cocreta2000
Maricón por oposición
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La fuente de los peces antigua era muy costrosa, oscura, y territorio yonko. Y la calle que subía a la iglesia también. Y no digamos el Cuartel Huerta.Lo he contado aquí como bien apuntas. Entre 1981 y 1984, Bornxtoles era lo más parecido a una ciudad sin ley.
Los yonkos eran como la pantalla final del primer Resident Evil, imposible librarse de ellos. A mí me birlaron unos guantes de polipiel guarreros y 100 pesetas para chuches yendo a catequesis de la comunión. Con el bardeo en el cuello. Los parqués eran como terreno sembrado de trampas por el Viercong, jeringuillas por doquier y restos de papelinas.
Ya al final de esa época, perdieron fuelle y jamás se me olvidará que allá por el 86 o 87, ya con una edad, nos vino un yonko a atracarnos cuando estábamos comiendo pipas en la fuente de los peces, sobre las 10 de la noche. Uno de los colegas era campeón de Castilla de Taekwondo, tenía una piernas que ni un central de la Bundesliga, dos armas de matar. Pues bien llegó el yonko y vino si podéis darme algo. Pasamos. A la tercera, se revira y amenaza con meterse la mano y sacar el bardeo para meternos en cintura.
Pues bien, no me dio tiempo o a escupir una cáscara de la pipa, cuando el colega Bruce Lee se sacó una patada fulgurante a la cabeza del yonki que fue TKO de inmediato. Como este tipo era una bestia entró en modo berserker, cuando el yonko no había terminado de caer al piso, ya estaba cogiendo carrerilla para meterle una patada en la cabeza. Tal fue la violencia del impacto, cuyo sonido fue brutal, que podía haber metido un gol a lo Panenka con el yonko.
Salimos corriendo hasta nuestro barrio como si nos fuera la vida. Ese desdichado si no quedó queco, debiera haber quedado para tomar sopas con pajita, pero es verdad que los dronjos son como caballeros Jedi, la fuerza es intensa en ellos y aguantan cosas que a los demás nos matan
Otro territorio yonk que visité varias veces fue cerca del campus Sur de la UPM, la renfe Vallecas y sobre todo, el metro Sierra de Guadalupe, emanaban un característico pestazo a mierdas fumadas y platillas en el suelo, aunque era territorio peligroso sólo por las noches, por el día se escondían como los vampiros.
Y qué decir de los pasos subterrános bajo la renfe o carreteras, eso sí que acojonaba. Había uno en Campamento cerca de Los Toledanos, con alguna luz rota frecuentemente, y lleno de mierda, que si veías una sombra al otro lado, te dabas la vuelta y ya si eso cruzarías más adelante. Era más seguro cruzar la A-5 por arriba estilo Crossy Road.