 3 palabras de mierda que se supieran en inglés, no eran pesaos su puta madre.

Yo viví el yonkileo Gaditano - isleño (la cuna del camarón) era normal verse un yonki cantando rosa mariaaa rosaaaa mariaaa. Los 80 eran escombros y jeringas, el negocio de aquellos tiempos era la sustitución de lunas de coche. No te podías dejar absolutamente nada a la vista y te recomendaban no llevar peso en el maletero porque se fijaban en la suspensión trasera.
El deporte infantil debido a la cantidad de pedralla en descampados eran las guerras de piedras, pero había que tener cuidado no fuera que te pincharas con una jeringa al coger una piedra.

Pero lo mejor de todo era el autobús cadiz-san fernando en los 90 y los programas de metadona. Me encantaba ese autobus, nunca sabías lo que podía pasar, menudos personajes iban, lo mismo se juntaban allí 10 yonkis y se iniciaban discursiones por cualquier historia, desde el yonki discreto que iba de forero fino del general y quería ir al programa en plan discreto y venía otro a decirle que le conocía y el otro que le decía que no, y empezaban a pelearse, a yonkis parando el autobus en mitad de la carretera, peleas con el chofer, peleas porque alguien le había tocado para pasar, gente pasando el mono con sudores fríos y cara de muerto.

Y los campamentos de yonkos, de eso tengo una anecdota, que me metí en uno sin querer.
 
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Que mala suerte que no fué suficiente dosis.

Llevo 40 minutos dándole vueltas a esto, y no lo pillo, no fue suficiente dosis de campamento?
No me llegue a meter del todo, pero estaba a unos metros de la primera tienda, y un yonki me hacía gestos con la mano diciendo aquiiiii aquiiiiii, mientras iban pasando walking dead de ida y vuelta mirandome, como diciendo, este no es de la manada, cogí la bici la puse mirando al lado contrario y me fui, mientras el yonki me decía dile a tu primo que se pase mas tarde!!

Viendo la anécdota de @Der Führer Face Me viene a la mente que la percepción que teníamos de los yonkos no tiene nada que ver con la que se tuvo años después ni ahora.

Para nosotros no eran víctimas, eran como una especie de enemigo, si se te acercaba mátalo (hablo de finales de los 80, ya no hacia tanta gracia el cine kinki y todo lo jipi había pasado y quedado enterrado) De ahí la reacción del padre de der fuhrer
 
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Donde yo vivía había un kinki de cuidado, conocido por todos, se metía de todo. Debería tener yo 14 años o 15 y durante las fiestas del pueblo en una parada de feria de balines me tocó una botella de tinto. Estaba yo con un amigo esperando a mi padre que nos viniera a buscar y apareció el sujeto, me puso una navaja en el cuello y me birló el vino y quinientas pesetas. Mi amigo, blanco, no hizo nada, como yo. No contamos nada en casa.
¿Tú eres negro?
 
ya he contado por aquí alguna vez las aventuras de extrarradio sureñas con los yonkos.
y el hamijo @Torquemada2.0 también.
los ochenta tuvieron bastante gentucilla, que fue bajando drásticamente hasta eso del 92-93 en que muchos palmaron, y los vivos aflojaron el ritmo convirtiéndose en pacíficos litroneros/porreros.
pero no había tampoco grandes peligros según cómo y dónde. si eras un chaval de 10-12 años, hasta el más yonko sabía que no iba a sacarte más de 200 ó 300 pelas, si acaso 500 ó 1000 el finde que ibas al cine, y te venían de buen rollo. como teníamos un colega que era un mazacote como Barret el de Final Fantasy VII, era raro que se nos acercase alguien, no obstante.
si me consta que a algún conocido de la edad de mis padres le sacaron el bardeo o una jeringuilla para pedir la cartera, gente madura que no quería arriesgarse a un pinchazo tonto y que soltaban pronto la pasta. pero por aquí al menos por estas tierras, muy poquita gente así de chunga.
normalmente tenían sus zonas mugrientas y sus parques donde no pisaba un niño, sabías que ahí mejor no entrar y listo.
en los colegios de las afueras, sí era normal encontrarte jeringuillas tiradas por el suelo, pasabas de ellas y ya está.

otra cosa es cuando iba con mis primos que vivían en Madric, entre Oporto y Abrantes. además del peligro ancestral de los gitaners, los yonks de allí sí que eran las Waffen-SS del yonkerío. armados debían ir todos, y a uno le vi una vez sacar un cuchillazo tipo Rambo de su abrigo Karhu roñoso, que acojonaba a cualquiera.
mi primo un día llegó a su casa descalzo porque le levantaron unas rebook the pump, otro día sin su plumas (sería roc neige o algo así). porque sí hamijos, una zona obrera de Carabanchel también tenía su cuota de gente gastándose los dineros en sus Levi's, Nike's y por supuesto, Chevignon
 
Yo tengo una anécdota que de forma tangencial está relacionada con las drogas duras, pero a lo mejor naxo la considera una meada fuera de tiesto y me banea. Tampoco estoy muy seguro que merezcáis que la cuente, la verdad.
 
La Sevilla de los 90 era gorrillaland. Lo primero que encontraba el que venia de fuera era yonkos, pero es que además el yonko sevillano es especialmente pesado.

En cualquier sitio que aparcases te salía un gorrilla de cualquier esquina, y la estación del Prado, cada vez que llegaba con mi padre intentaban cominicarse con nosotros con las 3 palabras de mierda que se supieran en inglés, no eran pesaos su puta madre.

Yo viví el yonkileo Gaditano - isleño (la cuna del camarón) era normal verse un yonki cantando rosa mariaaa rosaaaa mariaaa. Los 80 eran escombros y jeringas, el negocio de aquellos tiempos era la sustitución de lunas de coche. No te podías dejar absolutamente nada a la vista y te recomendaban no llevar peso en el maletero porque se fijaban en la suspensión trasera.
El deporte infantil debido a la cantidad de pedralla en descampados eran las guerras de piedras, pero había que tener cuidado no fuera que te pincharas con una jeringa al coger una piedra.

Pero lo mejor de todo era el autobús cadiz-san fernando en los 90 y los programas de metadona. Me encantaba ese autobus, nunca sabías lo que podía pasar, menudos personajes iban, lo mismo se juntaban allí 10 yonkis y se iniciaban discursiones por cualquier historia, desde el yonki discreto que iba de forero fino del general y quería ir al programa en plan discreto y venía otro a decirle que le conocía y el otro que le decía que no, y empezaban a pelearse, a yonkis parando el autobus en mitad de la carretera, peleas con el chofer, peleas porque alguien le había tocado para pasar, gente pasando el mono con sudores fríos y cara de muerto.

Y los campamentos de yonkos, de eso tengo una anecdota, que me metí en uno sin querer.
De vacaciones en la isla me metí en La Bazan o algo así sin querer... Si conoces la zona, pues ya sabes lo que hay, incluso hoy en día, no me quiero imaginar en los 80... No echamos a correr por vergüenza.
 
Una de minutos musicales:

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Vivo muy deprisa, no me voy a morir
Quiero probarlo todo, después repetir
Vivo muy deprisa, no lo puedo evitar
Nunca encontraré la tranquilidad

No sé, no sé si habrá final
No sé si habrá final
No sé
si llegareee

Muero muy despacio, yo no quiero vivir
Lo estoy probando todo a costa de repetir
Muero muy despacio, no lo puedo evitar
Nunca encontraré la tranquilidad

No sé, no sé si habrá final
No sé si habrá final
No sé
si llegareee
 
Que peli era esa en la que le cortaban los huevos a uno en un pajar? Vi esa escena de pequeña y me traumatizó eso.
 
En los setenta y primeros ochenta, viví y me crié en un barrio al norte de Madrid. Mucho agitanado y mucho yonki de esos que dice el ♪putochinomaricón♫ de @FUMANCHU de la primera hornada que caían como chinches.
Presón social de adolescente para meterte lo que fuera. Yo nunca me metí nada ilegal: yo era de alcohol, bici y del Atleti, más que suficiente droga legal.
Luego, a trabajar , estudiar y emborracharme. Puro forero intronauta, no me enteraba, ni quise, de lo que pasaba en mi barrio con los putos yonkis.

Pero, cosas del destino, en la segunda mitad de los noventa, me tocó trabajar como Vigilante de Seguridad en la línea 2 de Cercanías de Madrid: Entrevías, El Pozo, Vallecas, etc, etc. En los trenes y esas estaciones, había yonkis, yonkis, yonkis, y algunas personas dispersas. Como para olvidarlo.
El submundo, la pérdida de los valores, la pérdida de lo humano, esos olores, el asco.
Se veían y oían cosas curiosas, como de aquella señora cincuentona que crió a su nieta, y que sólo quería saber una cosa de su hija, de la carne de su carne, sólo quería saber una cosa de su hija, solo quería saber de ella cuando estuviera muerta.
 
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